La Escuelita: Juan Manuel Pincheira evocó la ruta de torturas y desaparición de su padre

Nueva audiencia en el juicio por los vuelos clandestinos hacia Bahía Blanca y torturas en el V Cuerpo. Habrá vuelta a la presencialidad con aforo a partir del próximo miércoles.

Miguel Ángel Pincheira medía más de 1,82; era entrenador de básquet, subdelegado del sector de almacenes de YPF y tenía 22 años cuando el 14 de junio de 1976 el grupo de tareas se metió en la casa y lo secuestró la noche que jugaba con su pequeño hijo Juan Manuel, que ayer, a sus 45 años, declaró en el juicio por delitos de lesa humanidad.

“Mi papá siempre estaba trabajando o de viaje; después cuando me di cuenta que mis preguntas causaban dolor a mis tíos, a mi mamá, o mis abuelas, supe que no tenía que preguntar más”, dijo.

Relató que supo que era hijo de un desaparecido en la adolescencia. Su mamá, Juana Aranda, estuvo presente ayer en su testimonio, acompañada por el personal del Centro de Atención (CoDeSeDH), pero no declaró. Lo hizo en 2012 cuando se juzgó el tramo del secuestro y la desaparición forzada de su esposo, y antes, durante las diferentes etapas de instrucción.

Agradeció con un gesto de aprobación cuando el fiscal, José Nebbia, pidió disculpas a la familia por las continuas comparencias judiciales.

En este séptimo tramo, están en juicio los jefes de jefes de inteligencia de Bahía Blanca y de Neuquén por el viaje clandestino al centro de torturas del VCuerpo, que no fue abordado en ninguno de los otros procesos.


«Hizo un gran aporte»


La siguiente audiencia será el miércoles próximo. (Yamil Regules)

“Hizo un gran aporte con todo lo que dijo (en referencia a las múltiples declaraciones en la causa) y para ella es muy doloroso tener que volver a decir todo lo que ya dijo en un montón de oportunidades; yo estoy de acuerdo con que no declare”, le dijo Juan Manuel al tribunal ayer.

Durante una hora exacta, describió el derrotero de Miguel Pincheira después del secuestro: la tortura en la comisaría de Cutral Co, en la cárcel de Neuquén, en la de Roca y la de Rawson, desde donde un grupo de tareas se lo llevó el 3 de noviembre de 1976 encabezado por el mayor Farías Barrera y nunca más se supo su paradero.

“Mi mamá recibió una nota de que le habían dado la libertad desde Bahía Blanca, pero ella no reconoció ni la letra, ni la firma” de la conformidad tras la supuesta liberación, aclaró.

Explicó que durante las visitas a las cárceles tras el secuestro en junio pudo ver claras señales de tortura en Neuquén, cuando lo fue ver a Roca y en Rawson. En ese período “había oportunidades en las que no sabía dónde estaba, no lo dejaban ver ni le explicaban; luego reconstruimos que era cuando lo llevaban a torturar. La última vez que lo vio fue a través de un vidrio en Rawson, con heridas y muy golpeado”, reseñó.


Los hijos y la reconstrucción de la memoria


Cristina Seminario, Lorena Chaves y Pablo Hodola acompañaron a Juan Manuel en su declaración de ayer. (Yamil Regules)

“Con Pablo y Lorena nos fuimos conociendo de a poco y hoy estamos hermanados en el dolor”, explicó Juan Manuel Pincheira al tribunal.

Los hijos de desaparecidos en este tramo del  proceso de lesa humanidad han descripto a los jueces los relatos rescatados de sus familiares o amigos de sus padres sobre lo que pasó cuando eran niños o bebés, para aportar detalles que pudieran servir a la causa.

Gran parte de los datos que obtuvieron fue para llenar los vacíos propios en busca de su identidad, con la insistencia de lograr en terceros, una explicación sobre qué pasó, cómo era, qué pensaba, qué anécdota podría dar cuerpo real o familiaridad a ese desaparecido de una figura blanco y negro en una foto.

Lo que no lograron conseguir de sus abuelas, tíos u otros familiares, lo fueron a buscar en compañeros de militancia de sus papás o personas que compartieron con sus padres, el secuestro y la tortura.

Pablo Hodola, Cristina Seminario y Lorena Chaves acompañaron ayer la declaración de Juan Manuel Pincheira.

Son las hijas de Javier Seminario Ramos, Carlos Chaves y el hijo de Oscar Hodola y Sirena Acuña, secuestrados en Neuquén, Cutral Co o Buenos Aires y desaparecidos porque eran miembros del PRT.

Juan Manuel es arquitecto y padre de dos niños. Se enteró de la militancia de su papá preguntando entre ex ypefianos y sobrevivientes en Cutral Co de los centros clandestinos de la región. “Es mi primer juicio para declarar, se trata de contar lo que ha pasado en estos 45 años y situarme en un lugar que nunca sentí que me hubiera ocurrido a mi”, dijo.


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