El escenario que se eligió para la pelea
La mejora en los ingresos por la reactivación económica dejaron a un costado el debate sobre la nueva deuda que ahora es un plan de respaldo.
Los 18 votos de los 35 diputados que consiguió el MPN para aprobar la autorización de 12.800 millones de pesos de deuda pareció ser el escenario que se eligió para posicionarse en el panorama político provincial previo a las elecciones.
El frente común que generó sin desearlo, la unión entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, fue inesperado hasta que se decidió que del laberinto se salía por arriba.
¿Se terminó el debate? Claro que no porque pasó lo que algunos en el gobierno preveían y era la recuperación de la actividad económica, frenada por la pandemia. Los ingresos están en alza y el permiso para deuda cumplió el papel que muchos le habían asignado, pero en el mediano plazo, un plan B.
La continuidad política marcó el inicio de las campañas para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. La alianza temporaria de los dos sectores opositores al MPN duró poco y cada uno debió mirarse el ombligo para no perder los espacios de poder.
En una ponencia que hizo el investigador Julián Gadano de la Universidad de San Andrés titulado Rentismo Competitivo, hace 8 años, encuentra una clave para explicar la predominancia del MPN. “El uso de los recursos provenientes de la renta hidrocarburífera permiten al gobierno sobrevivir en el tiempo sin aliados permanentes en la arena nacional. Deberíamos entender esto más en clave “defensiva”: impiden a los partidos nacionales tomar control de la provincia”.
La explicación teórica puede aplicarse en términos históricos para el acuerdo por regalías mal liquidadas, las joyas de la abuela, que permitieron superar sequía financiera a Jorge Sobisch en los 90. La extensión de los contratos convencionales y el inicio de los yacimientos en Vaca Muerta a Jorge Sapag en sus ocho años de gestión.
Los debates en campaña están en su nacimiento. En el Frente de Todos se lo nacionaliza y en el MPN se gesta el apoyo o castigo a la gestión de Omar Gutiérrez.
A Omar Gutiérrez le tocó recibir los coletazos de la primera etapa de Vaca Muerta, con alianzas temporarias (antes impensables con Sapag) logró la polémica adenda para el convenio colectivo de trabajo del sindicato petrolero y ahora asegurar el flujo de ingresos con los planes nacionales.
“Siempre te lo repito, tendrías que haber sido del MPN”, le dijo un encumbrado dirigente del partido provincial al ahora secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, quien también se recibió de tejedor “teen” de la política hacia dentro del Partido Justicialista aunque aún con la supervisión de Oscar Parrilli.
La frase marca la buena relación que se profesan no sólo con el secretario General del gremio petrolero, Guillermo Pereyra, sino también con el gobernador Gutiérrez. No es la misma relación con el titular del Instituto Patria a quien se lo sindicó como uno de los que tiró leña al fuego cuando el MPN debía lidiar con el conflicto de los autoconvocados de salud que derivó en la ley de la deuda.
Con un alza de un 144% en la recaudación propia en junio y un 63% más acumulado en el primer semestre es la punta del iceberg que marca dos cuestiones. Una es que el principal impuesto, Ingresos Brutos se alimenta en un 80% de lo que pagan las petroleras, por lo que se supone que las regalías tienen el mismo comportamiento. El otro es que también se registraron subas en el otro tercio de los ingresos provinciales, la coparticipación federal.
Estos ingresos permiten hacer frente a la suba gradual del principal gasto estatal, el pago de sueldos mientras se tiene “in péctore” el plan B que es el permiso legislativo para recurrir a un nuevo endeudamiento.
Y si la renta hidrocarburífera permite la predominancia del partido provincial en la escena política neuquina, hay un lazo adicional que es la vinculación con el oriundo de Ingeniero Huergo pero neuquino por adopción, Darío Martínez, sentado en la secretaría de Energía.
Ahora, el debate de la campaña se nacionalizó y la muestra de lo que hace Nación en Neuquén es uno de los ejes, aunque en la interna del MPN hay una batalla oculta, todavía, que es el premio o castigo a la gestión de Gutiérrez.
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