La mayoría de los argentinos comió mal durante la pandemia

Una encuesta reportó que el 70 % de los argentinos comió una dieta rica en harinas y azúcares.

Redacción

Por Redacción

Desde que comenzó la pandemia, los hábitos alimenticios se modificaron de forma considerable. Desde ese primer retorno a la cocina casera hasta el exceso de harinas y azúcares, pasando por el incremento en el consumo alcohol, hubo una gran variedad de etapas que parte de la población atravesó en un contexto de incertidumbre y de lógica ansiedad.


Según el Ministerio de Salud, en Argentina 6 de cada 10 adultos presentan exceso de peso; mientras que el 30% de los niños y niñas en edad escolar tienen sobrepeso y un 6% presentan obesidad. A ese panorama se suma que, según datos del INDEC, un 45% de la población del país es hipertensa. Si bien esto no es una cuestión que tenga relación exclusiva con la pandemia (la obesidad y el sobrepeso crecieron del 49%al 61,6% entre 2005 y 2018), si hay una realidad y es que la mala alimentación durante estos meses aumentó mucho.

El IFPRI (International Food Policy Research Institute) publicó un paper a fines de septiembre titulado “Reflexiones sobre las políticas alimentarionutricionales de la Argentina, antes y durante la pandemia del COVID-19”; y allí surgieron datos preocupantes: se realizó un estudio basado en encuestas a 3500 personas, y se conoció que un 70% reportó una alimentación de mala calidad durante estos meses.

¿Cómo surge este dato? Apenas un 13% de la población encuestada aseguró que consumió los cinco grupos alimentarios de buena calidad nutricional durante este tiempo; pero más del 70% mostró un puntaje “pobre” respecto a la dieta, incluyendo pocos grupos alimentarios y exceso en el consumo de harinas y azúcares. Estos resultados no hacen más que presentar “un deterioro en la calidad de la dieta relacionada con dos problemas de malnutrición: por una parte, deficiencias en vitaminas, minerales y micronutrientes esenciales, y, por otra, el sobrepeso y obesidad”.

A esto sumamos una encuesta online realizada por la Sociedad Argentina de Nutrición, que consultó a adultos de 18 a 70 años, y arrojó que casi 6 de cada 10 argentinos subió de peso durante la cuarentena. El 78,5% aumentó de uno a tres kilos, mientras que el 18% incrementó de tres a cinco, y un 3,5% más de cinco kilos.

Los excesos con las harinas, los hidratos de carbonos y los azúcares también tienen un impacto en la salud. (Foto: Gonzalo Maldonado)


La Licenciada en Nutrición Victoria Ducas (MP 11877), que atiende en el Juan XXIII de Roca, explicó que “un porcentaje muy alto de los pacientes aumentaron de peso. Muy pocos pudieron sostener lo que venían haciendo bien antes de la pandemia. Tiene mucho que ver la ansiedad, el picoteo, el tiempo en casa… y tampoco ayudó el invierno, porque la gente cocinó cosas calóricas o con hidratos de carbono como pan, facturas o medialunas. A eso se suma que la actividad física era casi nula, porque muy poca gente hizo ejercicio en casa”.

Ducas también se refirió al cambio de hábitos en estos meses: “Hay gente que en la cuarentena, en casa, empezó a cocinar más casero. Ahí mejoró la calidad de la comida, pero comían muchas porciones o varias veces al día. Al principio de la cuarentena, varios pacientes me decían que tomaban mucho alcohol. Consideraban que todos los días parecían fin de semana, entonces siempre tomaban una cerveza o un vino… y así, casi el 90% de los pacientes tuvieron un aumento de peso. Y también tuve muchos pacientes nuevos, y la mayoría comentaban que en la cuarentena se les descontroló todo: horarios, rutina, falta de actividad física y mala alimentación”.

Respecto a la cuestión de la alimentación saludable, Victoria se mostró optimista. “Creo que la gente tiene ganas de alimentarse bien y saludable, pero hay mucha mala información o información dudosa dando vueltas. En el consultorio trato de explicarle a los pacientes como leer las etiquetas y los listados de ingredientes para que lo puedan hacer día a día, porque uno no está comprando en el supermercado con ellos. Veo mucha gente con ganas de comprar cosas saludables que después no lo son”, relató.

Al mismo tiempo, añadió que “cuando los pacientes vienen al consultorio les hago una anamnésis, que es cuando preguntás qué comen, y te nombran alimentos que creen que son saludables y verdaderamente no lo son porque tienen azúcar, conservantes y demás. Eso es parte de la industria, que va para el lado donde más se vende. Saben que hoy vende lo saludable, entonces los etiquetados dicen ‘sin glúten’, ‘sin azúcar’, ‘con azúcar orgánica’ y es todo marketing”.

Datos

150
minutos semanales de actividad física moderada se recomiendan para adultos de 18 a 64 años.
6
de cada 10 adultos en el país tienen sobrepeso. La obesidad es considerada factor de riesgo ante el Covid-19 por la OMS.


Aún cuando el panorama asoma complicado, Ducas señala el vaso medio lleno y asegura que nota un interés más grande de los pacientes: “Creo que la gente se está preocupando más. Hay muchas consultas, pedidos de estudios de sangre porque en cuarentena la gente no se hacía chequeos. De a poco la cosa vuelve a la normalidad y la gente se pone las pilas, pero también hay muchos casos en los que están muy frustrados. Creo que de a poco se va a acomodar todo”, deslizó.

Después de varios meses de angustia y mala alimentación, es un buen momento para un cambio. Análisis, información y hábitos saludables son el camino para cuidarnos y evitar problemas graves a futuro.


Los niños, ante un panorama complicado



La investigadora del área de políticas de alimentación saludable de la Fundación Interamericana del Corazón, Leila Guarnieri, aseguró que “el problema más grave de malnutrición en los niños y adolescentes del país es el exceso de peso, donde entran el sobrepeso y la obesidad”.

Guarnieri destacó que “según la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, el exceso de peso en menores de 5 años tiene una prevalencia del 13,6%, mientras que en el grupo de entre 5 a 17 años, la cifra alcanza al 41,1%”.


“Esto resulta verdaderamente preocupante si consideramos las consecuencias negativas que tiene el exceso de peso en la salud, ya que se relaciona con el desarrollo de las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, que hoy estamos viendo que se presentan cada vez más a temprana edad” aseguró la especialista.

Además, Guarnieri indicó que “sólo el 6% de la población cumple con la recomendación de consumir 5 porciones de frutas y verduras por día, y en la pandemia se profundizó más esta problemática”.


Los pilares de la alimentación “de calidad”



Hay cinco grandes grupos de comidas que aportan nutrientes esenciales:

 Grupo 1: Verduras y frutas.
 Grupo 2: Legumbres, cereales, papa, pan y pastas.
 Grupo 3: Leche, yogur y queso.
 Grupo 4: Carnes y huevos.
 Grupo 5: Aceites, frutas secas y semillas.

A esto se suma la recomendación de tomar a diario 8 vasos de agua y realizar al menos 30 minutos de actividad física. Se sugiere reducir el uso de sal y el consumo de alimentos con alto contenido de sodio; y quitarle la grasa a la carne.


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