En el mejor camino folclórico
Luna Monti y Juan Quintero recorrerán su repertorio mañana en Viedma. Presentarán su disco “Después de usted” en el cine Gama. Antes, “Río Negro” habló con el músico.
Eduardo Rouillet
El dúo formado por Luna Monti y Juan Quintero presentará mañana a las 22, en el Cine Gama –Gallardo 160– de Viedma, “Después de usted”, quinta placa de su bello camino artístico. Organizado por la Asociación Civil-Cultural “No todo es vigilia”, el concierto incluye la presentación previa del grupo local Gaucho Lisérgico. Monti y Quintero son dueto desde el 2001 y su producción discográfica suma “El matecito de las siete” y “Lila”, junto a Jorge Fandermole, Juan Falú, Carlos Aguirre, Coqui Ortiz y Aca Seca. Con un perfil interpretativo exquisito, austeridad de formas y claridad estética, recorren repertorios de la tradición folclórica nacional. Continuadores de una larga tradición de dúos en el cancionero de raíz, Luna y Juan consolidaron ya un estilo propio, una manera definida de abordar la canción en sus variadas expresiones. De eso trata “Después de usted”, su último disco producido y editado por ellos mismos. En él se cifran homenajes a precursores como los hermanos Pepe y Gerardo Núñez en “El cumpita”, dos momentos del “Tríptico mocoví” de Ariel Ramírez y Guiche Aizemberg, “Mba epa doña Froilana”, de Teresa Parodi y Raúl Carnota, y la conmovedora “Conmigo” de Hugo Fattoruso, entre otros. También propone obras de compositores nuevos, los seguidores: Edgardo Cardozo, Nacho Vidal y el propio Quintero, con “Bandera”. “Cuando pensamos en este registro y en muchas de las cosas que nos pasan en la vida, son encuentros sí entre personas. Y eso conlleva un montón de cuestiones”. Juan dialoga con “Río Negro” en la tranquilidad de su casa. “Encuentro con comidas de la gente, con el paisaje, porque a partir de ella empezamos a conocer otras realidades. También con la música, con cosas que se hacen en soledad; con uno mismo, viendo cómo nos vamos reflejando con el tiempo, cómo vamos cambiando… Y el disco está totalmente, ¿cómo te diría? Impregnado, preñado de encuentros. Eso es lo que habilita… Extender lazos y encontrarse, fue muy importante y lo sigue siendo en nuestra vida.” –También es reencuentro con el momento de creación o de interpretación primera de una obra. –Es sí, además, una mirada hacia atrás. Nosotros, en el 2011, hicimos una retrospectiva que se llama “Diez años” que era una visión muy concreta sobre la obra, sobre la música. Reversionamos algunos temas, cambiamos algún verbo. Pero ahora hemos grabado todas canciones nuevas para nosotros, incluso algunas son diferentes con respecto a lo que venimos haciendo pero vienen salpicadas de una mirada hacia atrás, también, viendo cuantos han participado mientras gestábamos los temas. A ellos que las constituyen silenciosamente, les dedicamos algo. –Te propongo el juego de situarte imaginariamente en el momento previo a salir al escenario a sonar en Viedma… –Antes de entrar, entre bambalinas, tratamos de conservar con Luna unos cuantos segundos –no mucho más– en los que estamos quietos, en silencio. Ella dice algunas palabras para sí, que yo no sé, y yo digo las mías… Y ahí está. No sé, es un rezo. Sí. Yo no soy un practicante religioso, pero sé que es una manera de invocar a lo que uno más quiere. Para lo que pueda haber de expectativas, de muchísimos sentimientos que se agolpan allí, la expresión ya está, es justa. Todo lo que esté jugando hasta ese momento, deja de valer. A partir de ese paso que vamos a dar, lo importante es la conexión que vaya a ocurrir ahí. Me encanta eso… En los instantes que el recital se pone difícil –que pasa– es como una resignación; también en los de alegría decimos bueno, a partir de ahora, importa el encuentro. Me reconforta saber que tengo algo en la vida que me interesa tanto.
Eduardo Rouillet
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