El 60% de los consumidores ya elije pagar de forma digital
Así surge de un estudio realizado por Payments & Commerce Market Intelligence (PCMI) para el continente latinoamericano. El uso de efectivo cae a niveles históricamente bajos. Un cambio profundo al ritmo de la versatilidad, trazabilidad y rapidez de las billeteras virtuales.
El billete de papel dejó de ser protagonista. Pagar en el kiosco, repartir el gasto de un almuerzo, o pagar la cuota social del club, son operaciones cotidianas que se resuelven de forma digital, sin la intervención de dinero en efectivo.
Un análisis de Payments & Commerce Market Intelligence (PCMI) de 2025 revela que los pagos digitales ya representan alrededor del 60% del gasto de los consumidores en latino América, mientras que el uso de efectivo cayó al 37%.
No es solo una moda o tendencia. Se trata de un cambio profundo en los hábitos de los consumidores: la relación con el dinero ya no es la que era. El billete dejó de ser un objeto físico para convertirse en algo vivo, dinámico y en constante evolución.
“El dinero dejó de ser algo que se toca y empezó a ser algo que se administra”, explica Sebastián Siseles, CEO de Vesseo. «Hoy la gente paga, cobra, envía y recibe en tiempo real, sin fricción y sin tener que ‘portar’ el dinero físicamente. Lo que antes estaba en la billetera ahora vive en el celular. La sensación de control no está en el billete que ves, sino en la app que te muestra cuánto tenés y cómo se mueve o cuánto te rinde”, agrega.
Hay un cambio profundo en los hábitos de los consumidores: El billete dejó de ser un objeto físico para convertirse en algo vivo, dinámico y en evolución constante.
En efecto, la digitalización no sólo agiliza la operatoria, sino que cambia la idea de posesión por la de administración. La trazabilidad que ofrecen las billeteras digitales está cambiando cómo se planifica el gasto. Las personas pueden ver en tiempo real cuánto gastan, y en qué lo gastan.
No obstante, el efectivo no desaparece de un día para otro. Lo que sí sucede es que pierde su papel central. El cambio radical es que la sensación de seguridad y control que antes se encontraba en los billetes hoy migró a lo digital.
El billete de papel dejó de ser protagonista. Pagar en el kiosco, repartir el gasto de un almuerzo, o pagar la cuota social del club, son operaciones cotidianas que se resuelven de forma digital, sin la intervención de dinero en efectivo.
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