Ética Negra, un coctel explosivo de rock & roll local

Mantienen, desde siempre, el espíritu del rock, al que le agregaron una dosis de profunda filosofía y criterio de humanidad. Son cuatro, son prolijos -al menos, musicalmente hablando, damos fe de eso- y suenan muy bien, también damos fe de eso. Hablamos de Ética Negra, banda allense que, por estos raros días de pandemias, cuarentenas, aislamientos y distanciamientos, tienen material nuevo para mostrar. Se trata de Sobreviviente, un flamante EP que incluye el tema homónimo, “Vivir en mi canción”, “E Ene”, “Diablo” y “Quien sos”.

Lee También

«Cabalgata deportiva», la nueva canción y video de Divididos

Los integrantes de esta banda de sonido arrollador son Leandro Tano Brevi (guitarra y voz), Julio López (guitarras y coros), Adrián Di Pietro (bajo) y Alejandro Di Pietro (batería). ¿Dijimos que eran de Allen? ¿Dijimos que tienen buenas melodías? Pues ahora lo saben. Como invitado aparece Gabriel Tano Cuozzo (voz en el tema “Quien sos” y la grabación, mezcla y masterización estuvo a cargo de Julio López en los estudios Ética Negra. La producción artística estuvo a cargo de Gabriel Tano Cuozzo, el arte y la gráfica fueron diseñados por Leandro Brevi.
En diálogo con Rio Negro, Julio López, contó como fue el proceso del disco:

P: ¿Cómo sienten que evolucionó la banda en estos 13 años?
R: Son 13 años en los que pasamos de ser jóvenes sin grandes responsabilidades a convertirnos en padres de familia. Entre el primer disco y este, creemos que hay una maduración natural basada en el tiempo que llevamos trabajando juntos, sumada al crecimiento personal y musical de cada uno de nosotros. Ya no sentimos la necesidad de hacer largos solos de guitarra o trabajar arduamente en segmentos instrumentales complejos, tratamos de hacer lo que cada canción pida. Si el tema nos pide un solo de guitarra o dos… la canción manda.

P: ¿Cómo llevan la incorporación de nuevos integrantes?
R: Se dio de forma natural. Tanto Adrián como Alejandro formaban parte de la banda incluso de antes de participar musicalmente. Alejandro era el plomo de batería y Adrián era nuestro asistente si cortábamos una cuerda o pasaba cualquier cosa en cada show. Ambos estaban en todos los ensayos así que conocían nuestra filosofía sobre la música. Después de tocar el primer disco en todos lados, mientras aparecían las primeras canciones de lo que sería el segundo, Carlos (bajista de la banda desde el principio) deja de formar parte del proyecto y naturalmente pensamos en Adrián para reemplazarlo, ni siquiera salimos a buscar otro. En 2015, con esa formación entramos al estudio a grabar el segundo álbum, al que sentimos, en aquel momento, que le faltaron cosas. Y Mauro decide correrse del proyecto. Un poco frustrados por la grabación fallida y otras cuestiones, nos tomamos un tiempo hasta que decidimos retomar la idea de ingresar al estudio, pero para eso necesitábamos un baterista. Ahí ingresa Alejandro, quien de ser nuestro asistente, participaba en varios proyectos como baterista.

P: ¿Cómo se imaginan el futuro teniendo en cuenta la cuarentena que la región atraviesa?
R: Es difícil saber cómo seguirán las cosas después de la cuarentena, tanto en lo artístico como en cualquier ámbito social, tanto en la región como en el mundo. Está claro que nada va a ser igual, la pandemia va a dejar una huella en todos los que sobrevivamos a ella. Muchos hemos perdido a seres queridos en este proceso y seguramente nuestros hijos y nietos lo estudiarán en futuros libros de historia. Hoy, con la virtualidad y las redes sociales totalmente afianzadas, para las nuevas generaciones quizás ya no sean tan necesarios estos eventos. Es probable que los recitales vía streaming sean parte de la nueva normalidad en los próximos años. Para el rock, particularmente, se extraña la comunión, pero el rock se ha adaptado a otros cambios sociales y seguramente se adaptará al que venga.

P: ¿Siguen creativos en esta etapa?
R: En nuestra historia contemporánea nunca hubo un momento más apto para fomentar la creatividad, para concentrarse en componer y crear música nueva. El encierro juega en contra claro (también el exceso de distracciones tecnológicas), pero estas circunstancias te permiten encerrarte a experimentar con los instrumentos y escribir cosas nuevas. Analizar lo que estamos viviendo de por sí, requiere cierta capacidad de pensar en términos abstractos… es una locura. Es como vivir en una realidad orwelliana, si no tenés cosas para decir ahora, ¿cuándo?

P: ¿En qué se inspiran ahora?
R: La miseria humana que muchas veces vemos en los noticieros al mediodía, es siempre un tema de debate en nuestras conversaciones. Las cosas que nos indignan en general, son punto de partida para canciones que denuncian la Ética Negra de la sociedad. Es algo que se da naturalmente desde siempre, de ahí el nombre de la banda.

P: Las guitarras aparecen en primer plano…
R: En general, todas las canciones nacen con una base de guitarra, al menos de lo compuesto hasta ahora. Y esa guitarra base puede mutar o no al momento de sumar la otra. Hace años que pensamos que, si hay dos guitarras, se tiene que justificar que las haya. También creemos que ese concepto terminó dando cierta identidad sonora a la banda, quizás por eso las guitarras pueden sonar en primer plano.

P: ¿Y qué hay de las voces?
R: Es el más importante de los instrumentos, es el que envía el mensaje, aunque también hay mensajes encriptados en el resto de los instrumentos, que en general intentan transmitir una emoción en particular. En general, la voz, es lo primero que el oyente escucha en una canción que está conociendo así que tratamos de trabajarla como productores si se quiere. Desde la génesis de la canción trabajamos la melodía y las armonías vocales en caso de que las haya, y al final Leandro, nuestro vocalista le da su interpretación y toque particular, claramente.

P: ¿Quiénes son los músicos que los inspiraron y que llegaron antes que ustedes?
R: La lista puede ser interminable si mencionamos a los referentes de los cuatro integrantes de Ética Negra. El punto de encuentro sería entre bandas como Led Zeppelin, Black Sabbath, AC/DC y Pearl Jam, de los nacionales Pappo, Spinetta, La Renga y Los Redondos. Son artistas muy diferentes entre sí, pero si haces un coctel y le pones un poco de idiosincrasia patagónica te queda un Ética Negra drink (risas).