Boca y un empate ante Defensa que le dejó enseñanzas a Seba Battaglia

El Xeneize no pudo con el Halcón, en un partido que por momento fue entretenido y donde los dos tuvieron chances para ganarlo. El ciclo de Battaglia se mantiene invicto, con tres triunfos y dos igualdades.

¿Qué hay de distinto entre aquella formación apática de Miguel Ángel Russo y esta de Sebastián Battaglia que salió a dar la cara hace menos de un mes para revertir uno de los peores momentos de Boca en los últimos años?

En primer lugar, el Xeneize ya no es un equipo deprimido que ni siquiera pateaba al arco y al que no se le caía una idea de tres cuartos hacia adelante. El motivo es claro: Boca jugaba sin delanteros, o mejor dicho, no jugaba para que sus delanteros hicieran goles.

El mayor mérito del futbolista más ganador de la historial del club, ahora devenido en DT, fue nutrir al equipo de sangre joven que fuera capaz de terminar con la abulia que ya se había enquistado peligrosamente en la formación de Miguel, un escudero de Riquelme que de un torneo a otro se quedó sin soldados y tuvo que partir.

Battaglia se mantiene invicto desde que dirige a Boca, con tres victorias y dos empates.


En la quinta presentación de la era del debutante Battaglia y su novel guardia, Boca pudo también ante Defensa y Justicia dar un paso más hacia un estilo, una identidad, más allá del empate en cero y varias cosas para corregir.

La búsqueda del entrenador se enfocó en los elementos que más conoce y es así como Luis Vázquez y Aaron Molinas, pichones del técnico en la Reserva, van gestando nombres propios también en Primera.
Los dos juveniles, junto al Beto Briasco, fueron el tridente que mantuvo alerta al fondo del Halcón en el inicio. Boca llevo adelante un acertado juego táctico y por momentos prevaleció sobre el esquema de Sebastián Beccacece en el mediocampo.

El Xeneize sumaba a los laterales en cada ataque y a la vez relevaba con acierto la presencia en el área: cuando Briasco proponía por afuera, era Vázquez quien imponía presencia en el área, y viceversa.
Por esas cosas del fútbol, Briasco no cabeceó bien en las dos chances que tuvo: una con centro de Vázquez, y otra con una asistencia perfecta de Molinas que el delantero perdió solo ante Unsain.


Reafirmando aquello que Boca juega para sus delanteros, Ramírez metió un centro al segundo palo para Vázquez, pero el cabezazo del pibe dio en el palo, recorrió la línea y no quiso entrar.

Defensa también tuvo lo suyo por el sector defensivo de Boca más vulnerable en el primer tiempo: el izquierdo. Pizzini de dio a quemarropa, el balón se estrelló en el poste y se fue.


La intensidad de Boca no mermó de entrada en el ST, e incluso Battaglia decidió ensanchar la cancha con el ingreso de Cristian Pavón por Molinas, que en un principio pareció ser un acierto del DT.


Defensa tuvo la suya en una contra con el ingresado Merentiel, que perdió ante el achique de Agustín Rossi y Boca respondió con un disparo de Cristian Medina (reemplazó al Pulpo González), que Unsain sacó de manera espectacular al córner.


Pero con el correr de los minutos, quedo evidenciado que con los cambios, Boca perdió juego en su afán de ganar profundidad. Molinas era el que amalgamaba la ofensiva y en gran parte del complemento el dominio fue repartido.

No deja de ser una enseñanza más para Battaglia, porque Boca pudo ganarlo en el primer tiempo pero también perderlo en el segundo.
Lo positivo para el Xeneize es que sigue sumando, se mantiene invicto en el nuevo ciclo y en el vaso medio lleno hay elementos como para ilusionar a sus hinchas.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios