Hoy se podría develar el misterio de la tumba de Corcovado

Buscan los cuerpos de Mónica Villagrán y su beba, desaparecidas.

CORCOVADO (AEB). Si las condiciones del tiempo lo permiten, un equipo de especialistas del Conicet- Cempat de Puerto Madryn comenzará hoy con los trabajos para destapar la sepultura donde podrían estar los cuerpos de Mónica Villagrán y su hijita, desaparecidas en 2002 en Corcovado, en el oeste chubutense. La tumba está a unos 30 kilómetros del poblado, en la zona conocida como Cabeza de Vaca, en dirección a Río Pico. Desde su hallazgo, permanece celosamente custodiada por la policía.

Silvia Dahinten, al frente del equipo de antropólogos que trabaja en el caso, pidió establecer «un perímetro intangible en torno de la tumba». La hipótesis de los investigadores se basa en dichos de vecinos, quienes afirman haber observado «actividad inusual» en el viejo cementerio abandonado, que les hace sospechar que allí podría encontrarse alguna pista de la mujer y su nena.

En el predio, de 30 por 30 metros, hay desparramadas viejas cruces de madera y algunas lápidas, todas fechadas a principios del siglo pasado. Pero en el medio sobresale una lápida de cemento que no tiene más de 10 años de construcción. A un costado se halló un paquete de velas (fabricado el 4 de septiembre de 2008) y unas flores plásticas que refuerzan las sospechas. Bajo de esa tapa, blanca aún por la ceniza del volcán Chaitén, se cree que podrían estar sepultadas Mónica Villagrán y su beba Lucía.

La desaparición se produjo el 29 de abril de 2002, alrededor de las 20, cuando la chica de 19 años salió con su beba rumbo al hospital del pueblo. Sin embargo, por las averiguaciones que luego se realizaron, jamás llegó al nosocomio.

Ahora las sospechas giran en torno de un hombre que, según testigos, habría visitado varias veces la misteriosa tumba en los últimos tiempos. Se trata del padre de la beba desaparecida, quien es señalado por los familiares y allegados de Villagrán pero no por la justicia. De hecho, los fiscales del caso ratificaron que por el momento «no hay ninguna persona imputada en la causa».

 

Tierra de violencia

 

«En los últimos meses, Corcovado parece haberse convertido en tierra de violencia», reflexionó un vecino, quien enumeró una sucesión de hechos desde enero hasta la fecha: «La muerte de Iván Bustos en una reyerta; diversos hechos de vandalismo y robos ocurridos en el pueblo y los alrededores; la detención de un supuesto represor de la Esma (Orlando ´Hormiga´ González Acuña); el intento de captura del prófugo ´May´ Bustos (que terminó en una balacera y con las muertes del policía Tito Roberts y de Wilson Bustos, más tres heridos). Y como si fuera poco, enseguida llegó un grupo GEOP de la policía provincial que tiene varias denuncias por amedrentar y patotear a personas inocentes… Demasiados hechos para una pequeña población de 3.000 habitantes», concluyó.

 


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