Plantas autóctonas: Cardo santo, una hierba multiuso

En esta ocasión hablaremos de esta maravilla nativa, como todas las semanas, con el ingeniero agrónomo Gustavo Manzor.

Como todos los lunes, llegó el momento de repasar las propiedades de algunas especies autóctonas que suelen estar presentes en la región y a las que, quizás, no les brindamos la atención necesaria. Y este caso es un claro ejemplo. ¿Cuántas veces habremos pisado esta planta y, en más de una ocasión, seguramente la hemos desechado del jardín como un yuyo más? Sucede que, ante el desconocimiento, puede resultar insignificante para muchas personas que no saben que esta especie posee varias propiedades para usos medicinales, muchas de ellas tradicionales en diversas culturas.


Estamos hablando del “cardo santo”, que deriva de sus múltiples usos medicinales, y cuyo nombre científico es “Argemone subfusiforme”. Es de la familia “Papaveraceae” y pertenece al género de las “Argemone”; y también se la conoce vulgarmente como “cardo amarillo”.

Esta planta es endémica de Argentina y a su vez está distribuida a lo largo y ancho de Sudamérica. Según explica el ingeniero agrónomo Gustavo Manzor, “en nuestro país se la encuentra desde Jujuy hasta Chubut; y es considerada una maleza en terrenos modificados, lechos de ríos y bordes de caminos”.

Según indicó el experto, esta especie silvestre es un tipo de hierba anual que puede alcanzar hasta 1 metro de altura. También posee un tallo erecto, espinoso, el cual se ramifica desde la base y “presenta un látex amarillo característico”.

Esta especie nativa también posee frutos. Los podemos observar en forma de cápsula, “la cual al secarse, se abre por el extremo en cuatro valvas”, explicó Manzor. Respecto a sus semillas, estas son “globosas, de la gama de los castaños y oscuras, con una cresta y con una superficie punteada, de hasta 2 milímetros de diámetro”.

En nuestro país se la encuentra desde Jujuy hasta Chubut; y es considerada una maleza en lechos de ríos, terrenos modificados y bordes de caminos.


Como mencionamos anteriormente, la “Argemone subfusiformis” es una especie de interés medicinal. Entre otras cuestiones, hay que destacar que estudios químicos realizados sobre esta planta determinaron la presencia de alcaloides como protopina, berberina y sanguinarina entre otros; y se comprobó su actividad antibacteriana, según explicó el ingeniero Manzor.


Usos



– Se la utiliza como digestivo, calmante, hipnótico, sudorífico y diurético poderoso; y por lo tanto se lo considera un “depurativo”.

– Antiguamente, muchas culturas la empleaban como tópico para la sífilis, lepra, heridas, forúnculos y eczemas, en infusión al 30% en un litro de agua.

– Posee como principios activos morfina y alcaloides afines.


– El aceite de la semilla es purgante y favorece al vómito.

– Con sus flores, hojas y semillas se prepara un té que resulta muy eficaz en numerosos tratamientos

– Estudios etnobiológicos revelaron su importancia en el tratamiento de las infecciones intestinales y úlceras; en el incremento del apetito, en tratamientos para combatir la anemia y para mejorar la digestión; y en el tratamiento de la diabetes, hipertensión arterial, hepatitis, artritis, asma, diarrea, problemas del hígado, reumatismo y cólicos.


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