Invierno frío: el escenario de Argentina sin el gasoducto a Vaca Muerta

Las demoras vinculadas a la obra del gasoducto Néstor Kirchner podrían generarle al país una inesperada sangría de divisas. Las empresas a cargo de la obra tienen poco margen de error.

La semana pasada se conocieron detalles preocupantes en torno a la obra del gasoducto Néstor Kirchner y su inauguración pautada para el próximo 20 de junio podría estar en peligro. Se estima una demora de hasta más de un mes: el escenario al que se enfrenta Argentina si la obra no está terminada según el calendario oficial. 

Sangría de divisas, restricción de abastecimiento al sector industrial y GNC, mayor uso de líquidos en las usinas y coletazos en el segmento del upstream. Estos son algunos de los inconvenientes a lo que se enfrentaría el país, de no llegar al 20 de junio con el caño terminado.  

Una serie de factores técnicos -esperables en este tipo de obras- sumó incertidumbre a la finalización de la obra tal como estaba pautada por el gobierno nacional (ver adelante).  

Resultó llamativo el silencio por parte del gobierno nacional, ya que no emitieron comunicados al respecto, ni desde la secretaría de Energía, ni tampoco desde la empresa estatal a cargo de la obra, Energía Argentina (Enarsa, exIeasa). Si bien no sumaron precisiones respecto a las demoras, tampoco desmintieron la información que trascendió. 


Invierno sin el gasoducto Néstor Kirchner 


Como primer punto vale señalar que la fecha anunciada por el gobierno nacional para la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner (20 de junio) ya presentaba una demora y es que, para el sector energético, el invierno comienza el 1 de junio. Esto tiene que ver con que las temperaturas más bajas comienzan a registrarse antes de lo que marcan las estaciones y esto se traduce en mayor demanda de gas. 

Pese a lo marcado en el párrafo de arriba, no llegar con el caño le implicará Estado destinar gruesas cantidades de dólares para el abastecimiento energético. Hablamos no solo de un acelerado nivel de importaciones de Gas Natural Licado (GNL) sino también de líquidos para la generación eléctrica como el gasoil.  

Para poner en contexto los precios que se manejan en el mercado internacional, es preciso marcar que, de la mano del Plan Gas, el gas que se inyectará en el nuevo gasoducto tendrá un precio menor a los 4 dólares por millón de BTU. 

En números

US$ 25
por millón de BTU es el precio de los futuros del GNL para el invierno. A nivel local el gas se paga por debajo de los US$ 4.

Las proyecciones para el próximo invierno dan cuenta que el precio del GNL rondará los 25 dólares por millón de BTU. Se trata de un precio que puede oscilar unos 5 dólares (parra arriba o abajo) dependiendo de una serie de factores intrínsecos del mercado.  

Solo en GNL, teniendo en cuenta los precios futuros y sin contar los precios de contratación de los buques regasificadores, el Estado podría destinar cerca de US$ 1500 millones de dólares en importaciones. Una cifra cercana a lo que demandaría el segundo tramo del gasoducto a Vaca Muerta.

Esto en paralelo al gas que Argentina le compra a Bolivia por caño, que tiene un precio de uno 15 dólares por millón de BTU. Si bien es más bajo que el que se compra por barco, el país vecino tiene su producción local en pleno declino, con lo cual no solo no se pueden aumentar los envíos, sino que es probable que caigan.  

En números

US$ 15
por millón de BTU es el precio estimado que paga el Estado por el gas que importa desde Boliva.

Ante un escenario de escasez de gas, una de las primeras medidas a tomar es la restricción del uso al sector industrial, que es remplazado por un mayor uso de combustibles líquidos. Durante el invierno de 2022 el precio del gasoil también fue elevado y rondó los 25 dólares para la equivalencia de un millón de BTU. 

La primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner permitirá incrementar el abastecimiento de gas natural desde la Cuenca Neuquina en unos 11 millones de metros cúbicos. Una capacidad inicial suficiente para remplazar importantes volúmenes importados. 

Por último, la demora en la inauguración del caño podría complicar los planes de las empresas que tienen producción comprometida en el caño, como lo son Pampa Energía, Pan American Energy y Tecpetrol, por citar ejemplos.

Las empresas tienen en marcha campañas de perforación en línea con la nueva capacidad de transporte que llegará con el gasoducto Néstor Kirchner, con lo cual, cualquier demora en esta línea podría tener impacto en el segmento del upstream en la formación.  


Las demoras 


Según publicó este medio la semana pasada, la obra se demoró por dos principales factores. El primero tiene que ver con la puesta en marcha de una de las soldadoras automáticas que, por un problema de calibración, atrasó las soldaduras en uno de los tramos del gasoducto. 

El otro motivo de las demoras tiene que ver con los caños de 36 pulgadas que elabora la firma SIAT, del grupo Techint. Algunos tubos llegaron a destino defectuosos como, por ejemplo, con marcas en el metal base y deformidades en la ovalación. La reparación y ajuste de los caños jugó contra el apretado calendario. 

(Foto: archivo Matías Subat)

Vale señalar que se trata de inconvenientes «comunes» en este tipo de obras de gran envergadura, sin embargo, las demoras en todo el proceso vinculado al gasoducto Néstor Kirchner, como el armado de los pliegos, la licitación y posterior adjudicación por parte del gobierno nacional dejó a las empresas con poco margen de error. 

Tras una consulta por parte de este medio, desde la UTE Techint-Sacde, encargada del grueso de los trabajos, aseguraron que vienen cumpliendo con los plazos «exigentes» de la obra. Precisaron que están «desfilando» tubos a razón de 1500 y 2500 metros por día, en los extremos de la traza en Neuquén y La Pampa.  


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