En el corazón productivo, el asfalto rural es una calamidad

Hay sectores en que la cinta asfáltica está destruida y tiene nada menos que 40 años. De todo lo prometido, apenas se hicieron unos pocos tramos y en otros algunas reparaciones. Desde Chichinales a Mainqué están muy postergados.

Así está todo el sector rural. La calidad de la fruta está en juego en cada viaje de la chacra al galpón. Fotos: Néstor Salas

En varias de las localidades del Alto Valle Este, el pavimento en calles rurales se construyó hace 40 años atrás y pese a los reiterados pedidos, los compromisos y anuncios, solo unos pocos kilómetros se repavimentaron y otros se construyeron nuevos en los últimos años.

El dato no es menor, considerando que este sector concentra la zona productiva más amplia del Alto Valle. Entre Mainqué y Chichinales, son algo más de 15 mil hectáreas productivas de las alrededor de 40 mil que están implantadas en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén.

Para los productores que a diario deben transitarlas, pasar por estas calles se transformó en un padecimiento por los pozos y baches de grandes dimensiones, que principalmente afectan la fruta que debe trasladarse durante la temporada de cosecha hacia los galpones de empaque.

“La zona rural de Mainqué hasta Chichinales, y también podríamos considerar Valle Azul, se encuentra muy postergada”, resumió Marcelo Coriolani, presidente de la Cámara de Productores Agrícolas de Ingeniero Huergo para graficar la situación de los caminos rurales pavimentados.

Sólo algunas tareas de mantenimiento que por lo general duran una eternidad.

“Es difícil hacer una estimación, pero cada vez que salís de la chacra para llevar fruta al empaque, tenés un porcentaje de pérdida por el daño que sufre la fruta debido al estado de los caminos”, comentó otro de los productores consultados.

La problemática, si bien se concentra sobre las calles rurales con asfalto, en muchos casos se extiende a las calles de ripio y tierra. “Antes de cada temporada, generalmente los municipios hacen un mantenimiento, pero después tenés el problema que no se continúa con el mantenimiento ni el riego. Entonces tenés tierra que se levanta y afecta a las plantas, pozos y serruchos, que también provocan machucones en la fruta que va en bines”, señaló otro productor.

No obstante la principal preocupación pasa por el estado en el que se encuentran las calles asfaltadas, debido a la falta de mantenimiento adecuado, y la imposibilidad de contar con mayor cantidad de kilómetros pavimentados para asegurar la calidad de la fruta que se traslada.


Las gestiones de Weretilneck y de Saiz habían prometido mejorar las calles rurales, pero esos anuncios nunca llegaron al Alto Valle Este.


Por caso, Villa Regina cuenta con alrededor de 140 kilómetros de calles rurales, de las cuales una porción menor (alrededor de 30 kilómetros) se encuentran pavimentados. Sin embargo, muchas de las calles, como la denominada Kilómetro de Nardini, un tramo en la zona rural de la avenida Mitre, otro sector de la calle Juan XXIII, o las calles de acceso hacia el barrio Villa Alberdi, presentan grandes baches. “Hace diez años atrás se reconstruyeron algunos caminos rurales, pero por ejemplo en la calle de acceso hacia la chacra de Rosauer, faltó un kilómetro y medio”, comentó Mauricio Molinaro, presidente de la Cámara de Productores Agrícolas de General Enrique Godoy, Villa Regina, Chichinales y Valle Azul.

Otro caso similar se repite en Chichinales, donde las seis calles rurales pavimentadas se encuentran con un gran deterioro. Incluso en algunos tramos, hace algunos años atrás, el municipio decidió levantar el pavimento y nunca se volvió a reconstruir. Hace unos pocos meses, de los alrededor de 24 kilómetros de calles asfaltadas, se comenzó a trabajar en la reconstrucción de cerca de 8 kilómetros.


Villa Regina cuenta con alrededor de 140 kilómetros de calles rurales, de las cuales alrededor de 30 kilómetros están pavimentadas.


En los casos de General Enrique Godoy e Ingeniero Huergo, en la última década se realizó la obra de pavimentación de dos calles. En la primera localidad la calle rural María Auxiliadora, que se encuentra aún en buen estado, pero es la única pavimentada en toda la zona rural. En Huergo también se asfaltó hace diez años la calle de acceso hasta el balneario Fortín Lagunita, sin que ningún otro kilómetro de calles rurales tenga asfalto.

En Mainqué, si bien tiene una amplia zona rural hacia el norte y el sur de la ruta 22, ninguna de sus calles cuenta con asfalto.

