Los riegos automatizados que benefician el jardín

El riego por aspersión es el método más empleado en nuestra región. Rubén Darío Velez, del vivero Vélez Ancaten, de Plaza Huincul, nos asesora sobre cuáles son más convenientes de acuerdo a la superficie y plantas que tengamos.

En los sistemas de riegos automatizados, muy populares y empleados en parques o grandes superficies como las canchas de fútbol, se utilizan cada vez más en espacios mucho más reducidos como jardines particulares y quintas.


Tener un sistema automatizado para el jardín, sin duda ayuda al usuario a realizar esta tarea que en varias ocasiones puede resultar un problema porque el “tiempo” que se debe dedicar, no siempre se dispone, más allá de tratarse de que para muchos sea una actividad placentera y de disfrute.

Pero además, el riego automatizado es una manera eficiente de administrar el agua en dos sentidos: la cantidad que se utiliza, lo que a su vez va de la mano del control para no sobrepasar de agua las plantas, lo que podría acarrear otras consecuencias.

Por lo tanto, además de ahorrar agua y ajustar un óptimo riego en nuestro jardín, el suelo se beneficia manteniendo “adecuadamente” el nivel de humedad. Algunos expertos aconsejan utilizar determinados nutrientes al momento del riego porque de esta manera se ayuda a prevenir y reducir diferentes tipos de enfermedades ocasionadas por la falta o el exceso de riego, comúnmente llamado estrés hídrico.

En esta oportunidad hablamos con el técnico en parques y jardines, Rubén Darío Vélez Quiceno, del vivero Vélez Ancaten de Plaza Huincul y Cutral Co, de Neuquén. Según el experto, los distintos tipos de riego que se puede emplear para un jardín o un área de césped son por superficie o por gravedad, riego por aspersión, riego localizado y riego subterráneo.

En el primer caso cuando hablamos del riego por gravedad o superficie, este método se caracteriza en la forma de su distribución del agua en el suelo. El avance del agua sobre la superficie del suelo se produce simultáneamente a su distribución, ya sea que se trate en el riego de un surco o parcela infiltrando el agua en el suelo directo.

Con su correcta distribución, el riesgo por aspersión nos garantiza ahorrar agua y regar correctamente nuestras plantas


En el caso del riego localizado, consiste en aplicar agua sólo en una determinada parte del suelo aportando un caudal de baja presión. El riego por goteo es uno de los ejemplos de riego localizado. Este método es muy empleado en zonas áridas permitiendo una utilización mucho más óptima del recurso del agua. Este tipo de método también puede proveerse a través de micro aspersores dando la humedad necesaria alrededor del sistema radicular de la planta evitando un estrés hídrico. Además de emplear un mejor aprovechamiento del agua, también se ahorra -según estadísticas de expertos – entre un 40 a 60 % de agua con respecto a otros sistemas de riego.

En el caso del riego subterráneo se emplea más en las grandes producciones de cultivos, ya que se trata de una alternativa para incrementar la productividad del agua en la agricultura minimizando de esta manera la evaporación en la superficie, por lo tanto, incrementa el aporte hídrico en la zona de la raíz de las plantas. El sistema de riego por goteo subterráneo es una opción agronómica adecuada para todo tipo de cultivos, ya sean cultivos leñosos, como almendro, vid, olivo, pistacho o melocotón, o cultivos extensivos, como maíz, cebada o alfalfa.

El profesional también nos asesora sobre el riego por aspersión, que es el más empleado en los jardines de nuestra región y se trata de una modalidad de riego en la que el agua llega a las plantas en forma de “lluvia” localizada sobre la superficie.

Según el experto, en un área de aproximadamente 40 m2, se deben tener en cuenta los materiales en relación a la distancia de las toberas entre sí, además del lugar de la ubicación de la cisterna y la ubicación de la bomba y sus respectivos componentes eléctricos.

En primer lugar – señala el experto – es necesario tener en cuenta si contamos con un cerco vivo o de pared ya que tratándose de esta última, se debe intentar la menor cantidad de agua posible en la pared para evitar daños de humedad en un futuro. En cuanto los materiales, Vélez comenta que existe una gran variedad de tipos de mangueras y caños en el mercado, para emplear en este tipo de riego , de PVC.

Existen otros tipos de riegos, que se utilizan de acuerdo a la superficie y plantaciones


En este caso, el experto aconseja utilizar mangueras de prolipropileno de una densidad de 6 K de presión por 1 pulgada de caudal. La K significa la resistencia a la presión.

“Posteriormente para reducir y crear presión usaremos mangueras de caudal media de una densidad de 6K de presión con toberas que podamos alinear manualmente en diferentes grados”, explica el especialista.

Por otro lado, según el experto, se debe contar con un tanque preferentemente de 1000 litros para retener una buena cantidad de agua almacenada, en caso de que no se cuente con perforación autorizada. Con el uso de una bomba de 1.5 HP es suficiente añadiendo si se desea, la automatización. En ese caso, se deben tener en cuenta determinadas cosas como contar con una caja de gabinete, preferentemente de plástico, aconseja el experto, ya que las metálicas levantan mucha temperatura en época de verano. Algo que se debe evitar, ya que se tienen varios componentes eléctricos, para esto se necesitará una térmica de 15 AM (ampares) contactor, transformador, solenoide (una bobina que se emplea en diversos aparatos eléctricos, y que crea un campo magnético cuando circula una corriente continua por su interior), y por último se va a necesitar un taimer, es decir un temporizador.

“Después de reunir los materiales y colocarlos en el lugar que elegimos recién se dispone la colocación del tanque y la bomba”, acota Vélez.

“Posteriormente se comienza con el trabajo del zanjeo para la colocación de las mangueras. Este zanjeo deberá ser por todo el contorno del área destinada y a unos 30 centímetros de a pared que tenemos con una profundidad de aproximadamente 15 centímetros”, indica Vélez.


Una vez tendida la manguera sobre la zanja se debe comenzar a ubicar las toberas. En una superficie que ya mencionamos se utilizan 12 toberas; 4 de ellas van colocadas en las esquinas a 90; después 1 tobera en el centro a 360° mientras que las 6 restantes se colocan hacia los costados de las paredes a 90°, con la precaución de que estas se encuentren siempre la boca de apertura hacia el centro. De esta manera nos aseguraremos que las toberas tiren el agua al centro del jardín, especifica Vélez y no sobre las paredes.

“Este dato es importante ya que debemos formar un circuito cerrado con nuestra tubería de 1 pulgada, porque de esta manera ayudará a que todas las toberas tiren igual”, afirmó el experto.


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