Todos contra Spotify, Spotify contra todos: la desinformación y sus consecuencias

Tras una gran presión social, la plataforma musical tuvo que dar el brazo a torcer en la polémica por un podcast con premisas antivacunas: incorporará una advertencia de información falsa en sus programas. ¿Cómo se llegó a esta decisión?

Durante la última semana, Spotify quedó señalado como una fuente de difusión de información falsa tras priorizar la continuidad de un polémico podcast por encima de reconocidos artistas musicales. ¿Cómo fue la situación?


El rockero Neil Young había emitido un ultimátum hacia la plataforma de música, exigiendo que retiraran el podcast de Joe Rogan (uno de los más escuchados del mundo) por difundir información falsa respecto a las vacunas. No solo eso: Young aseguró que si Spotify no tomaba una decisión al respecto, retiraría sus canciones, que le reportan a la compañía más de 6 millones de oyentes mensuales y 2,4 millones de seguidores.

En su programa, denominado “The Joe Rogan Experience”, el podcaster había aconsejado el uso de la ivermectina, el fármaco antiparasitario que no está autorizado para tratar el Covid-19. A eso se suma que desaconsejó reiteradamente la vacunación en jóvenes.

Ante esta situación, Young emitió un comunicado en el que aseguró que “no podía seguir apoyando la desinformación de Spotify que amenaza la vida del público amante de la música”. La postura del rockero se sumó a una carta publicada días atrás por más de 270 profesionales de la salud, que solicitaron a la plataforma frenar las fake news promovidas por Rogan, que podrían causar “un problema sociológico de proporciones devastadoras”.

Aún con toda esa presión por parte de músicos reconocidos y profesionales médicos, Spotify no dio el brazo a torcer y mantuvo a Rogan, a quien contrataron de forma exclusiva por más de 100 millones de dólares. La economía pesó más que la salud.


Pero, ¿cuál fue el problema con Rogan? Todo comenzó cuando tuvo de invitado a Robert Malone, el infectólogo que se tornó conocido en todo el mundo tras ser expulsado de Twitter por difundir información falsa del coronavirus. Allí, el invitado desaconsejó el uso de las vacunas y ponderó la ivermectina como tratamiento alternativo para superar el Covid-19, aún cuando miles de profesionales médicos de todo el mundo aseguraron que era un riesgo.

A partir de allí, Young hizo pública su postura y de hecho, comenzó a retirar algunos de sus hits de la plataforma. De hecho, los temas del rockero que permanecen en la plataforma son únicamente los que se utilizaron en bandas de sonido de películas (como “Harvest Moon”, presente en “Eat, Pray, Love”), o en recopilaciones de clásicos del género. Sin embargo, no existe ningún tema que aparezca junto a su discografía.

Esto generó un efecto mariposa. Primero, porque se sumaron otros artistas a la medida: la cantante canadiense Joni Mitchell y el músico Nils Lofgren siguieron su ejemplo, y pidieron a Spotify que aborde la información errónea distribuida en la plataforma. Después, porque hasta el jefe de la Organización Mundial de la Salud salió a bancar la postura de Young. Y tercero, porque efectivamente Spotify debió tomar medidas al respecto, aún cuando su proceder siempre estuvo más ligado a “lavarse las manos” que a hacerse cargo.

Hubo contras, claro. La plataforma de video Rumble, que tiene un público más cercano a la derecha, ponderó la postura de Spotify alegando que era “una defensa a los creadores de contenido y la libertad de expresión”. Así lo hicieron también diversas asociaciones más cercanas a la defensa “de la libertad” como concepto retorcido, entendida como un hacer-lo-que-queremos sin importar si avasallan otras libertades y derechos.


