El reconocimiento no esperado

La instalación de Mauricio Vásquez fue seleccionada para participar desde 4 de febrero en el concurso de artes visuales que se llevará a cabo en el Palais de Glace.

NEUQUEN (AN).- «Soy un tipo que no creo en los concursos, pero cuando me enteré de que mi obra había sido seleccionada me agarró un vértigo tremendo. Será una experiencia que me abrirá la cabeza».

A Mauricio Vásquez aún le cuesta entrar en razón. Una de sus creaciones fue elegida para concursar en el tradicional Salón Nacional de Artes Visuales, y en menos de un mes se rozará con los mejores exponentes del país.

El jueves pasado el Palais de Glace inauguró el concurso, que en la actualidad es el único premio de su especie que ha tenido continuidad durante los últimos 93 años. Durante este mes y el próximo se expondrán 278 obras seleccionadas en las categorías Escultura, Grabados, Dibujos, Fotografías, Pintura, Arte textil, Arte Cerámico y Nuevos Soportes e Instalaciones, de un total de 1.522 trabajos presentados en todo el país.

Mauricio cuenta que presentó un boceto de una de sus creaciones porque un amigo le insistió para que lo hiciera. Grande fue la sorpresa cuando en la casilla de mail recibió un mensaje informándole que su instalación había sido una de las 16 elegidas, entre las 102 presentadas.

«La verdad que me quedé helado. Me agarró un vértigo increíble, porque es un hecho que me va a servir mucho en mi carrera», dice este hombre que roza las tres décadas de edad y que apenas tiene un par de exposiciones en sus currículum. Cuenta que no le gusta etiquetar sus obras con títulos, y que es reacio a explicar sus connotaciones. «Me encanta que la gente piense y sienta la obra como quiera, que abra su imaginación, la disfrute o la odie». Habla con sinceridad. Para él el espectador es la arista que completa su trabajo creativo.

«La participación del público es fundamental. No hay mapas explicativos, todo queda a consideración de cada mente», sentencia. Cuenta que la primera exposición de instalaciones que se realizó en Cutral Co se armó con sus obras. «Tenía un poco de miedo. No era algo común para la ciudad. Hubo gente que se asustó y se fue y a otra que la fascinó. Eso me encanta», dispara deprejuiciado.

El 4 de febrero será el día «D» en la vida artística de Mauricio. Miles de personas verán su obra en el Palais de Glace, una creación que por decisión del autor no fue titulada y que se armó con dos materiales que nada tienen que ver uno con el otro: espinas de Cutral Co -pintadas en negro- y globos rojos. Intenta -aunque no se le hace placentero- explicar el significado: «los globos son livianos, volátiles, y están dispuestos en el piso; las espinas son bien naturales, objetos sintéticos y agresivos que están en el aire. Dos recursos contrarios. La idea es generar una situación tensa, de algo que está por estallar. Algo similar a lo que sucede en el mundo, en el país…».

Este hombre de Cutral Co, que desde el año pasado se mudó a Neuquén, será uno de los pocos representantes del interior del país. Los organizadores del evento informaron que el 80 por ciento de los trabajos en exposición se originaron en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.

Hoy asegura que su incursión en el arte de las instalaciones «me voló la cabeza», y que desde hace un tiempo viene trabajando en «diseños de trajes, trasladando mis obras a los cuerpos humanos». El 4 del mes próximo pisará por primera vez una de las cunas del arte argentino, lugar que alguna vez recibió a grandes nombres del Edén de las artes visuales, como Spilimbergo, Soldi, Castagnino, Berni, Pettoruti y tantos otros.


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