Escándalo de «climagate» se hizo presente

El presidente del Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU, Rajendra Pachauri, y miembros del grupo que desarrolló la parte científica del último informe de Naciones Unidas se vieron obligados a reafirmar en Copenhague su confianza en los científicos implicados en un escándalo internacional, ya denominado «climagate».

El incidente ya se ha cobrado una dimisión temporal, la de Phil Jones, director de la Unidad de Investigación del Clima (CRU), en la Universidad de East Anglia.

Sir Muir Russell, un hombre de establishment universitario, de las artes y judicial en Escocia, ha sido nombrado como responsable de elaborar un informe que explique cómo miles de correos electrónicos entre los más prominentes científicos del IPCC acabaron en el dominio público.

Algunos de esos mails parecen confirmar que miembros del organismo que ofrece una base fundamental a la alarma argumentada por el IPCC manipulan datos para que confirmen las predicciones más graves. También los hay que muestran que esos científicos saben, como sus críticos, que sus proyecciones de calentamiento acelerado no se han cumplido en la última década, pero enfocan esa contradicción como un problema.

Y otros, publicados en la Red por un hacker parecen confirmar también que científicos de esa unidad que ha rechazado insistentemente poner sus datos básicos a disposición de otros colegas para que pudiesen replicar el análisis. El climagate afecta a científicos de Reino Unido y EE. UU., que enfrentan ahora denuncias por haber burlado las obligaciones de transparencia de organismos públicos como la CRU.


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