El abuso de tranquilizantes y somníferos aumentaría riesgo de Alzheimer

El consumo crónico de benzodiazepinas (tranquilizantes, somníferos) aumenta el riesgo de aparición de la enfermedad de Alzheimer, según los primeros resultados de un estudio francés, revela la revista Sciences et Avenir (Ciencias y Futuro).

SALUD

Cada año, en Francia, entre 16.000 y 31.000 casos de Alzheimer serían causados por esos tratamientos con benzodiazepinas (BZD) o similares, y sus genéricos: Valium, Temesta, Xanax, Lexomil, Stilnox, Mogadon, Tranxène, etc., indica la revista en su número de octubre.

Unas 120 millones de cajas son vendidas por año. Francia consume de cinco a diez veces más somníferos (”hipnóticos”) y ansiolíticos que sus vecinos europeos, indica Sciences et Avenir.

El responsable del estudio por aparecer, el profesor Bernard Begaud, farmaco-epidemiólogo (Inserm/Universidad de Burdeos), considera que “esto es una verdadera bomba”.

“Las autoridades deben reaccionar”, añade la revista. Mucho más, dice a la AFP si se tiene en cuenta que “de nueve estudios, incluido el nuestro, la mayoría (6) va en el sentido de una relación entre el consumo de tranquilizantes y somníferos durante varios años y la enfermedad de Alzheimer”.

“Es una señal de alerta muy fuerte”, según él.

El estudio fue realizado entre 3.777 individuos de 65 años y más que tomaron BZD entre dos y diez años.

“Contrariamente a las caídas y fracturas ocasionadas por esos tratamientos, los efectos cerebrales no son perceptibles de immediato, pero hay que esperar algunos años”, indica el investigador.

“Si en epidemiología es difícil establecer una relación directa de causa a efecto, cuando hay una sospecha, parece normal actuar y tratar de limitar las prescripciones inútiles, que son muchas”, añadió a la AFP.

El aumento del riesgo, entre 20 y 50%, puede parecer mínimo a escala individual, pero no a escala de la población a causa del consumo de esos tratamientos por personas de edad, subrayó la revista.

Según el profesor Begaud, en total 30% de los mayores de 65 años consumen BZD, lo que es enorme, y la mayoría de las veces de manera crónica.

Las prescripciones son por lo regular limitadas a dos semanas para los hipnóticos y doce semanas para los ansiolíticos.

La manera como actúan los BZD en el cerebro para aumentar ese riesgo de demencia sigue siendo un misterio.

El problema ya fue mencionado en 2006 en un informe de la Oficina parlamentaria de las políticas de salud sobre las medicinas sicotrópicas.

“Después no se hizo nada”, deplora el especialista.


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