El mundo muere de sed…

Algunos lectores pensarán que el título es tremendista. Los remito a la página 15 del “Río Negro”, edición del reciente 14 de febrero.

A los efectos de esta nota, voy a tomar algunos temas de esa publicación que, resumiéndolos, podrían caber en datos de hace dos o tres años, que recuerdo: en el mundo más de mil millones de personas pasan sed o mueren de ella. Volvamos al diario, y veamos el panorama: a Ciudad del Cabo (Sudáfrica), a partir de mayo próximo, podría faltarle agua. Allí habitan cuatro millones de personas y su gobierno declaró el “estado de desastre nacional”. En la llanura del Indo (India, Pakistán y Bangladesh) el agua subterránea es extraída a ritmo insostenible –ténganse en cuenta que las capas subterráneas proveen de agua potable a la mitad de la población y abastecen el 40% de la necesaria para el riego agrícola–. Esto está provocando el hundimiento del terreno, desmoronando un poco más cada año a unas diez ciudades. Las más graves: México, Yokaita y Tokio. En la hiperpoblada California, en varias zonas urbanas, preocupa ver las canalizaciones vacías. Vienen de sufrir un lustro de sequía. San Pablo, Brasil, igual: entre 2014 y 2015 estuvo al borde de quedar sin agua corriente.

Grandes regiones de África serán particularmente vulnerables a medida que se agrave el cambio climático. Este fenómeno, de seguir el ritmo actual, de aquí al 2030 (¡pasado mañana!), se enfrentará a un déficit de agua insostenible, afirma el climatólogo Peter Gleick.

Este resumen de datos sobre el problema mundial que es la falta de agua creo que es suficiente para justificar el título y el comentario inicial, que es parte de una campaña que muchos patagónicos desarrollamos desde hace muchos años quienes tratamos de concientizar a las autoridades gubernamentales, las únicas que pueden revertir el magno problema de contaminación que afecta a una de las maravillas de esta zona: sus recursos hídricos, y a la Justicia zonal, provincial y federal, a la que la población ha recurrido, en último lugar, a través de varios recursos de amparo, cuyo desarrollo y los fallos a que dieran lugar serían conveniente informarlos a través de los medios.

Nos alientan mucho las recientes medidas tomadas en Viedma por la jueza federal Dra. Mirta Filipuzzi, quien emplaza a los entes responsables de las provincias de Río Negro y Buenos Aires a resolver el problema del vertido de efluentes cloacales (sin tratar) y sus consecuencias. Es un ejemplo a imitar.

Carlos H. López

DNI 4.820.317

“(…) en Río Negro y Neuquén contaminamos los recursos hídricos, especialmente

los ríos, desde hace años, sin que haya medidas efectivas”.

Carlos H. López

DNI 4.820.317

Datos

“(…) en Río Negro y Neuquén contaminamos los recursos hídricos, especialmente
los ríos, desde hace años, sin que haya medidas efectivas”.

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