Las últimas gestiones provinciales, la encabezadas por el fallecido Miguel Saíz, y más tarde las de Alberto Weretilneck, anunciaron programas de pavimentación de calles rurales; pero estos nunca alcanzaron las ciudades del Alto Valle Este, que siguen esperando una respuesta para la atención de un reclamo que lleva años en espera de una solución positiva.


“El sector rural está muy postergado”


“Todo el sector rural de Mainqué a Chichinales se encuentra muy postergado, no se han hecho obras que son importantes para ayudar al sector productivo que es el principal sostén de la economía de esta zona”, sostuvo Marcelo Coriolani, que preside la Cámara de Productores Agrícolas de Huergo, al referirse a la situación deficitaria en la que se encuentran las calles rurales.

Los montículos de tierra llevan varias semanas en el mismo lugar. Es señal de que la obra avanzó poco y nada.

Detalló que durante la gestión de Miguel Saiz como gobernador, se anunció y puso en marcha un programa de pavimentación de caminos rurales. “Muchas calles del Alto Valle Oeste y del Alto Valle Centro se pavimentaron, pero nuestro sector no tuvo ese beneficio”, subrayó.

Por caso mencionó la pavimentación de la ruta provincial 65 “que se asfaltó hasta Cervantes, después no se hizo más asfalto, y también nuestras localidades están vinculadas por esta ruta”, remarcó.

En el caso particular de esta localidad, indicó que por gestiones que realizó el municipio hace diez años atrás, se logró la pavimentación de la calle de acceso hacia el balneario municipal. Es un tramo de cuatro kilómetros que vinculan la zona rural sudeste con la ruta 22. “Pero en el resto de las calles no se hizo ninguna obra de pavimento; en Mainqué se está en la misma situación de no tener calles con asfalto en la zona rural”, apuntó finalmente Coriolani.

En el Alto Valle Centro el escenario es un poco mejor, porque las calles rurales tienen menos antigüedad y tuvieron mantenimiento. De todos modos queda mucho por hacer.


Los pedidos no tuvieron respuesta


Mauricio Molinaro, que preside la Cámara de Productores Agrícolas de General Enrique Godoy, Villa Regina, Chichinales y Valle Azul, señaló que históricamente los productores de estas localidades han reclamado no solo por el reasfaltado de las calles rurales, sino también por la ampliación en la cantidad de kilómetros, pero los pedidos hasta el momento no tuvieron respuesta.

Las calles rurales muestran su gran deterioro.

“Es realmente un desastre en el estado que se encuentran las calles con asfalto en la zona rural, hay pozos, baches muy grandes, que hacen que sean prácticamente intransitables”, comentó Molinaro, quien remarcó que “es un contrasentido esta situación porque los productores trabajan para hacer fruta de calidad, pero esto se pierde cuando se debe transportar la fruta hacia los empaques”.

Las calles rurales pavimentadas en Villa Regina se construyeron durante la década del ‘70, y desde ese momento no hubo nuevas obras de pavimento. “Se hicieron muchos anuncios, pero ninguno se concretó”, agregó el presidente de la Cámara de Productores de Regina.

Indicó que desde la entidad que actualmente encabeza, en muchas oportunidades se elevaron pedidos tanto al municipio como a la provincia. “Este año nos reunimos con el intendente Marcelo Orazi y reiteramos los pedidos. Nos dijo que iba a hacer las gestiones necesarias, y buscar la posibilidad de contar con financiamiento a través del Plan Castello”.

La ruta 65 se asfaltó hasta Cervantes, después no se hizo más, y también nuestras localidades están unidas por esa ruta”.

Marcelo Coriolani, presidente de la Cámara de Ingeniero Huergo.

Por otra parte, detalló que si bien en general existe un gran deterioro en la calles pavimentadas, sin lugar a dudas, la que mayor daño presenta es la denominada Kilómetro de Nardini, mientras que otras como la calle Juan XXIII, hace tres años se realizó un programa de repavimentación, pero solo se hicieron trabajos sobre un kilómetro, mientras otros dos kilómetros de esa calle se encuentran sin ningún tipo de mantenimiento.

“En Chichinales también tenemos un gran problema, porque las calles rurales asfaltadas están deterioradas, en algunos sectores directamente se levantó el asfalto, y esto también va en contra de la producción frutícola por los daños en el traslado y los problemas que genera el polvillo que está en suspensión”, apuntó finalmente.

El dato

1970
Es el año en el que se asfaltaron calles rurales.

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