El joven que decapitó al padre en Zapala está al borde de la absolución

Ayer fue otra jornada de durísimos testimonios en el juicio por el asesinato de Fermín Orlando Jara. Hoy son los alegatos.

Fernando Jara, el joven que asesinó a su padre y lo decapitó el 26 de enero del 2020 en plena calle, quedó al borde de la absolución luego de los desgarradores testimonios que se escucharon en la audiencia de ayer.

Sus hermanos y su tío describieron la terrible violencia que Fermín Orlando Jara ejercía sobre la familia, en especial contra la madre y contra Fernando, el mayor de los cuatro hijos.

Matías, de 21 años, presenció el crimen e incluso estuvo imputado al inicio de la investigación. Al declarar se refirió a su padre como «Jara», y dijo que «estaba convencido de que esa noche nos iba a matar».

Tras relatar toda la vida de padecimientos por culpa de su padre, llegó al día del hecho.

La discusión en la vivienda familiar comenzó por una trivialidad: una cabeza de chivo que el hombre de 55 años había reservado para la cena, y que no encontró en la heladera. Pero Jara, dijeron los testigos, no necesitaba excusas para iniciar una pelea.

Era ya la madrugada, el hombre había regresado del casino en estado de ebriedad y despertó a su pareja Hilda y a los tres hijos que vivían en la casa: Fernando, Matías y Giuliana.

Matías dijo que «mi hermano no era mi hermano, no estaba igual». Coincidió así con otro testigo, quien en la audiencia del miércoles también declaró que el imputado estaba fuera de sí cuando atacó al padre.

«Yo me quedé congelado, no podía creer que fuera real lo que estaba pasando. Lo veo a Fernando con la cabeza de Jara, gritando cosas que no entendía», añadió.

Diego Jara, de 23 años, brindó otro testimonio colmado de dolor. Su profundo sufrimiento se tradujo en un relato duro, con los dientes apretados, conteniendo el llanto y los suspiros.


Amenaza con un rifle


«Desde que tengo memoria a mi papá lo vi como una persona violenta. Golpeaba a mi mamá, después nos empezó a golpear a los varones, yo tendría 11 o 12 años. Revoleaba las sillas, los platos, la comida», narró con angustia al evocar esos momentos.

Uno de los puntos más tremendos fue cuando dijo que «recuerdo que yo estaba en séptimo grado y él se enojó porque no había comido. Nos despertó a todos y empezó a golpear a mamá».

Masticando las palabras, continuó: «tenía un rifle largo… Lo sacó de atrás de la heladera, le puso el cargador y nos apuntó a todos en la cabeza… yo creí que nos mataba a todos… a mi mamá le pegó con la culata».

En tanto Belarmino Jara, hermano de Fermín Orlando, se pronunció a favor de sus sobrinos. «Fernando estaba cansado, defendió a la madre y al otro chico (por Matías)».

Relató que su hermano estaba fabricando «una daga», en realidad un cuchillo de gran tamaño con un fleje de colchón. Y confirmó que «si se ponía en pedo, era agresivo».

Otros testigos que declararon ayer confirmaron que los hermanos Jara eran golpeados por el padre, ya que les vieron lesiones.


Día de alegatos


Hoy serán los alegatos, y la defensa conformada por Gustavo Lucero y Silvina Fernández Mendaña dará por confirmada su teoría del caso: Fernando Jara debe ser absuelto porque se encontraba «en un estado de necesidad exculpante».

Tal como anticiparon en la apertura del juicio, argumentarán que el joven actuó para que no lo maten a él ni a su familia. Fue «instinto de supervivencia».

El fiscal Marcel Jofré, quien acusó en la primera audiencia por «homicidio cometido bajo circunstancias extraordinarias de atenuación» muy probablemente mantendrá esa figura. Tiene una pena mínima de 8 años.

La decisión quedará a cargo del tribunal integrado por Carolina González, Bibiana Ojeda y Diego Chavarría Ruiz.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios