La historia de «Friday, I’m in Love»: cuando The Cure levantó la persiana y dejó entrar el pop

El 26 de mayo de 1992, The Cure editó “Friday, I’m in Love”, uno de sus más grandes hits, a la vez que el más alejado de su estilo clásico de canción oscura.

Viernes a la tarde, vaya momento de la semana. ¿En qué pensamos un viernes a la tarde? ¿Qué planes se nos ocurren para la noche de ese día? Muchos y de los más variados, seguramente. Pero, no a todos nos ocurre lo que a Robert Smith le ocurrió y viernes cualquiera de vuelta a casa, a su casa. Puede que nos ocurra que llevemos dentro una melodía que nos haga mover la cabeza mientras vamos en nuestro auto. Pero no a todos, diría que a nadie, le sucede lo que a Robert Smith en auto de vuelta a su casa: dar la vuelta, regresar al estudio, encontrarse con que sus amigos aún seguían allí y aprovechar la ocasión para hacer de esa melodía de viernes por la tarde un hitazo de The Cure. Porque no todos somos Robert Smith y nuestros amigos, los músicos de The Cure.


Claro que aquella melodía que daba vueltas la cabeza de Robert Smith al punto de hacerlo regresar al estudio -aún cuando tenía por delante el fin de semana libre- no se convirtió ese mimo viernes en el hit que terminó siendo. Aquella tarde noche, y por algún tiempo, solo fue “Viernes”. Lo de estar enamorado vendría después.
Para comienzos de la década del 90, The Cure buscaba lo que toda banda busca cuando domina una década y esa década se termina: hacer pie en la que viene. Nada fácil, por cierto. Los Cure se habían hecho su reputación en los ‘80 y la vara les había quedado bien alta luego de la edición de “Disintegration” (1989), su octavo disco, hecho de hits como ”Picture of You”, ”Lovesong”, “Lullaby” y “Fascination Street”. Una pregunta se les imponía: ¿cómo sonar en los 90?
La respuesta fue “Wish” (1992), un disco sin teclados tras la salida de Roger O’Donell y en el que esta ausencia es suplida con más guitarras, lo que le dio otro sonido a la banda. Si bien mantiene cierto tono postpunk sombrío, es evidente que alguien las persianas.


Porque así es como suena particularmente “Friday, I’m in Love”, aquella melodía de viernes por la tarde hecha canción. Como si alguien en algún momento hubiera entreabierto las persianas e iluminara una sala que por años se mantuvo a oscuras. Acaso encandilados por tanta luminosidad después de años de oscuridad, The Cure no pudo sonar de otro modo a como suena en esa canción pop.

Podría sentarme y escribir canciones sombrías todo el día, pero no veo el sentido. Siempre hemos hecho canciones pop. Es solo que a veces estamos demasiado deprimidos y desesperados”.

Robert Smith, cantante y compositor de The Cure


Segundo corte de “Wish”, “Friday, I’m in Love” se publicó el 26 de mayo de 1992 y llevó a la banda a jugar en las ligas del mainstream por primera vez muy a pesar (o no tanto) de su líder. “‘Friday, I’m in Love’ es una tonta canción de pop. De hecho es excelente porque es muy absurda, esta fuera de contexto – muy optimista y realmente salida de una tierra feliz, es lindo tener ese contrapeso. Las personas creen que supuestamente somos líderes de un tipo de movimiento oscuro. Podría sentarme y escribir canciones sombrías todo el día, pero no veo el sentido”, contaba Smith en una entrevista con la revista Spin. “Siempre hemos hecho canciones pop. Es solo que a veces estamos demasiado deprimidos y desesperados”.

«Wish», noveno disco de The Cure, editado en abril de 1992, incluía «Friday, I’m in Love».


La letra que terminó de completar la idea -y que terminó de dar forma al nombre de la canción- le surgió a Smith a partir de ese sentimiento de viernes por la noche que todos tenemos:“Cuando escribí la letra, pensé: ‘¿por qué no hago una canción sobre ese sentimiento de viernes?’ Es algo que pasa en la escuela y a mucha gente que trabaja en trabajos que realmente no disfrutan. Así que ese sentimiento del viernes por la tarde es algo que esperas con ansias”.

Smith estuvo confundido acerca de esos acordes que le dieron vueltas la cabeza y que dieron forma a “Friday, I’m in Love’: “No es una obra de genio, era casi una canción calculada. Es una muy buena progresión de acordes, no podía creer que nadie más lo hubiera usado y le pregunté a tanta gente en ese momento, de todos modos, estaba sufriendo paranoia de drogas: ‘Debo haber robado esto de alguna parte, no puedo se me ocurrió esto. Le pregunté a todos los que conocía, a todos. Llamaba a la gente y la cantaba y decía: ‘¿Has escuchado esto antes? ¿Cómo se llama?’ Dirían: ‘No, no, nunca lo he escuchado’. En el mismo álbum, había canciones que había esclavizado y pensé que en ese momento eran infinitamente mejores, pero ‘Friday’ es probablemente la gran canción del álbum Wish , esa es la canción”.


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