«Alguien se hizo pasar por mí»: el presunto fraude bancario que terminó en la Justicia de Cipolletti
Un juez dispuso una medida cautelar contra una entidad bancaria que le exigía a un vecino de Cipolletti una millonaria deuda que él niega haber contraído.
En febrero de este año, un hombre de Cipolletti comenzó a recibir mensajes extraños. Le llegaban correos electrónicos y WhatsApps en los que le reclamaban una supuesta deuda con un banco. A los pocos días, las comunicaciones se intensificaron. Esta vez, el remitente era un estudio jurídico. Lo instaban a regularizar el monto pendiente con advertencias de juicio inminente. El cliente recurrió a la Justicia para evitar que sigan con el «hostigamiento» hasta que se aclare la situación y una sentencia ordenó que frenen -provisoriamente- los reclamos de la entidad. Cuál es la cifra denunciada.
El vecino jamás imaginó que eso derivaría en una lucha para demostrar que nunca pidió ese préstamo. Cinco años atrás había dejado de ser cliente del banco, sin deudas ni cuentas pendientes. Hoy enfrenta el impacto emocional de un hostigamiento que calificó como “diario”.
La denuncia: «Es imposible que yo haya pedido ese préstamo»
El 25 de febrero, con patrocinio letrado, el excliente del Banco Macro se presentó en la Justicia rionegrina y solicitó una medida cautelar de no innovar. El objetivo: que la firma se abstuviera de iniciar acciones judiciales o extrajudiciales por una deuda que él considera falsa.
Según su testimonio, al consultar su informe crediticio descubrió que en la Central de Deudores del Banco Central figuraba, desde julio de 2024, un crédito a su nombre por más de 16 millones de pesos. En noviembre, el monto registrado ascendía a $16.682.000.
Al acudir a la sucursal de Cipolletti, le dijeron que el préstamo se había tramitado en la ciudad de Moreno, provincia de Buenos Aires. «Esto es imposible, ya que nunca he vivido ni conozco dicha ciudad», afirmó.
Más preocupante aún fue lo que sucedió después. El hombre observó los documentos exhibidos por los empleados del banco y notó que eran falsificados. «Alguien se hizo pasar por mí», dijo, y acusó al banco de no haber tomado medidas pese a que denunció la situación.
«Una prueba diabólica»: cómo probar que no hizo nada
En su presentación judicial, la defensa enfatizó una dificultad clave: probar un hecho negativo. «Resulta materialmente imposible a esta parte acreditar un hecho negativo, como es no haber hecho algo; esto es, lo que comúnmente se conocía como la ‘prueba diabólica‘», sostuvo.
El relato describe una situación de agobio y angustia. Las llamadas y mensajes no cesaron, y temía que le embargaran su cuenta sueldo. Aportó capturas de las conversaciones de WhatsApp como prueba, además de la constancia de una denuncia policial por estafa. También inició una instancia de mediación, sin que eso frenara las comunicaciones de cobro.
La Justicia lo amparó: el banco no podrá reclamar hasta que haya sentencia
El juez Diego De Vergilio evaluó la documentación presentada, los antecedentes narrados y el encuadre legal de la medida cautelar. Señaló que en esta instancia no se requiere probar con certeza el derecho invocado, sino su verosimilitud. «Las medidas cautelares no exigen de los magistrados el examen de certeza sobre la existencia del derecho protegido, sino solo su verosimilitud«, citó, recordando jurisprudencia de la Corte Suprema.
La resolución también analizó el vínculo entre banco y cliente bajo la Ley de Defensa del Consumidor. El juez destacó que incluso en contratos dudosos, como en este caso, la normativa es aplicable. “El banco destinatario de la cautelar es uno de los proveedores de servicios mencionados en el art. 2º de la LDC, mientras que el actor reviste técnicamente la calidad de ‘usuario financiero'», expresó.
Además, el juez reconoció el potencial perjuicio de que la entidad continuara con los reclamos. «Las acciones de cobro que pudiera intentar la entidad en base a dicha operatoria que se sospecha fraudulenta, por su elevada cuantía, sin duda podrían ocasionar un perjuicio al actor, configurándose así el peligro en la demora y la posibilidad de un daño de difícil reparación ulterior».
Por todo esto, resolvió: «Hacer lugar a la medida cautelar solicitada y, en consecuencia, ordenar al Banco Macro S. A. que se abstenga de realizar por cualquier medio -telefónico, postal, electrónico, etc.- reclamos extrajudiciales y/o bien iniciar acciones judiciales tendientes al cobro de la deuda atribuida al actor«, hasta tanto se dicte sentencia definitiva.
Cabe destacar que, el fallo no juzga si la deuda es real o no, pero sí protege al presunto hasta que haya una decisión firme. La medida, por ahora, significa un alivio temporal para quien asegura no haber hecho otra cosa que intentar probar su inocencia frente a una deuda millonaria que —según él— nunca contrajo.
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