Antes de matar a su amigo, el policía de Neuquén le disparó a otra persona

Tuvo una conducta desaprensiva, con desprecio por la vida humana. Utilizó el arma que le dieron para cuidar a la sociedad en contra de lo que recomiendan todos los reglamentos, se dijo en la audiencia de formulación de cargos.

Nicolás Leopoldo López (29), oficial ayudante con dos años de antigüedad en la Policía de Neuquén, quedó detenido con prisión preventiva acusado de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, porque con su pistola reglamentaria mató de un disparo en el pecho a su amigo Diego Nicolás Escobar (28). «Fue una joda que salió mal», dijo como excusa.

Para la fiscal María Eugenia Titanti no fue ningún chiste. Porque segundos antes de apoyarle su arma 9 milímetros en el pecho a Escobar, el policía López le apuntó y gatilló al pecho de Carlos Andrés Escobar, primo de la víctima fatal. El proyectil no salió, y el hombre asustado le dijo «no hagas eso, no es un juego».

Pese a la advertencia, el oficial ayudante, perfectamente uniformado porque recién salía de su trabajo en la comisaría 41, repitió la acción frente a Diego, y lo asesinó.

El caso ofrece una oportunidad magnífica para que los candidatos a gobernador se pronuncien sobre la formación que reciben los policías de Neuquén en general y en el manejo de armas en particular. Hay algunos que prometen inundar las calles de uniformados, pero no han dicho nada respecto de si están capacitados para la tarea que les encomiendan.

La secuencia de los hechos


La fiscal Titanti y el asistente letrado Miciullo tuvieron a su cargo la acusación. (Fabián Ceballos)

Los hechos ocurrieron en un taller propiedad de Cristian Gatica, ubicado en 12 de Septiembre 885, el jueves 9 a las 15.30. Diego Escobar, padre de dos niños, estaba haciendo una changa desde el martes.

Allí trabajan también sus primos Lucas Israel y Carlos Andrés Escobar, que son hermanos entre sí.

Se conocían con el oficial López desde hacía años. El policía presta servicios en la comisaría 41; el jueves le cambiaron la guardia, salió de franco a las 12, y alrededor de las 14.35 les avisó que pasaría por el taller a visitarlos.

Llegó vestido con su uniforme. En la entrada del taller se cruzó con Carlos Escobar, quien salía a comprar una gaseosa. Sin decir palabra, desenfundó su pistola Bersa 9 milímetros color negra y le gatilló al pecho. El proyectil no salió.

Su amigo se asustó muchísimo. «No hagas eso, no es un juego», le advirtió.

A quemarropa


El defensor Alfredo Cury pidió la detención domiciliaria. No se la concedieron. (Fabián Ceballos)

El policía López siguió hacia el interior del taller, donde Diego y Lucas trabajaban en un automóvil. Gatica creyó verlo hacer algún movimiento con la pistola, pero como no conoce de armas, no sabe qué hizo.

Lo concreto es que, siempre sin mediar palabra, López le apoyó el cañón en el pecho a Diego, gatilló, y el estruendo sacudió todo el taller.

«La cagué», dijo el policía. El proyectil atravesó el corazón de su amigo, salió por la cintura y rebotó contra una pared.

López le hizo RCP y llamó a una ambulancia con su teléfono, pero también se ocupó de buscar el casquillo del proyectil, expulsado por la pistola, y de sacar el cargador del arma.

«Una joda que salió mal»


Luego los amigos de la víctima le dieron algunos golpes en la calle hasta que otros policías lo refugiaron en un vehículo. No quedó incomunicado ni esposado. Llamó por teléfono a su jefe de la comisaría 41, de apellido Catalán, y le dijo: «Me mandé una cagada, le disparé a un pibe, fue una joda que salió mal».

Para la fiscal Titanti y el asistente letrado Bruno Miciullo, López demostró «desprecio por la vida y por la capacitación que recibió. Él mismo dijo que usó su arma como un chiste».

«La sociedad le dio el arma para cuidar a la comunidad. El la utilizó de modo desaprensivo, fuera de horario, fuera de lugar», añadieron.

«No respeta las reglas»


Lo acusaron de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, que tiene una pena mínima de 10 años y 4 meses de prisión, y pidieron 4 meses de prisión preventiva por riesgo de fuga. «Es un hombre que demostró no tener respeto por las reglas», argumentó el equipo fiscal.

El defensor particular Alfredo Cury dijo que se trató de un homicidio culposo (el que se comete sin intención, por negligencia o imprudencia, y que tiene una pena sensiblemente inferior) y pidió la detención domiciliaria «para resguardar la integridad física del imputado».

El padre de la víctima, presente en la sala junto con numerosos familiares más, hizo oír su airada protesta por los argumentos del abogado.

«No es una persona en quien confiar»


El juez de Garantias Mauricio Zabala hizo lugar a la formulación de cargos, a la calificación legal y a los 4 meses de prisión preventiva.

Señaló que López «no es una persona en quien se pueda confiar que vaya a cumplir con las reglas que se le imponen».

Durante toda la audiencia, el oficial ayudante estuvo sentado junto a su abogado, con la vista al frente, en un punto fijo indeterminado, sin moverse ni hacer el menor gesto.


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