Juan Carlos I: hoy y hace 25 años, un rey en tiempos difíciles

Por Jorge Vogelsanger

Por Jorge Vogelsanger

Cuando el rey Juan Carlos I accedió al trono hace exactamente 25 años, España atravesaba una situación compleja. Dos días antes había muerto el dictador Francisco Franco y con él un férreo régimen que se mantuvo en el poder durante casi cuatro décadas, entre 1939 y 1975. El monarca, pues, tuvo que encarar la tarea de conducir al país hacia una transición democrática.

Al cumplirse el 25 aniversario de su reinado, el monarca también hoy tuvo que buscar palabras de aliento para enfrentar momentos difíciles, al referirse a la ola de terrorismo protagonizada por la organización separatista vasca ETA que sacude al país y que hace apenas días se cobró una nueva víctima mortal, con el asesinato en Barcelona del ex ministro de Sanidad Ernest Lluch.

El rey, hoy de 62 años, siempre ha sabido que la monarquía hay que trabajarla. «El trono hay que ganárselo día a día», suele decir.

Cuando Juan Carlos de Borbón y Borbón fue proclamado rey el 22 de noviembre de 1975 ante las Cortes, España era un país políticamente dividido.

En amplios sectores, el monarca era considerado una «marioneta» de Franco. El propio «Caudillo», bajo cuya tutela fue educado desde su regreso a España del exilio en 1948, lo había designado en 1969 como su sucesor. Esto se cumplió dos días después de que el «Generalísimo» muriera. El Rey entonces tenía apenas 37 años. Y la tarea que afrontaba era más que complicada.

Pero Juan Carlos I no tardó en ganarse la confianza de los españoles al convertirse en una de las figuras clave de la transición democrática.

Ya en su discurso de proclamación, el monarca anunciaba la apertura y democratización de España. De forma sosegada y diplomática comenzó a impulsar reformas, teniendo cuidado en no romper de forma abrupta con el antiguo sistema y, a la vez, buscando el consenso con la oposición, ganándose incluso el respeto del Partido Comunista (PCE) y dejando atónitos a todos aquellos que vaticinaban su fracaso apodándolo «Juan Carlos I, El Breve». «Quiero ser un paraguas para todos», manifestaba Juan Carlos I en otoño de 1976. Y lo ha sido. Así también aquel fatídico 23 de febrero de 1981, cuando su figura fue esencial para acabar con el intento de golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel Antonio Tejero.

Apoyado por unos 200 oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, Tejero, arma en mano, irrumpió en el Parlamento, tomando como rehenes a los diputados y al gobierno en pleno.

Aveces, las nociones parecen confundirse. Hace algunos años, la prensa reseñaba cómo Juan Carlos, en una visita oficial a Venezuela, era saludado por el protocolo como «rey de la República de España». Si bien curiosa, esta anécdota es quizás emblemática: a los demócratas en España poco parece importarles que el sistema en el que viven sea una monarquía. «Juan Carlos podría haber sido un excelente presidente de una república», opina incluso el mítico líder comunista Santiago Carrillo, originalmente un acérrimo crítico del rey, al que una vez tildó de «marioneta que Franco manipula como quiere». (DPA)


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