en otoño

¿La playa de Las Grutas, con este frío? pensarán muchos que sólo asocian las bajas temperaturas con la nieve, o con la paleta de ocres y borgoñas que tapiza los bosques. Pero dentro de esa mayoría habrá un porcentaje de escépticos dispuestos a meditar sus opciones. Lo importante es animarlos a descubrir bajo otra luz y otro clima esos paisajes que los fascinaron durante enero y febrero.

También existen amantes del mar otoñal. Tentarlos a ellos es fácil. Sólo hay que recordarles esas sensaciones que adoran de las playas “bajo cero”, y que son las que los hacen suspirar durante todo el año, prefiriéndolas, a veces, por sobre la obviedad de las clásicas postales de sol radiante y refrescantes “chapuzones”.

Son imágenes sensitivas, que a estas “raras avis” las transportan al borde del agua, esa que durante estos meses sólo resplandece para ellos, como si fueran los únicos habitantes de la costa.

Añoran sentir, por ejemplo, el placer de arroparse en la calidez de abrigos y bufandas para mantener el cuerpo tibio, en contraste con la piel de la cara, que se crispa y humedece con la bruma marina. También aman la vitalidad que los embarga al pasear en los días fríos, notando, que los sentidos se agudizan. Y que el viento y el salitre que se anudan con el mar (que parece más libre y altivo que nunca) se les quedarán tatuados en la frente.

Pero también ansían disfrutar de la postal imponente de la playa a la distancia, refugiados tras los vidrios de un bar, con un café o un rico chocolate que humea. O andar sin prisa por una ciudad que por momentos simula estar dormida, tan lejos del bullicio y las aglomeraciones que en pleno verano son moneda corriente.

Y dando vueltas, perderse, para ubicarse y descubrir que ese restó que los fascinó en temporada alta sigue abierto, con la misma carta pero a bajo costo, porque las ofertas son las que mandan durante “la baja”.

En el caso de los que todavía dudan de los encantos otoñales de la arena, la posibilidad de una “escapada” para disfrutar en plenitud de paisajes que se pierden en momentos de lleno masivo puede ser un aliciente.

Habrá que animarse, y aprovechar los buenos precios, que en esta época bajan para ponerse a tono con las temperaturas. Por eso no es prohibitivo comer rico, gozando del sabor de pescados y mariscos. Y a propósito, los amantes de la pesca también podrán despuntar el vicio, porque los “piques” costeros se potencian en tiempos de playas calmas.

Ofertas de temporada baja

Aunque desde hace tiempo el balneario apuesta a romper la estacionalidad, buscando mantener vigente la oferta turística durante gran parte del año, las opciones de alojamientos durante la temporada fría bajan sensiblemente, porque sólo el 50% de los complejos y departamentos que se ofrecen en alquiler durante el verano cuentan con calefacción, y del porcentaje que la poseen, sólo el 25% opta por permanecer abierto.

De todas formas, hay propuestas disponibles y para aprovechar, porque los precios en temporada baja descienden notablemente. Por caso, un departamento para 4 personas que en verano superaba los $1.000 diarios en esta época se cotiza a $500.

También hay promociones en hotelería, que ofrece bonificaciones o suma una noche gratis si la estadía supera determinado lapso.

Para consultas e informes, se puede acceder a la página web de la oficina de turismo, que es www.lasgrutasturismo.gob.ar

Es una propuesta ideal para los que prefieren huir de los convencionalismos con la ventaja de que, “en baja”, los precios son más convenientes.

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