Se cortó la racha de crecimiento de la producción de petróleo de Neuquén

Tras seis meses de subas, febrero marcó un quiebre y las extracciones bajaron un 0,7%. La saturación de los oleoductos, en la mira.

Los datos de producción de febrero marcaron que luego de una racha de seis meses consecutivos en un notable crecimiento, la producción de petróleo de Neuquén tuvo un revés y cerró el segundo mes del año con una baja leve, del 0,7%.

De acuerdo a los registros oficiales de la secretaría de Energía de la Nación, durante febrero los yacimientos de Neuquén, incluyendo a los de Vaca Muerta, arrojaron una producción de 252,514 barriles por día en promedio.

Este valor representa una caída de 1843 barriles por día en comparación con el mes anterior, y corta una fuerte tendencia de crecimiento que comenzó en septiembre del año pasado.

Si bien la baja es ínfima y podrá ser fácilmente revertida, después de todo es cercana a la producción de un solo pozo de Vaca Muerta, no es menor si se tiene en cuenta que en enero el crecimiento mensual había sido de 10.000 barriles por día y grafica algo que desde las empresas productoras se venía advirtiendo desde hace meses: la saturación de la capacidad de transporte.

Ya el año pasado hubo pequeñas restricciones en la producción a raíz de que las líneas de Oleoductos del Valle (Oldelval) estaban repletas y forzaron a la empresa a acelerar el plan de ampliación de 50 millones de dólares que se espera esté listo en mayo.

En números

1.840
barriles de petróleo por día fue la caída en la producción tras un alza intermensual de 10.000 barriles diarios.

Sin embargo, la baja en la producción marcada en febrero refleja que este cuello de botella volvió a jugar una mala pasada a las productoras, que mostraron en sus áreas de Vaca Muerta esta contracción de la producción.

Para comprender mejor el escenario, hay que recordar que en febrero del año pasado todos los yacimientos de Neuquén producían 178.349 barriles de petróleo por día, un 41,6% menos que los 252.514 barriles diarios que se extrajeron en febrero pasado.

La mayor parte de esa producción se canaliza por la línea de Oldelval que recoge además la producción de Río Negro y La Pampa antes de llevarla hasta Puerto Rosales tanto para su exportación como para ser redestinada a las principales refinerías del país.

Por fuera de esa línea, hay dos ramales que llegan en un caso a la refinería de Luján de Cuyo, en Mendoza, y a la de Plaza Huincul.


La ampliación de los oleoductos


Mientras desde Oldelval se trabaja en el plan para elevar hasta 265.000 barriles por día la capacidad de transporte de su ramal central, también se apuran los trabajos para reactivar el Oleoducto Trasandino (Otasa) generando así no solo una segunda vía de evacuación.

En este caso los trabajos son encarados en conjunto entre YPF y la chilena Enap y cuentan con el interés del gobierno de Gabriel Boric que busca importar petróleo argentino para las refinerías de Enap y también ser un punto de exportación para la producción de Vaca Muerta hacia el Pacífico.

Mientras las obras de reactivación del oleoducto de exportación podrían demorar hasta fin de año, desde algunas empresas productoras se advirtió con preocupación la irresolución del pedido de extensión de la concesión que presentó Oldelval como condición para ampliar aún más la capacidad de la traza actual.

Es que según prevén las principales operadoras de Vaca Muerta, en el corto plazo no sólo será necesaria la ampliación de 50.000 barriles por día que está en marcha y la reactivación de la línea a Chile, sino una nueva línea paralela a la que actualmente llega a Puerto Rosales, para permitir transportar hacia ese punto nodal el doble de la actual cantidad de petróleo.


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