ENTREVISTA – LUIS DI GIACOMO, PSIQUIATRA Y DIRIGENTE POLÍTICO»: Hay algo de inquietante en esto de decir qué es lo normal»

Hace cinco años se divorció a medias de su profesión de psiquiatra para dedicarse de lleno a la política como militante del Frente Grande, una "pasión setentista". Ahora, tras ser legislador provincial, vuelve a ocupar la banca de concejal en Roca por el Frente para la Victoria.

-Psiquiatría y política juntas expresan mucho poder. ¿Cómo reflexiona esta cuestión?

-Bueno, si como expresión de poder hablamos de definir determinados parámetros para el conjunto, está lo que dijo Foucault. Sostuvo que los psiquiatras y los políticos son algo así como los custodios del orden establecido.

-¿No es una prerrogativa algo siniestra?

-No hablaría de «siniestro» sino de inquietante. Puede ser inquietante el acto, muy singular por cierto, de definir qué es la normalidad y qué la locura, o detentar la posibilidad de dictar la ley… dictar parámetros funcionales al orden. Pero también es cierto que la convivencia requiere un orden y…

-¿Qué es la normalidad y qué la locura en términos de psiquiatría?

-Depende del rol que se pretenda asumir. Para un psiquiatra conservador del orden establecido, «la norma» -que es una construcción social- es tomada como natural y lo que está por afuera de ella siempre será «anormal», «antinatural» y debe ser corregido o sancionado. Desde este punto de vista se definirá como locura a la inadaptación o la rebeldía a ese orden que se custodia. En cambio, para otros psiquiatras, el ser está por encima del sistema y la adaptación al mismo debe ser, al decir de Pichon Rivière, una «adaptación activa a la realidad», es decir: está sano quien puede cooperar socialmente al tiempo que es capaz de cuestionar y transformar aquello que lo daña o menoscaba. Con este criterio no anteponemos lo normal/sano frente a lo anormal/loco sino que lo que buscamos terapéuticamente es el equilibrio, sin olvidar que en muchas ocasiones son las normas las que enferman.

-Usted usó la palabra orden, que siempre sugiere ideología… El periodista James Neilson sostiene que el contenido que le acredita cada uno a esa palabra define toda una percepción de la vida. ¿Está de acuerdo? Él habla del «caso alemán», por ejemplo…

-Sí, sí… Y para prueba del caso alemán, está el discurso de Heidegger sobre la Autoafirmación de la Universidad Alemana. Ahí Heidegger transpira una idea muy rigurosa de orden. Pasa que muchos pensadores de su tiempo estaban convencidos de vivir en un tiempo de decadencia del mundo, ante lo cual el principio de orden tuvo para él una impronta muy especial. Se vertebró en términos muy exigentes. El drama de ciertas percepciones del orden es que van muy rápido hacia el exceso… Excesos que después venimos a explicarlos los historiadores, los psiquiatras, etcétera.

-¿Por qué fue usted a la Psiquiatría?

-Primero tendría que explicarle por qué a la Medicina (ver aparte). Luego fui a la Psiquiatría porque es la menos médica y la más humanística de las especialidades de la Medicina.

-¿Alguna vez tuvo un bisturí en sus manos y un paciente que lo miraba con terror?

-Tuve, pero el que miraba con terror era yo porque soy daltónico… no distingo una vena de una arteria o un nervio. Pero como durante dos años fui médico en campamentos de obras viales y otros tantos fui médico rural, bueno… intervine en accidentes y problemas muy urgentes que demandaban cirugía, en todo caso, menor. Hace poco iba a Ushuaia en avión y de golpe pidieron un médico. Me presenté. Se trataba de un preinfarto. Comencé a atenderlo, pero aparecieron dos clínicos. «Yo les hago de enfermero», les dije…

-Me quedó picando: ¿por qué la Psiquiatría es la menos médica y la más humanística de las ramas de la Medicina?

-Porque la Psiquiatría moderna, además de comprender el «bios» genético-estructural, trabaja con los procesos del pensamiento, las emociones y las circunstancias vinculares. El conocimiento del sujeto impone saber de su estructura, su modo de vivirse y situarse en el mundo y de las condiciones de relación que se dan en ese mundo… Entonces, mientras entre el común de los médicos y sus pacientes hay una infinidad de cosas que los separan, incluyendo la técnica, el psiquiatra y la persona que lo consulta están unidos por la palabra, por el gesto, la mirada… Se escucha, se analiza, se comprende en términos de que el otro comprenda lo que se le dice o se sienta escuchado y comprendido, según sea el caso.

-¿Pero entonces qué es el medicamento en esa relación?

-Para un buen psiquiatra, la comunicación es la esencia de su accionar; el laboratorio o el medicamento, complementos no siempre necesarios.

-Sabemos que está escribiendo un libro sobre conductas en la política rionegrina…

-No es cierto… estoy evaluando y reflexionando metodologías para avanzar en esa dirección, pero por ahora, todo muy nonato.

-Vale igual. ¿Qué diría en un trabajo de esa naturaleza sobre los actores esenciales de la política rionegrina?

-Que el radicalismo no está unido por ninguna doctrina o ideología sino que está hegemonizado alrededor del sostenimiento del poder en función de los privilegios que éste asegura… Diría que la reproducción de su poder es dinámica pero la gestión es rutinaria, burocratizada y de resultados pobres, porque el manejo de la cosa pública es un fin en sí mismo para ellos. Diría que el PJ rionegrino son caciques exitosos en una tribu permanentemente derrotada… Hasta la gestión Soria en Roca, muy buena, el único estandarte que tenía el PJ seguía siendo el Plan de Salud de Mario Franco… Diría que este peronismo amaga ahora con frenar su proceso de autodestrucción, todo un desafío para Soria. Del Frente Grande, al que pertenezco, diría que es la fuerza más sólida en la historia de las terceras fuerzas políticas de la provincia y que tiene que ayudar a consolidar firmemente el Frente para la Victoria.

 

Designio de inmigrantes

Tiene 54 años y 30 de médico egresado de la Universidad Nacional de La Plata. Cuatro hijos: uno médico, otro ingeniero y el resto, aún con los libros.

Nació en Avellaneda y la política lo atrapó siendo adolescente en la Zona Sur del Gran Buenos Aires, barrios cargados de historias densas en materia de luchas sociales. “Mis primeros encontronazos con la montada vienen de los tiempos de Swiff, Deltec, ¡los frigoríficos! ¿Se acuerda? Tiempo de Onganía”.–Fui a la Medicina por un designio propio de los hijos de inmigrantes… Era pésimo en matemáticas y ciencias varias. Mis padres vinieron después de la Segunda Guerra: tanos de azada y surco. Y entonces… “Mi hijo el doctor”. Historia conocida… aquello de Gino Germani: “¡Y los hijos fueron por los caminos que los padres no pudieron ir”.

 

CARLOS TORRENGO

ctorrengo@hotmail.com

 


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