Los espacios culturales, un déficit histórico

En la ciudad existe una diversidad de talleres y cursos y hasta una carrera universitaria vinculados al teatro, pero sigue irresuelta la falta de disponibilidad de lugares adecuados.

Los espacios culturales de Bariloche, un déficit histórico

Teatro clásico y experimental, talleres de puesta escénica, grupos de títeres, de danza, una carrera de arte dramático en la UNRN y también una tradición de músicos de todos los géneros que está más viva que nunca.

La expresión artística tiene en la ciudad una variedad y desarrollo que encuentra escaso correlato en la disponibilidad de espacios culturales, tanto públicos como privados.

Algo parecido ocurre con las artes visuales, que tienen una grilla limitada de lugares aptos para exponer, donde la regla inevitable son las largas listas de espera.

La historia reciente da cuenta de varios esfuerzos individuales que contribuyeron a potenciar la cultura local y se mantienen a flote, pero también de algunas pequeñas salas que debieron cerrar por la dificultad para cumplir con las exigencias municipales.

Los artistas viven al ritmo de estas peripecias y no se privan de señalar que el problema mayor fue siempre -y es todavía– la falta de un teatro público sostenido y programado por el Estado.

El intento por cubrir ese agujero pareció estar encaminado a mediados de 2015, cuando comenzó a construirse el Teatro Municipal de la Independencia, sobre calle Pasaje Gutiérrez, en el predio del Jardín Botánico. Pero dos años después el proyecto quedó trunco por una cadena de errores de gestión y la caída de los aportes presupuestarios que había comprometido el Instituto Nacional de Teatro.

La subsecretaria de Cultura del municipio, Ana Gerón, admitió que el tema de los espacios es complejo de abordar y que cada músico, plástico o teatrante “tiene una mirada desde su especialidad y sus necesidades estéticas”, pero valoró el trabajo realizado en los últimos meses para redefinir la normativa, que quedará incluida en el nuevo código unificado de habilitaciones que elaboró el Ejecutivo y ahora estudia el Concejo.

Gerón explicó que las experiencias autogestivas fallidas como las del bar Quinquela o La Casita Azul (que debieron cerrar sus puertas) no encontraron respuestas por la falta de ordenanzas claras que determinaran “quién habilita” y la superposición de roles entre Cultura e Inspección General.

Aseguró que eso quedará salvado en el nuevo Código y estará previsto un tratamiento tributario especial para los centros culturales “de riesgo bajo y bajo impacto”.

Para la funcionaria, la situación actual es “absolutamente mejor” de la que encontró al asumir el cargo, en diciembre de 2015. “Las propuestas han crecido y hay una gran proyección de posibilidades –aseguró–. Se trabaja en red y es muy positivo”.

En relación con el teatro municipal, frustrado hasta ahora, dijo que si el proyecto se cayó fue por un “desacuerdo sobre el estado de la obra, su continuidad y lo que faltaba poner”, pero relativizó la responsabilidad municipal. Distinta es la evaluación de los actores y productores que siguieron de cerca todo el proceso.

El actor Julio Benítez, del grupo Trampolín, dijo que el teatro “se paralizó por una negligencia de la actual gestión, que debía elevar un informe de situación al Instituto del Teatro y no lo hizo”.

Consideró que la actividad en Bariloche “tiene una gran intensidad” y de eso hablan “los ensayos en las casas, en espacios alquilados y también en la escuela municipal La Llave, que está a disposición. Hay que decirlo también”.

Sobre las salas más chicas (entre 40 y 100 lugares), dijo que “están bien, pero no son teatros”. Prefiere llamarlos “espacios no convencionales”.

A juicio de Benítez, la actividad teatral en Bariloche está “desatendida” desde el Estado y el problema central es la falta de presupuesto. “No podemos decir que no hagan nada por la cultura –subrayó–, pero en el área teatro estamos mal”.

Los músicos también penan por espacios para mostrar su trabajo, pero cuentan otras opciones, como los bares y pubs. En su caso el debate pasa por la limitación de horarios, las denuncias por ruido molesto y la remuneración que reciben de los comerciantes.

Los artistas plásticos cuentan con el Scum, La Llave y la sala Frey (todos municipales) y con la sala Panozzi, que administra la provincia. Pero perdieron por inviabilidad económica un espacio privado muy valioso que era la galería Farrarons, en el paseo de la Catedral.

