Se actualizan los mínimos no imponibles de Bienes Personales y Ganancias
La inflación de octubre arrojó un acumulado anual del 31,3% y se activó la actualización automática de los mínimos no imponibles. Se mantiene así la progresividad de ambos tributos y se equilibra la carga sobre los ingresos medios.
Por Alejandra Fonovich (Larrondo, Tonelli & Asoc.)
La publicación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de octubre movió las piezas del esquema tributario argentino. Con una variación interanual del 31,31% en octubre, se activó automáticamente la actualización de mínimos y escalas del Impuesto sobre los Bienes Personales para el período fiscal 2025.
El ajuste determina que el mínimo no imponible se elevará a alrededor de $384,7 millones. Solo quienes posean bienes por encima de ese valor —incluyendo inmuebles, inversiones financieras, moneda extranjera y vehículos— quedarán alcanzados por el impuesto en la próxima declaración jurada. La medida busca evitar que la inflación empuje a patrimonios medios dentro del tributo, manteniendo su carácter progresivo.
La vivienda destinada a casa habitación también se actualiza: el límite exento rondaría los $1.346 millones. Un punto relevante en un año donde los valores inmobiliarios crecieron en forma dispar, con ajustes en muchos casos por debajo del IPC.
Al compás de la inflación
La actualización no solo modifica el piso del impuesto, sino también los tramos que determinan las alícuotas aplicables. Con el nuevo esquema, los patrimonios más bajos dentro del impuesto tributarían alrededor del 0,50%, mientras que los tramos medios lo harían al 0,75%. Para patrimonios más elevados, la alícuota alcanzaría el 1%, manteniendo la lógica progresiva.
Si bien los valores exactos serán definidos en una resolución de ARCA que se espera para los próximos meses, las proyecciones anticipan una reducción significativa en la cantidad de contribuyentes alcanzados, especialmente aquellos cuyos bienes crecieron solo en términos nominales en el último año.
El impacto en Ganancias
El efecto del IPC de octubre no se limita al impuesto patrimonial: también actualiza los parámetros del Impuesto a las Ganancias, tanto para personas humanas como para personas jurídicas, con impacto directo sobre salarios, honorarios y utilidades empresariales a partir de 2026.
Con el mecanismo de ajuste semestral previsto en la ley, y considerando una variación proyectada del 11,73% del IPC entre julio y diciembre de 2025, las deducciones personales mostrarían incrementos significativos. Bajo estas estimaciones, la ganancia no imponible ascendería a $5.036.140,63, mientras que la deducción por cónyuge llegaría a $4.743.034,38, la de hijo a $2.391.929,54 y la de hijo incapacitado a $4.783.859,09.
En términos salariales, un trabajador soltero comenzaría a tributar Ganancias a partir de un sueldo mensual bruto cercano a $3.177.083 (equivalente a un neto aproximado de $2.636.979). Quienes tengan un hijo quedarían alcanzados desde un salario bruto estimado de $3.437.250 (neto cercano a $2.852.917). Para un empleado casado sin hijos, el impuesto empezaría a aplicarse desde un ingreso bruto mensual de alrededor de $3.692.976 (neto aproximado de $3.065.170).
El dato
- $ 3.437.250
- Sería el salario bruto alcanzado por Ganancias en el caso de un trabajador que tenga un hijo.
Estos valores operan como referencia preliminar para las retenciones del primer semestre de 2026, aunque la carga efectiva dependerá de la estructura de deducciones de cada contribuyente y de la evolución salarial. Además, se prevé que el salario de diciembre —que se abona en enero— deberá calcularse con las deducciones actualizadas, aun si la publicación oficial de los nuevos parámetros se concreta algunos días después.
El impacto en la Patagonia
En la Patagonia, el efecto de la actualización de Bienes Personales muestra matices propios. En Neuquén, Cipolletti, Rincón de los Sauces o Bariloche, los valores inmobiliarios crecieron, pero lo hicieron de manera desigual y, en muchos casos, por debajo del IPC. Esto provoca que el nuevo piso de $384,7 millones funcione como un “colchón” para patrimonios medios, que de otro modo hubieran quedado alcanzados.
Con los nuevos coeficientes, se anticipa una reducción significativa en la cantidad de contribuyentes alcanzados por el Impuesto a los Bienes Personales.
Estudios contables de la región coinciden en que el ajuste permitirá que muchas familias y pequeños inversores con uno o dos inmuebles de alto valor nominal queden fuera del tributo.
En contraste, quienes poseen activos financieros diversificados, portafolios dolarizados o propiedades múltiples deberán analizar con mayor detalle su situación fiscal hacia fin de año.
Un sistema que se recalibra
La actualización del IPC de octubre vuelve a poner de manifiesto la tensión permanente entre inflación, valuaciones patrimoniales y carga fiscal. Si bien el mecanismo automático corrige en parte esa distorsión, también evidencia los límites de un esquema que se recalibra anualmente.
Sin embargo, tener un método de actualización automática y de acuerdo a la inflación representa una mejora sustancial respecto al esquema anterior. Previamente la actualización era nominal lo que generaba, la mayoría de las veces, que el impuesto se vuelva totalmente distorsivo y que casi todos los contribuyentes que tuvieran algún bien a su nombre quedaran incluidos.
A modo de ejemplo, en 2020 el mínimo era equivalente a 24.000 USD, el valor de un vehículo mediano 0km. Es decir, ya con tener un auto a tu nombre estabas obligado a presentar la DDJJ del Impuesto a los Bienes Personales y muchas veces tributar sobre ello.
El nuevo coeficiente de actualización permite anticipar parte del impacto de ambos impuestos en el próximo ejercicio, aunque los efectos concretos dependerán de la resolución que publique ARCA y de la evolución de los precios en los próximos meses.

Por Alejandra Fonovich (Larrondo, Tonelli & Asoc.)
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