Inacción ante las tomas en Parque Lanín y los lagos

La toma del lago Mascardi es una buena vitrina en la cual se vuelve a comprobar la total ineficacia del Estado en hacer respetar la Constitución (art. 17) y las leyes (ley de Parques Nacionales y ley de tierras de pueblo originarios). Esa toma tiene la ventaja de haber sido ampliamente mediatizada. Sin embargo, hay decenas de otras en tierras privadas, como lo dice la Sociedad Rural del Neuquén, algunas hechas con violencia y nunca atendidas por la Justicia.

También, y en forma igualmente grave, hay varias ocupaciones en tierras del Estado por grupos de individuos que de ninguna manera cumplen con los requisitos de la ley 26160 (sobre tierras de comunidades originarias), que extrañamente a pesar de ser una buena ley aprobada por el partido actualmente en el poder jamás se aplicó. Nunca fueron “tierras ancestrales”, ni mucho menos “tierras sagradas”, un invento de asesores de comunicación de los mencionados grupos.

Solo existen en nuestra provincia las “reservas” que fueron especificadas en épocas de la creación de la provincia, en 1957, y algunas tierras adicionales que Felipe Sapag y más tarde Jorge Sobisch entregaron a las tribus preexistentes.

En el caso de Parques Nacionales, el ex y nuevamente intendente del PN Lanín cerró los ojos durante toda su anterior gestión sobre la ocupación progresiva de toda la costa norte de los lagos Huechulafquen y Paimún, en pleno parque nacional, por grupos inventados, pseudooriginarios. En ese lugar habitaban desde siempre algunas pocas familias, como los de la bahía Cañicul y algunas otras, con presencia anterior a la creación del parque nacional, en 1936. Dichos asentamientos eran pequeños y cuidadosos del parque, conociendo por experiencia el valor único y la fragilidad de las tierras que habitaban, y tenían en general buena relación con las autoridades del parque. Había también unos pocos establecimientos de la industria turística local, hosterías y restaurantes en general de aspecto prolijo, que llevaban muchos años de estar instalados ahí como la hostería de la familia Dusini y algunas otras, que tenían permisos precarios de las autoridades de Parques.

Este divino territorio del perilago de los lagos Huechulafquen y Paimún, uno de los más lindos de toda nuestra región y que pertenecía a todos los argentinos, ahora es literalmente una toldería con todo tipo de construcciones que se extienden por kilómetros, rodeadas por alambrados construidos por doquier, mientras vacunos y caprinos deambulan entre los cohihues afectando la flora nativa. Los visitantes ya no pueden acceder libremente al lago, las cercas lo impiden; en algunos lugares hay campamentos “concesionados”, y en otros hay gente que aparece para cobrar “estacionamiento”. Los guardaparques brillan por su ausencia. Hoy en día se puede apreciar en las fotos de Google Earth cómo incluso están desmontando el bosque nativo en toda esa área.

Es de esperar que el intendente le ponga un freno a este desastre. Increíblemente nadie habla de esta apropiación por privados de un extraordinario bien público…

Ing. Miguel de Larminat

DNI 8.308.529
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Neuquén


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