Popen: el lado A y B de maternar hecha canción

La compositora porteña trae sus historias este fin de semana a Neuquén, Bariloche y El Bolsón. Además brindará clases de canto.

Cuando una mujer decide marternar se encuentra frente a un viejo cassette, de esos que se escuchaban en los 80, que tenían un lado A y un lado B y que cada 6 u 7 temas había que darle una vuelta para continuar escuchando la música del artista elegido. La maternidad es eso. Las primeras canciones del lado A (saber que se está gestando) son maravillosas. Después vienen otras que no son tan amigables pero que se soportan desde el amor a ese ser en el vientre.

El lado A termina y es hora de dar vuelta el cassette. Pasar al lado B. Y ahí se empieza a transitar el parto y el nacimiento y la nueva vida que llega. Todo un tema. Pauperio, aprender a ser madre, antes de eso la violencia obstétrica, padres abandónicos, y ni hablar de todo lo que le pasa a una mujer en su cuerpo cuando frente al espejo lo ve modificado. Las noches sin dormir podrían ser un detalle menor cuando la mujer-madre se mira a sí misma. Las tareas escolares despuéss, el miedo a que le pase algo, la decisión de darle la libertad que debe aprender solito a gestionar, todo en un mismo combo.

Y esa lucha irrenunciable por seguir valorándose como mujer. Porque ser madre no es un título negociable para dejar de ser mujer. De todo esto viene Popen a cantar a la región. Compositora autogestiva. Feminista y claro madre de un ser de 7 años. De esa experiencia salió su último disco, 19 canciones que presentará mañana en el espacio Orillas de Neuquén, el 10 de diciembre brindará su show en el Espacio KSA Grillo de la capital neuquina. Luego se trasladará a El Bolsón el 16 para cantar en Espacio Instinta y el 21 hará lo suyo en Nené Club Social de Bariloche.

Pero sus presentaciones vienen con valor agregado. En cada lugar que invitará a sus show, dictará también clases de canto. El 9 podrán participar en Wontanara Octógono de Neuquén, el 15 estará en Espacio Intista de El Bolsón y el 17 cerrará su gira por la región en Bariloche.

Popen ya conoce la región y dijo estar feliz de regresar con esta nueva propuesta, su «Obra Madre», gestionada con fondos y esfuerzo propio en el reducto «privilegiado» de su casa en Buenos Aires. «Vamos con un espectáculo que lo vengo presentando desde el año pasado. Es una obra en partes que habla de maternidades que se divide en gestación, parto y pauperio. Se llama Obra Madre porque se plantea la maternidad como un trabajo. Es una propuesta autobiográfica, habla sobre mi experiencia. Por supuesto que la experiencia de cada mujer es diferente pero también nos unen muchísimas cosas. Sobre todo lo que se refiere a la realidad social en la que maternamos», comenzó a explicar su obra la artista y compositora.

Popen es madre de un niño que transita su escolaridad primaria y fue ese el disparador para empezar a hablar de estos temas y cuando canta lo hace de una manera realista y visceral. «Hablo de cómo nos condiciona el entorno. Es una obra que tiene una parte muy hermosa y muy visceral y muy tierna pero también habla de la violencia obstétrica, de la violencia económica. Habla de una experiencia tan solitaria y tan invisibilizada. Hay muchas cosas de las que no se habla como el parto, el pauperio. Es un show muy lindo y tierno pero también tiene un momento en el que me pongo en el centro de las cosas crudas y difíciles por las que pasan todas la personas que deciden maternar», contó.

Ella es una artistas que desde que tomó la decisión de dedicarse a la música siempre tuvo en claro que sus canciones tenían que tener no solo «musicalidad» sino también un foco, un objetivo, un propósito. Feminista como se define entre otras cosas, sintió, así sin más, que estaba destinada a cantar sobre aquellas cuestiones «tan femeninas» que durante años fueron tabú y que hoy hay que contarlas de «manera muy literal». Era tiempo de normalizarlas.

A los 19 años se fue a vivir a España y «ahí fue donde empecé a hacer mis canciones. A tocar la guitarra y descubrir que podía hacer mi propia música», recordó. Allí fue donde editó de manera autogestiva sus dos primeros discos: «Resciliencia» del 2014 y Jare, Jare, la Figa Mare de 2016. Ambos integrados por canciones sobre lo que le pasa a las mujeres por ser mujeres.

Influenciada por el espíritu español le incorporó a sus producciones aires musicales del lugar, que los mezcló con el rock argentino tan ecléctico como el de Spinetta y melodías del folclore del norte argentino. Si la vas a ver te vas a deslumbrar con una de tantas canciones que interpreta a capela, aunque su anclaje está en la guitarra.


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