Refinería La Plata: el corazón energético del país llega a los 100 años

La Refinería de La Plata de YPF celebra en pocos días su primer centenario. De lo que fue la destilería puesta en marcha por Mosconi, al actual Complejo Industrial, los 100 años cierran con el premio a la Refinería del Año de LARTC.

El 23 de diciembre de 1925 el presidente Marcelo Torcuato de Alvear inauguró junto al presidente de la flamante YPF, Enrique Mosconi, la destilería de La Plata, que en unos días llegará no solo a sus primeros 100 años, sino que lo hará por la puerta grande. Con el premio a la Refinería del Año para América Latina, abasteciendo a casi el 40% del consumo de todo el país y con una apuesta a la digitalización como trampolín para potenciar sus exportaciones.

De la vieja refinería que se construyó en menos de un año queda muy poco, dado que hoy se trata de un Complejo Industrial (CILP), en el que junto a los combustibles, también se elaboran productos como lubricantes, petroquímicos, asfaltos y GLP, y desde el cual se cubre la demanda del 41% de las naftas y el 39% del gasoil del todo el país, llegando a un impacto del 60% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), siendo así el es el verdadero corazón energético del país.

Y como se anticipó, cierra este primer siglo de actividad a lo grande, dado que recientemente fue premiada como “Refinería del Año” por LARTC (Latin America Refining Technology Conference), un reconocimiento que avala la excelencia operativa e innovación tecnológica aplicada. Y además, la consultora Solomon la ubicó en el primer cuartil mundial por margen neto y en el segundo por costo de producción, indicadores que reflejan su liderazgo en la industria.

El acto de inauguración contó con la presencia del Presidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear, y del presidente de YPF, el general Enrique Mosconi.

Hoy el CILP es el complejo de refinación más grande de Argentina y uno de los más importantes de Sudamérica, con una capacidad de procesamiento superior a 210.000 barriles de petróleo por día pero además con una particularidad: el 70% del crudo que corre por sus torres corresponde al shale oil, el petróleo específico de Vaca Muerta.

Este alto porcentaje de crudo shale no es casual, sino que refleja la integración creciente entre el desarrollo no convencional y la capacidad de refinación nacional. Es por esto que YPF proyecta incrementar la participación del shale oil, en línea con su estrategia de maximizar el valor de Vaca Muerta y reducir la dependencia de crudos convencionales. Un punto que ya se marcó con las inversiones recientes en unidades de proceso y digitalización que apuntan a sostener esta tendencia.


100 años despúes, una refinería 4.0


El otro gran hito de este año se dio en abril cuando se inauguró el Real Time Intelligence Center (RTIC) del complejo, una sala de monitoreo equipada con inteligencia artificial que controla en tiempo real más de 180.000 variables operativas y 20.000 indicadores económicos las 24 horas.

La función del RTIC es optimizar la operación, anticipar desvíos y maximizar el rendimiento por barril procesado, y sus resultados ya son palpables, dado que la refinería mejoró su rentabilidad en un 20%, redujo consumos energéticos y elevó la productividad a estándares internacionales.

Y es que la hoja de ruta que ya se delinea para este segundo siglo tiene tres ejes: aumentar el margen, maximizar la eficiencia y fortalecer los cimientos. En ese camino, la digitalización es vista por YPF el nuevo ADN de la refinería con herramientas como Optimax, que permite monitorear en tiempo real la calidad y rendimiento de cada producto, y el Multi Blending Optimizer, que optimiza las formulaciones para reducir tiempos y mejorar eficiencia.

Con estas herramientas no solo se mejora la productividad, sino que reduce el consumo energético y elevan los estándares de calidad, preparando al complejo para competir en mercados internacionales para que en su centenario, la Refinería La Plata sea un pilar clave del plan 4×4 de YPF, que permita integrar la producción de Vaca Muerta, expandir las ventas de YPF e insertarla de la mano de la competitividad en el mercado mundial.


De la destilería al Complejo Industrial


Un recorrido por los cien años del inicio de las operaciones de la Refinería La Plata, es casi un repaso por la historia argentina, por sus altas y bajas y sobre todo por sus trabajadores, que hoy son 1.470 que llegan a 4.000 con indirecto cada día, pero que en estos 100 años han sido muchos miles más.

Su inauguración oficial tuvo lugar el 23 de diciembre de 1925, cuando entraron en funcionamiento la Unidad de Destilación Primaria, la usina de producción de vapor, la casa de bombas y, poco después, la planta de refinación de kerosene. En esa primera etapa, la instalación producía nafta, kerosene, aero-nafta y fuel oil.

A mediados de los años ’30, la refinería incorporó la producción de aceites lubricantes y puso en marcha una Unidad Combinada que integraba las plantas de Topping, Cracking y Polimerización. Con esas ampliaciones, el procesamiento anual trepó a 1.400.000 m³ de petróleo y la producción de naftas alcanzó los 380.000 m³.

En 1930 la refinería tuvo una gran expansión, sumando nuevos servicios.

Durante sus primeros 15 años, la capacidad diaria se expandió de 2.000 a 5.000 toneladas de crudo y la variedad de productos se multiplicó: de los cuatro iniciales se llegó a más de 170, entre ellos disolventes, lubricantes líquidos, parafinas y asfaltos. En 1947 se sumó la Unidad de Destilación Primaria III, seguida en 1950 por la Unidad de Topping IV y, luego, por una nueva planta de destilación primaria.

Un punto de inflexión llegó en 1955 con la incorporación de la Planta de Cracking Catalítico, que permitió producir combustibles para la aviación y abastecer no solo al mercado local sino también a Uruguay. Hacia 1957, la refinería ya era considerada una de las más grandes del mundo y la segunda en capacidad de América del Sur.

El crecimiento continuó con la ampliación de la planta de despacho de petróleo, la entrada en operación de una nueva Unidad de Topping IV y la construcción del complejo de dodecilbenceno (DDB), que marcó la entrada de la instalación en el terreno petroquímico. Poco después se completó la Planta de Topping D, gemela de la Topping C.

En 1978 ya se estaba ante un complejo industrial, con diversos procesos de tratamiento.

A fines de los años ’80 comenzó la construcción de la Planta de Coque, diseñada para sumar 3.600 metros cúbicos diarios a la capacidad de procesamiento. La expansión continuó hasta los años ’90, cuando la refinería entró en un proceso de reestructuración que implicó una modificación de su organización operativa, procesando 180.000 barriles por día.

Con la llegada de los 2000, la empresa se enfocó en mejorar y modernizar la eficiencia en sus plantas consolidándose como uno de los complejos más importantes y dinámicos de la industria nacional hasta llegar a la realidad actual, que procesa 210.000 barriles por día y es la principal refinería del país.


El 23 de diciembre de 1925 el presidente Marcelo Torcuato de Alvear inauguró junto al presidente de la flamante YPF, Enrique Mosconi, la destilería de La Plata, que en unos días llegará no solo a sus primeros 100 años, sino que lo hará por la puerta grande. Con el premio a la Refinería del Año para América Latina, abasteciendo a casi el 40% del consumo de todo el país y con una apuesta a la digitalización como trampolín para potenciar sus exportaciones.

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