Empresarios recibieron con reparos las nuevas restricciones en Bariloche y piden ayuda del Estado

La preocupación de los empresarios es que la curva de casos de Covid en Bariloche no se reduzca lo suficiente y cuando se cumpla el plazo de 15 días las restricciones se mantengan o se profundicen.

Las nuevas medidas sanitarias dispuestas en Bariloche y Dina Huapi para frenar el avance del coronavirus fueron recibidas con recelo por las cámaras empresarias, que sembraron dudas sobre la efectividad de la limitación horaria impuesta al comercio y la gastronomía. 

Señalaron también que el sector no tiene resto para afrontar la caída de la facturación que sufrirán con las nuevas restricciones y reclamaron la ampliación de las compensaciones del Estado, vía subsidio directo y exenciones tributarias. 

El presidente de la Cámara de Comercio e Industria, Leonardo Marcasciano, dijo que “indudablemente es necesario bajar la cantidad de casos y algo había que hacer”. Señaló que les parece bien “restringir la circulación”, pero opinó que habilitar la apertura de comercios solo de 10 a 19 “no ayuda, porque “comprime más el movimiento de personas” en el turno permitido, sobre todo en corralones y supermercados. 

Dijo también que con la prohibición absoluta impuesta al rubro de gimnasios y piletas están “totalmente en desacuerdo”, porque son actividades “recontra protocolizadas”, que funcionan con poca gente y “favorecen la salud”. 

El titular de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica, Claudio Roccatagliata, también se manifestó en desacuerdo con el cierre generalizado a las 19 impuesto para toda la actividad económica y señaló que causará un fuerte impacto en la gastronomía.

Aseguró que los hoteles no lo padecen tanto, pero sí experimentan una caída fuerte de reservas por las medidas aun más severas impuestas en Buenos Aires. 

Ambos dijeron que mantienen diálogo permanente con la gobernadora Arabela Carreras y el intendente Gustavo Gennuso, pero para la última batería de regulaciones no les pidieron opinión previa. Sí habían participado de una ronda de opiniones por zoom con las autoridades de la provincia y el municipio el sábado al mediodía, previo a las medidas más laxas anunciadas el fin de semana. Pero para estas últimas no fueron consultados sino solo “informados”, según dijo Roccatagliata. 

La preocupación de los empresarios es que la curva de casos de Covid en Bariloche no se reduzca lo suficiente y cuando se cumpla el plazo de 15 días las restricciones se mantengan o se profundicen. Observaron que en ese caso “el objetivo de llegar al invierno más o menos equilibrados se empezaría a complicar”

Marcasciano dijo que un paso adelante sería establecer parámetros objetivos que den “previsibilidad”, tipo “semáforo”, con fases en rojo, amarillo y verde, ajustado según variables como la cantidad de casos activos y la disponibilidad de camas. Sería un sistema que permitiría ingresar en determinadas restricciones no de modo discrecional sino de acuerdo a una pauta ya prefijada, como tendría en estudio el gobierno nacional. 

El dirigente evaluó que la limitación de horarios en el comercio “no va a dar el resultado esperado”, porque dentro de los locales “está todo protocolizado y no se producen contagios”. Insistió en que “no existe una proporcionalidad directa” entre el horario comercial y el avance del virus.

Ayuda oficial 

El año pasado las actividades económicas afectadas por la cuarentena recibieron un auxilio durante varios meses a través del programa ATP, que pagó la mitad de los sueldos con fondos públicos, mientras que los empleadores pagaban otro 25%. Marcasciano dijo que hoy -por las señales que reciben- esa ayuda “no existe ni va a existir”.

Advirtió que la caída de facturación va a ser inexorable y otra ayuda podría llegar vía exenciones impositivas. Alegó que “hasta ahora no hubo acompañamientos de ese tipo, las cargas sociales se pagaron completas durante toda la pandemia, salvo algún diferimiento” y el sector necesitaría una baja de la presión tributaria para sobrellevar los nuevos cierres. 

Roccatagliata también señaló que esperan exenciones “como las que hasta ahora no ha habido” y que deberían instrumentarse “en los tres niveles, nacional provincial y municipal”. Refirió que el plan Repro II, también orientado a cubrir parte de los salarios con fondos públicos, es mucho más limitado que el ATP, porque otorga entre 9.000 y 18.000 pesos por trabajador y es más difícil cumplir las condicones

Consultado sobre su expectativa de lo que ocurrirá en 15 días, cuando caduquen las actuales medidas sanitarias, Roccatagliata señalo que “debería ser una vuelta a los horarios anteriores”. Marcasciano también dijo que aspiran a una flexibilización porque “el achique de horario significa caída de facturación, la relación es lineal”.

Aunque estimó que el índice de casos Covid va a ser decisivo, dijo que “también influyen las presiones que llegan desde el gobierno central, porque Bariloche es una vidriera y sale mucho en los medios nacionales”.


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