Lila Downs: cómo será el show de esta noche en Neuquén

Con varios clásicos y algunas sorpresas para el público presente, la cantante mexicana ofreció una mágica función en Buenos Aires que es la antesala de su presentación de esta noche en Neuquén.

Redacción

Por Pedro Fernándes Mouján

La respiración profunda de la canción popular mexicana a través de conmovedoras y potentes versiones de clásicos como «Fallaste corazón» o «El último trago» se adueñaron en la noche del lunes del teatro Coliseo en el regreso de Lila Downs a la Argentina, una antesala de lo que ocurrirá este miércoles por la noche en el Teatro Español de Neuquén, adonde también regresa.  Las entradas están a la venta en Flipper (Av. Argentina 179) y por sistema a través de livepass.com.ar.

La mexicana ofreció -y ofrecerá- un concierto deslumbrante después de la distancia que impuso la pandemia y mientras se abraza al canto como medicina para mitigar el dolor por la muerte de su marido, el músico Paul Cohen, ocurrida en diciembre pasado, que parece partirla por dentro.


Lila Downs, que había estado en la región hace algunos años, regresó a la Argentina con su gira Dos Corazones Tour, que la llevó el sábado pasado al Cosquín Rock y que la trasladará a la ciudad de Neuquén (hoy, a las 21, en el Cine Teatro Español) y el viernes 25 al Anfiteatro Municipal Humberto de Nito de Rosario, fecha que compartirá con La Delio Valdez.

El show abre con los dos primeros versos de la canción de Fito Páez «Vengo a ofrecer mi corazón» («Quien dijo que todo está perdido/yo vengo a ofrecer mi corazón»), acaso como una declaración de la disposición espiritual que embarga en la actualidad a la Downs y también como un anuncio de la intensidad que la intérprete iba a imprimir a su canto.


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Acompañada por La Misteriosa, una banda formidable que anoche sonó mucho más compacta y prolija que en shows anteriores sin perder nada de su encanto, integrada por Lautaro Burgos (batería), Giovanni Buzurro (bajo), Ángel Chacón (guitarras), Moisés García y Humberto Sanabria (trompetas), Patricia Piñón (percusión), Ulises Martín (violín) y Leonardo Soqui (acordeón), la referencia a Fito Paéz fue solo el primero de un par de guiños al público argentino.

Otro fue la interpretación de «Solo le pido a Dios», junto a León Gieco, único invitado de la noche y aplaudido a rabiar, y el tercero las primeras palabras que dijo sobre el escenario: «Qué bendición estar con ustedes acá, la vida nos quita pero la vida también nos da mucho, ¡gracias Argentina!».


El show arrancó con «Dignificada», tema en que evocó la figura de la abogada defensora de los derechos humanos Digna Ochoa, asesinada en 2001, y siguió con «Son del chile frito», relacionado con las diversas variedades del pimiento mexicano y la cultura culinaria de su región, ambos autoría de Lila.

Luego llegó el turno de dos canciones tradicionales, el son «La Martiniana» y la muy rápida y alegre «Tortolita», de Juan Reynoso («y nos vamos pa’ Guerrero», anunció la cantante), donde se lució el violinista Ulises Martín.

Una versión propia de «Urge», la canción romántica de Martín Urieta, y en carácter de estreno en Buenos Aires «Mandimbo», creada por la Downs en pandemia y «Dos corazones», composición de Miguel Luna que le da título a la gira y al nuevo trabajo que la intérprete tiene previsto dejar registrado, dieron continuidad a un concierto que volvió a dejar de manifiesto el carisma único de la intérprete, a la altura de las más grandes divas que tuvo la canción latinoamericana.

En este punto llegó la aparición de León Gieco sobre el escenario (vitoreado por el público) para una versión de «Solo le pido a Dios» y luego el concierto fue enfilando hacia su resolución con las canciones más fuertes de la noche.

La música mexicana volvió a brillar en suelo argentino.


El sprint final arrancó con logradísimas interpretaciones de dos «himnos» mexicanos: «El último trago», la ranchera del inmortal José Alfredo Jiménez que también hicieron eterna Pedro Infante y Chavela Vargas y de la que Lila Downs ofrece una versión que no es única solo por la enormidad de las que la preceden; y «Cucurrucucú paloma», el huapango de Tomás Méndez, que llevó a cimas interpretativas Pedro Infante y que tiene conocida versión de Caetano Veloso.

«Zapata se queda», el gigante tema propio («al caudillo mayor», la dedicò) que grabó junto a Totó La Momposina y Celso Piña; «La cumbia del mole», otra inigualable canción creada por la Downs y la popular cumbia peruana «Cariñito» cerraron el show en medio de ovaciones.

Los bises fueron la ranchera de Cuco Sánchez «Fallaste corazón», otra de las grandes canciones de la música popular mexicana con sobradas interpretaciones dentro de las que se puede contar la de anoche (Cuco Sánchez, Chavela Vargas, Aceves Mejías, Pedro Infante, entre otras y otros) y «Mezcalito», con la gente de pie y bailando.



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