Héroes extranjeros
ATENAS – Con o-cho medallas, incluidas seis de oro, el nadador estadounidense Michael Phelps, de 19 años, falló en su apuesta de obtener siete títulos, pero a-ún así marcó los Juegos Olímpicos de Atenas. Otros nombres, con el atleta marroquí Hicham El Guerrouj al frente, pueden ser considerados como otros dioses de los Juegos de Atenas. Phelps hizo temblar el récord de siete medallas de su compatriota Mark Spitz en Múnich ‘72. Phelps es a sus 19 años uno de los mejores nadadores de todos los tiem-pos. En Atenas, eclipsó las actuaciones de Pieter van den Hoogenband y Ian Thor-pe, que también se lucieron. Por su parte, el marroquí Hicham El Guerrouj pudo vencer la maldición que le perseguía en los Juegos. Dominador mundial en la última década de la prueba de 1500 metros, pudo al fin ser campeón olímpico tras sus fracasos en Atlanta y Sydney. Además se vengó por partida doble, ya que El Guerrouj logró un fabuloso doblete al ganar los 5.000 me- tros delante de Bekele, que se hizo con el título en 10000 metros, y se unió en la leyen-da al finlandés Paavo Nurmi, autor del doblete en 1924. Los otros grandes vencedores en el rey de los depor-tes, el atletismo, fueron la británica Kelly Holmes, que también hizo doblete en 800 y 1.500 metros, y la velocista jamaicana Veronica Campbell, que ganó el oro en 200 metros y en el relevo 4×100 metros, además de un bronce en 100 metros, con lo que se convirtió en la atleta con más metales en Atenas. Por su parte, el velocista estadounidense Justin Gatlin se convirtió en el nuevo dios del sprint al ganar los 100 metros, delante del portugués Francis Obikwelu y del anterior campeón, el estadounidense Maurice Greene, al término de la final más intensa de la historia de los Juegos: los cinco primeros terminaron debajo de los 10’. Gatlin también ganó la plata en el relevo 4×100 metros y el bronce en 200 metros. Sue-cia, con Caroline Kluft en el heptatlón, Christian Olsson en el triple salto y Stefan Holm en la altura, cosechó tres medallas de oro en 24 horas y posee uno de los mayores porcentajes de éxito, si se tiene en cuenta que la delegación escandinava llegó con doce atletas. Por su parte, el australiano Jonathan Bayley, vencedor del sprint y del keirin, es el nuevo rey del ciclismo en pista en el seno de un equipo que dominó la especialidad. Paolo Bettini, el más temible dominador de clásicas de estos últimos años, respondió presente en Atenas, ganando la medalla de oro de ciclismo en ruta. En el tenis, los chilenos Nicolás Massú y Fernando González, medallas de oro y bronce en individuales, y campeones en dobles, fueron los grandes triunfadores. Por su parte, la belga Justine Henin-Hardenne, después de tres meses de ausencia de las pistas por enfermedad, demostró que sigue siendo la reina de este deporte al ganar el torneo olímpico. Su semifinal, de casi tres horas de suspenso frente a la rusa Myskina, es uno de los momentos fuertes de los Juegos. Otra estrella fue la gimnasta estadounidense Carly Patterson. Tenaz y talentosa, la norteamericana de 16 años logró la unanimidad en su victoria olímpica en el concurso general individual. Junto a Massú, las otra gran estrella latinoamericana fue, que duda cabe, ‘Manu’ Ginóbili. Elegido mejor jugador del torneo e integrante del quinteto ideal, el ayuda de San Antonio condujo a la Argentina a su primer título olímpico. Por último, la judoca japonesa Ryoko Tani, sumó un nuevo título olímpico, el segundo, a su palmarés, que se une a sus seis oros en Mundiales. (AFP)
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