Un caso singular

El teatro La Baita ofrece condiciones privilegiadas por la ubicación y más de 600 butacas pero permanece subutilizado y está fuera del alcance de los artistas locales.

La fachada del teatro luce abandonada y permanece la mayor parte del año sin cartelería ni anuncio alguno.

Ana Gerón dijo que es “una pena” el estado actual del complejo, destacó “la tecnología y la amplitud que tiene” y opinó que los dueños deberían tener “otra política”.

El panorama artístico local se enriqueció y cambió con la creación de la licenciatura de Arte Dramático, que dicta la UNRN desde
el 2011.

Un listado de salas dinámico pero acotado

La grilla de salas y espacios culturales es grande, pero ninguno está exento de limitaciones, sea por su capacidad, o por la falta de equipamiento. Los artistas suelen quejarse además de que prácticamente en todos lados el horario de “armado” es como máximo de dos horas antes de la función. Algo que para algunas puestas es un condicionante crítico.

Los espacios con agendas más nutridas son la biblioteca Sarmiento (hoy llamada Usina Cultural del Cívico), el Camping Musical (ubicado en la zona de Llao Llao), el centro cultural Puentes (Rivadavia al 500), la sala Paico (en barrio El Frutillar), el espacio Estación Araucanía (Bustillo 11.500), la salita de la UNRN (Palacios y Anasagasti), la sala de teatro El Brote (Beschtedt 568), Culturica (Moreno 46), Espacio Arte Bariloche (Campichuelo al 1.200) y la sala de la Escuela Municipal de Arte Llave (Onelli y Sobral).

Existen también numerosos bares que adaptan espacios para música en vivo y hay hoteles que ofrecen salas de distintas características para espectáculos teatrales.

Puerto Rock y el estadio Pedro Estremador de la Asociación de Bomberos también suelen recibir artistas nacionales y en casos puntuales hay productores que montan recitales en gimnasios como los de los colegios Don Bosco y María Auxiliadora.

Zona de promesas

El esperado Teatro Municipal, sin avances

Parecía un plan serio y ajeno a cualquier improvisación. Pero sólo parecía. El Teatro Municipal de la Independencia que se comprometió a ejecutar el Instituto Nacional del Teatro (INT) tiene un grado de avance que llega al 30%, pero está abandonado.

Todo comenzó con la firma de los convenios, un concurso de proyectos y la licitación respectiva, en la que se impuso la empresa NCC.

El presupuesto original era de 8,5 millones de pesos, de los cuales 6,5 serían aportados por el INT y el resto por el municipio, que además garantizaba el terreno. Circularon incluso los atractivos dibujos del edificio, que incluía una sala para 300 personas, camarines, equipamiento de última tecnología, un espacio para exposiciones, zona de café, oficinas, depósito y estacionamiento.

En agosto de 2015 la entonces intendente María Eugenia Martini colocó la piedra fundamental y dijo que estaría listo para estrenar en el invierno de 2016.

Pero cambio de gobierno mediante todo se complicó. Aparecieron escurrentías de agua no previstas que obligaron a gastar más en las bases . Y la demora en presentar las rendiciones exigidas, sumada a los vaivenes políticos y presupuestarios hicieron el resto.

Julio Benítez, del grupo Teatrantes, culpó a la actual gestión de no “elevar” el informe de situación, que tenía fecha límite en diciembre de 2016.

“Perder esta oportunidad es una cosa de locos” dijo Benítez. Se pudrió todo con los cambios de gobierno, los nombramientos políticos y toda esta crisis. El capitalismo se maneja así. Había seis teatros en el país que se iban a hacer y todos quedaron en la nada. El de Bariloche era el único que se iba a continuar, pero hasta ahora tampoco. No creo que en esta gestión se pueda reflotar”.

Ana Gerón, dijo que “fueron todos obstáculos” los que se encontraron en relación con la reactivación de la obra. Admitió que es una frustración, pero no lo dio como un caso cerrado. “Está en pausa”, afirmó.

El Instituto Nacional del Teatro canceló proyectos y redujo inversiones en todo el país. Esa situación agravó “la crisis de espacios”.

Datos

El panorama artístico local se enriqueció y cambió con la creación de la licenciatura de Arte Dramático, que dicta la UNRN desde
el 2011.
2016
era cuando se esperaba la inauguración de la obra en el predio del Jardín Botánico.
El Instituto Nacional del Teatro canceló proyectos y redujo inversiones en todo el país. Esa situación agravó “la crisis de espacios”.

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