Gritó, atacó y mató a su madre: el drama de Lucía
La joven de 26 años habría sufrido un brote psicótico.
Laura Frank
CIPOLLETTI (AC).- Lucía Oviedo estaba en tratamiento psiquiátrico hace más de dos años. Compartía con su madre la comodidad de una casa en el barrio San Lorenzo de Cipolletti, pero ayer a la madrugada la perturbación la venció y en medio de una crisis asesinó de seis puñaladas a la mujer que le dio la vida. Un testigo aseguró que la chica tuvo un brote psicótico cerca de la medianoche y peligrosas alucinaciones. Entonces llegó el fatal desenlace. Ahora, una jueza ordenó su internación en el hospital. Elena Oviedo, de 67 años, recibió seis puntazos de una filosa hoja de acero que salió de un cortaplumas. Se presume que su hija primero la atacó de frente y luego por la espalda. Le perforó los dos pulmones y no tuvo posibilidades de sobrevivir. Madre e hija vivían en una casa de la calle Formosa 189 del barrio San Lorenzo. Lucía, de 26 años, cursaba estudios universitarios en Bahía Blanca pero regresó porque su salud mental desmejoró. En Cipolletti comenzó a tratarse con un psiquiatra y recibía medicación. No se informó oficialmente la patología de la chica, pero por las características del episodio los profesionales deslizaron que podría tratarse de una psicosis. Lucia estuvo todo el fin de semana con una tía, hermana de la mujer que mató, que se ocupaba bastante de los padecimientos de su sobrina. El domingo a la noche la llevó a su casa. El inmueble tiene dos plantas, arriba vivía la joven y abajo la madre. Cerca de la medianoche, Lucía entró en crisis. Entonces Elena le avisó a una vecina. Pasaron dos horas y la situación se hizo insostenible. La mujer de 67 años concurrió otra vez a lo de su vecina y le pidió que la acercara hasta el hospital. Estacionaron el coche frente a la puerta de la casa y cuando Elena ingresó, su hija trabó la puerta y la atacó. Se escucharon gritos y pedidos de ayuda pero cuando la Policía llegó la víctima ya estaba muerta. Un suboficial pateó la puerta y encontró a Lucia acurrucada en un rincón, todavía con el arma blanca en la mano. “Estaba como aturdida y rápidamente le sacamos la navaja”, dijo uno de los efectivos que participó del procedimiento. Una vecina escuchó los gritos y el dramático episodio y, según explicó, Lucía repetía que “la seguían los nazis para matarla”. La jueza Sonia Martín y el secretario Ramón Sales examinaron la escena y secuestraron algunos papeles y otros elementos. Participó además el personal de la Comisaría 32 y el gabinete de Criminalística, que hizo las pericias. Martín ordenó la internación de la joven de 26 años, aunque en un primer momento, por cuestiones de burocracia, el hospital no la recibió y la chica estuvo un tiempo en una sede policial. Por su enfermedad, no fue alojada en un calabozo sino que la contuvieron mujeres policías en una oficina administrativa. Ayer, Martín solicitó una junta médica con profesionales psicólogos y psiquiatras del Poder Judicial. También analizaron su historia clínica y el tipo de medicación que le habían suministrado. La juez busca determinar si la agresora comprendía la criminalidad de sus actos y por ende si es imputable por el presunto delito de “homicidio agravado por el vínculo”. No se supo si la paciente había protagonizado otros episodios de violencia. Tampoco se conoció el origen de la navaja, peligrosamente filosa.
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