Incluso con el respaldo de estos grupos de derecha, Spotify esquivó el tema el mayor tiempo posible pero no logró quitarse la responsabilidad de encima: tuvo que dar el brazo a torcer y adoptar nuevas reglas para este tipo de situaciones, algo que en otro momento podría haber pasado de largo. De hecho, la directora de la ONG norteamericana “PEN America” (que hace foco en la libertad de expresión) aseguró que el problema más grande era que Spotifyno tuviera políticas claras o reglas al respecto.

Fue así que el CEO de la plataforma musical, Daniel Ek, tuvo que moverse rápido y lanzar una serie de nuevas reglas para combatir estas situaciones. “Hemos tenido reglas vigentes durante muchos años, pero es cierto que no hemos sido transparentes en cuanto a las políticas que guían nuestro contenido de manera más amplia”, aseguró Ek en un comunicado colgado en el sitio web de Spotify. Allí agregó que “esto, a su vez, generó preguntas sobre su aplicación a problemas graves, incluido el Covid-19”, y confirmó que desde la plataforma se sienten en la obligación de “hacer más para brindar equilibrio y acceso a información ampliamente aceptada de las comunidades médicas y científicas que nos guían en este momento sin precedentes”.

¿Cuáles serán los cambios en la plataforma? En principio, todos los contenidos que puedan incluir información falsa sobre coronavirus vendrán acompañados de una advertencia y un link para redirigirlos a bancos de información y datos confiables de profesionales médicos, científicos y autoridades sanitarias.

Así, por primera vez Spotify tendrá que dar marcha atrás con su postura de no hacer nada al respecto. Intentó sostenerlo, pero la presión de los músicos y de la gente pudo más. Enhorabuena, entonces: ojalá que esta situación sirva para que la información falsa deje de ser moneda corriente, y sobre todo para que no pueda ser difundida y amplificada por este tipo de plataformas sin ninguna consecuencia.


Las disculpas de Rogan



La primera gran sorpresa que trajo esta situación no fue tanto la imposición de reglas por parte de Spotify, sino el hecho de que el siempre polémico Joe Rogan haya tenido que salir a disculparse.

El podcaster publicó un video en su Instagram, donde ofreció sus disculpas a todas las personas que se hayan molestado por la difusión de información falsa sobre la pandemia. Además, explicó que hará “todo lo posible para tratar de equilibrar los puntos de vistas más controvertidos”, pero no dio el brazo a torcer respecto a los invitados: seguirá buscando los contrapuntos, con su característico estilo punzante. “Estoy interesado en averiguar cuál es la verdad, y estoy interesado en tener conversaciones interesantes con personas que tienen opiniones diferentes. No me interesa hablar solo con personas que tengan una perspectiva”, explicó.

Con sabor a poco, pero mejor que nada, Rogan tuvo que dar la cara y pedir disculpas. Y para alguien que difundió noticias falsas sobre una pandemia que generó millones de muertes y mucho sufrimiento, es como mínimo algo justo.


Las implicancias económicas



Esta polémica no fue gratuita para Spotify. Así como priorizaron el contrato de 100 millones de dólares que habían firmado con Rogan, tuvieron que ver algunos golpes a su bolsillo y a su reputación.

Mencionábamos previamente las críticas de varios artistas y profesionales, que se plegaron a los pedidos de Neil Young. Y a eso debemos sumar la respuesta del público: fueron miles los usuarios que decidieron levantar su suscripción y mudarse a otros servicios como YouTube Music, Tidal o demás. Además, surgieron en los últimos días numerosos hashtags que fueron tendencia en Twitter, como es el caso de #DeleteSpotify (Borren Spotify en inglés), #CancelSpotify o #ByeSpotify. Así, la imagen pública quedó un tanto tocada.

El golpe se sintió con mayor fuerza en la parte económica, puesto que después del escándalo, Spotify sufrió una caída del 6% en la bolsa. En solo tres días, perdió más de 2 mil millones de dólares de valor, llegando a tocar un piso de 171 dólares por acción, el número más bajo de los últimos 19 meses.


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