Murió Carlitos Balá y sus restos son velados en la Legislatura porteña

El actor y humorista, de 97 años, había sido internado en el Sanatorio Güemes, tras sufrir una descompensación.

Redacción

Por Redacción

El velatorio del comediante y actor Carlitos Balá, fallecido a los 97 años, comenzó hoy a las 15.30 en la Legislatura porteña, donde sus admiradores y admiradoras hacen largas filas para ingresar a la capilla ardiente.

«Lo conocí cuando tenía ocho años, estaba haciendo una obra de teatro en Quilmes, fui con mi madre y participé de un juego en el escenario. Creo que es parte de la Argentina, de un pedacito de cada uno y merece ser despedido«, dijo Carolina (44), una de las primeras en formar fila en la avenida Julio A. Roca al 500, donde se encuentra el ingreso principal de la Legislatura, habilitado hoy para el público en general.

Una línea de colectivos lo recordó


A Diagonal Sur (avenida Julio A. Roca) también llegó desde temprano una antigua unidad de la línea 39 de colectivos, que tenía una de sus cabeceras en Chacarita, el barrio de Balá. En esa línea, el comediante dio sus primeros pasos cuando era muy joven, haciendo reír a los pasajeros.

La unidad que llegó a las puertas del velatorio tenía escrito en su parte trasera la frase «un kilo y dos pancitos!!!», que usaba Balá para decir que algo estaba perfecto. También se desplegaron sobre la avenida dos banderas del Club Atlético Chacarita Juniors, con retratos del artista.

«Soy de Jujuy, lo conocí allá cuando era muy chiquita. Fui con mi mamá cuando él entraba a un estadio. Después lo seguí por las películas. Me saco el sombrero, era una gran persona, venimos a despedirlo como se merece«, dijo Vilma (54), quien también era una de las primeras de la fila.

El público en general podrá ingresar al velatorio hasta las 21. Después, sólo permanecerán los familiares del artista.

Antes de que comenzara a ingresar el público, los familiares tuvieron una media hora para estar solos en la capilla ardiente, a puertas cerradas.

En el hall de ingreso, contiguo a la capilla ardiente se encuentran las coronas; la primera en llegar fue la de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic).

Ciudadano Ilustre


La Legislatura porteña declaró Ciudadano Ilustre a Carlitos Balá en 2017. Nacido el 13 de agosto de 1925 en Buenos Aires como Carlos Salim Balaá Boglich, fue uno de los más reconocidos humoristas de la historia de la radio y la televisión argentina, habiendo participado además en numerosos espectáculos que abarcan la radiofonía, el teatro, la televisión, el cine y el circo.

El jueves, el animador infantil había comenzado a sentirse mal. Ante su dolencia, su familia lo llevó hasta el Sanatorio Güemes donde los médicos que lo examinaron decidieron dejarlo en observación y realizarle estudios.

Luego su representante, Maximiliano Marbuk, comentó sobre el estado de salud de Balá: «Tuvo mareos en su casa, lógico de su edad, y lo llevaron al sanatorio. Los médicos decidieron dejarlo en observación y hacerles los estudios correspondientes que por suerte dieron bien». Finalmente, el fallecimiento se produjo anoche.

«Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida y mucho amor»,

afirmó la nieta en declaraciones formuladas a Teleshow.

Un ícono de la cultura popular


Emblema de la infancia de toda una época, cuya vigencia perduró a lo largo de varias generaciones, Carlitos Balá había sido homenajeado en 2017 en la Cámara de Diputados de la Nación por su «trayectoria artística y su aporte a la cultura popular».

«Aquí llegó Balá», «qué gusto tiene la sal», el «gestito de idea», son apenas algunas de las frases de sus shows que quedaron sellladas en la historia y fueron una marca registrada de su identidad.

El mismo año en que fue homenajeado en el Congreso de la Nación, el 2017, Balá recibió también el diploma de Ciudadano Ilustre en un homenaje que se le realizó en la Legislatura porteña.

A principios de ese mismo año había recibido también una Mención de Honor en los premios Estrella de Mar, en tanto en 2016 lo homenajearon en los premios Gardel, y fue declarado «Embajador de Paz» en el Vaticano.

Actor, comediante, humorista, músico, Carlitos Balá pasó a la fama con el mítico «Show de Carlitos Balá», un emblema de la infancia para muchas generaciones.

«Ya van cuatro generaciones que me siguen, contando ésta de Panam. Hay que entenderlos. Tienen otros chiches, pero siguen siendo chicos. No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas. La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te rejuvenece. Todo el mundo debería recibir cariño, pero está el poder adelante y nadie la quiere entender. Yo tengo cerca el cementerio de la Recoleta y digo: ‘Así terminamos todos’, había asegurado Carlitos Balá antes del homenaje que le hicieron, en 2017, en la Cámara de Diputados.

Fuente: El Cronista, Primicias Ya, Télam


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