Seis cáscaras de frutas que podés aprovechar para tu salud: nutrientes, recetas y menos desperdicio
Fibra, antioxidantes y sabor: las cáscaras de frutas que solemos desechar pueden sumar valor nutricional y creatividad en la cocina diaria.
Cada día toneladas de comida terminan en la basura, y gran parte de ese desperdicio está en lo que descartamos por costumbre, como las cáscaras de frutas. Sin embargo, lejos de ser un residuo sin utilidad, muchas de ellas concentran compuestos beneficiosos para la salud y pueden incorporarse fácilmente en licuados, panes, infusiones o snacks.
Distintas investigaciones y publicaciones científicas han puesto el foco en el valor nutricional de estas cáscaras, que aportan vitaminas, fibra, minerales y antioxidantes, al tiempo que ayudan a reducir el impacto ambiental del descarte innecesario.
A continuación, un repaso por seis frutas cuyas cáscaras tienen usos recomendados y aval científico.
1. Sandía: fibra y citrulina con sabor
Aunque es una de las frutas más consumidas en verano, la cáscara de sandía suele terminar en el tacho. Sin embargo, contiene menos azúcar que la pulpa, más fibra y un compuesto llamado citrulina, que colabora con la circulación sanguínea.
¿Una forma de aprovecharla? Se puede cortar en tiras finas y saltear junto con otras verduras, o encurtir para darle un giro original a ensaladas. También sus semillas, tostadas y condimentadas, son una fuente de magnesio y grasas saludables.
2. Naranja: cítrica y protectora del corazón
La parte exterior de la naranja contiene flavonoides y pectina, compuestos asociados a la reducción del colesterol y al cuidado del sistema cardiovascular. Además, tiene un sabor y aroma inconfundibles.
Podés rallarla fresca sobre yogures, bizcochos o ensaladas; secarla para usarla en infusiones calientes o incluso molerla para hacer polvo cítrico que aromatice tus mezclas de panadería.
3. Banana: fibra para recetas dulces y saladas
Aunque su textura puede generar dudas, la cáscara de banana es comestible, rica en antioxidantes naturales y fibra. Puede cocerse y añadirse a batidos, o bien triturarse para sumar a panes, muffins y otras preparaciones.
Otra opción es hervirla para hacer un té suave. Eso sí: lavala bien antes de usarla y evitá las cáscaras que tengan zonas oscuras o signos de deterioro.
4. Manzana: la aliada del sistema digestivo
La piel de la manzana contiene polifenoles y dos tipos de fibra: insoluble, que ayuda al tránsito intestinal, y soluble, que regula la glucosa y el colesterol.
Sumarla en batidos o compotas caseras es una manera de mejorar el valor nutricional. También podés deshidratarla al horno para hacer chips crocantes y sin azúcar, perfectos para una merienda saludable.
5. Limón: antioxidante y aromático
La cáscara del limón guarda buena parte de los aceites esenciales y la vitamina C de la fruta. Es ideal para dar sabor sin recurrir a sal o azúcar.
Rallada, combina muy bien con platos dulces o salados, mientras que seca y molida funciona como condimento en mezclas para budines, panes o incluso guisos. También puede sumarse a bebidas calientes, potenciando su valor antioxidante.
6. Kiwi: una sorpresa con mucha fibra
Aunque su aspecto exterior no parezca apetecible, la piel del kiwi contiene el doble de fibra que su pulpa y buena cantidad de vitamina E.
Lavala con cepillo para suavizar la textura y sumala a batidos verdes o granolas caseras. También se puede deshidratar y picar, convirtiéndola en un ingrediente más para snacks naturales.
Cáscaras que suman salud
Incorporar estos elementos que solemos descartar no solo mejora la alimentación diaria, sino que también fomenta una cocina más consciente y sustentable. Aprovechar las cáscaras de frutas es una forma simple de obtener más beneficios con lo que ya tenemos en casa, sin gastar de más ni generar residuos innecesarios.
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