Fernández se declaró culpable del femicidio de Rosana Artigas en Plottier

La mujer estuvo desaparecida durante ocho días. Su expareja renunció a la posibilidad de que se realice un juicio. El próximo paso será fijarle la única pena posible, que es la prisión perpetua.

José Fernández, el hombre que hundió en el río Limay los restos de Rosana Artigas, su pareja durante 19 años, para luego mostrarse colaborativo con la policía cuando la buscaron desesperadamente durante ocho días se sentó hoy frente al juez de Garantías, Marco Lupica Cristo, con un hilo de voz. Respondió «sí» a la pregunta de si asumía libremente la responsabilidad de haber cometido el femicidio. Su defensa ofreció entregarle al hijo que tuvo en común con la víctima la camioneta Renault Oroch roja, que utilizó para trasladar el cuerpo y descartarlo en un tacho. Un efectivo lo esposó y se lo llevó. Todos se retiraron de la sala y una mujer aulló de dolor en el pasillo. Era la mamá de Rosana.

La audiencia de control de acusación se transformó en un juicio abreviado. El fiscal jefe Agustín García explicó que el imputado iba a aceptar su culpabilidad y detalló la prueba que había en su contra. Adhirió la querellante, Celina Fernández, del cuerpo de abogadas para víctimas de violencia de género de Nación. Aclaró que era una forma de «acortar el proceso judicial para una familia que viene atravesando un duelo».

Consideró que esto era reparatorio para Rosana, que casi un año antes del femicidio había denunciado que Fernández la golpeó, y le reprochó que se mensajeaba con otro hombre.

El defensor público, Raúl Caferra, avaló el acuerdo y dejó asentada la voluntad del imputado de cederle a su hijo la camioneta que utilizó para la planificación y ejecución del crimen. El juez le preguntó entonces a Fernández si se quería manifestar y sólo atinó a responder las preguntas que le hizo. Contestó que renunciaba al derecho de ser enjuiciado por el femicidio. No pidió disculpas.

El 23 de noviembre de 2023, alrededor de las 9.30, el acusado fue a buscar a la mujer de 46 años a su casa en la ciudad de Plottier y de allí se dirigieron a la vivienda de él. Una vez adentro, Fernández la asfixió con un lazo, e introdujo su cuerpo en un recipiente metálico de 200 litros, que se utiliza para combustible. Lo tapó con cartón corrugado, un colchón inflamable y lo prendió fuego.

Pasado el mediodía, trasladó el tacho en la Oroch roja y lo arrojó al río, por el acceso Mangrullo, en el sector bomba CAPEX, de Plottier.

A los tres días, la fiscalía acusó a Fernández de falso testimonio, mientras ella estaba desaparecida. Cuando el cuerpo fue localizado, los cargos cambiaron.

Tanto durante la relación de pareja como una vez terminada, el hombre no dejaba que Rosana viera a sus hijos mayores, la celaba, la seguía, ingresaba en la casa de ella como si fuera de él, la insultaba, le decía que si la veía con otra pareja la iba a matar.

Lupica Cristo aseguró en su veredicto que era «legal, razonable y debidamente motivado» el pedido de la fiscalía y la querella, al que la defensa no se opuso, y que él entendía que en la sala estaba «parte de Rosana Artigas», al comprender que su familia aceptaba este acuerdo.

En una próxima audiencia se discutirá la pena que se la impondrá, que por el tipo de delito, la única posible es la prisión perpetua.

El de Rosana fue uno de los nueve femicidios que se cometieron en 2023 en la provincia de Neuquén.

La familia de Rosana una vez concluida la audiencia. Foto Matías Subat.

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