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Invap logró un millonario financiamiento para expandirse en Bariloche

La empresa estatal rionegrina con sede en Bariloche colocó obligaciones negociables por 10 millones de dólares y 270 millones de pesos.

La estatal rionegrina Invap logró capitalizarse con millones de dólares mediante la emisión de obligaciones negociables en tres series que recibieron ofertas superiores a lo previsto. La empresa viene de cerrar trato para la venta de radares a Nigeria, construye un reactor nuclear en Holanda y centros de radioterapia en Bolivia, y en el futuro tiene el inicio de la construcción de una nueva sede en el parque industrial y tecnológico de Bariloche, cuya construcción avanza en el sudeste de la ciudad.

El directorio de Invap había aprobado la emisión de hasta 50 millones de dólares de obligaciones negociables, un instrumento que ya había usado la compañía durante la década pasada para levantar su sede principal, en el Este de Bariloche.

Lo que hizo la semana pasada, en el inicio del plan, fue emitir papeles en pesos y en dólares con vencimientos no muy lejanos: dos, tres y cinco años.

Obtuvo 400 millones de pesos y poco más de 10 millones de dólares como consecuencia de la emisión, con tasas de interés en torno del 5%.

La deuda en pesos que logró colocar vencerá en 2023 y las series en dólares, en 2024 y 2026, según la información que le dio al mercado bursátil.

El polo tecnológico se levanta sobre la ruta nacional 40, en el tramo que circunvala Bariloche por el Sur. Tiene una superficie de 319,08 hectáreas, sobre las que se planificaron 600 parcelas, a desarrollar en cuatro etapas.

Está manejado por un directorio en el que tiene participación el gobierno de la provincia, que es el que levanta el parque, la Cámara de Comercio de la ciudad e Invap.

La clave, como ocurre ahora con la capitalización de Invap, es el financiamiento. Con los dólares de deuda emitida por el Plan Castello, la provincia hizo esta sola obra en Bariloche.

Cuando Invap construyó su sede sobre la avenida Luis Piedrabuena llevaba años con estructuras diseminadas por la ciudad. En el edificio donde funciona ahora hay un sector compartido con Ceatsa, una empresa de la que la rionegrina es socia y que maneja el centro de ensayos de satélites.

Cerca de 1.000 personas trabajan allí y deben turnarse en el comedor para almorzar. El estacionamiento es grande, pero cada tanto deben habilitar nuevos sectores porque queda chico.

La radicación de Invap en el polo tecnológico es, además de una necesidad, una señal colonizadora de este nuevo espacio. La exportación de tecnología le aporta a nuestro país un valor agregado que es clave en el desarrollo y le permite ingresas dólares a cambio de materia gris.


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