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Cómo y por qué fue el feroz tiroteo en el que murió Vides en Neuquén

Le formularon cargos al único detenido, que según testigos fue el autor del disparo mortal. No irá preso por la crisis carcelaria.

Aníbal Rodolfo Vides era conocido como «Picante» o «Salteño». El día que cumplió 40 años recibió un balazo calibre 22 en el abdomen en medio de un impresionante intercambio de disparos; la ambulancia nunca llegó a auxiliarlo, su hermano lo trasladó al hospital Heller de Neuquén donde murió en menos de una hora.

El presunto autor es un vecino, de 23 años, que había tenido varios problemas con la víctima. Lo trataba de «narco», y al parecer juntaba firmas para que lo echaran del barrio Nueva Esperanza. A su vez, había recibido amenazas del «Picante» quien juraba que le iba a quemar la casa.

Este viernes al mediodía, la fiscal de Homicidios Silvia Moreira lo acusó formalmente de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, que tiene una pena mínima de 10 años y 8 meses. El nombre y su imagen no se difunden por prohibición judicial, fundada en razones de seguridad para la familia del imputado.

El juez Luciano Hermosilla le impuso prisión domiciliaria entre otros fundamentos por «la situación actual de los establecimientos de detención».

Como viene informando diario RÍO NEGRO, hay una crisis carcelaria y todas las unidades de detención de la provincia están cerradas por orden judicial: si no hay vacantes, no puede haber ingresos.

La pelea previa


El crimen de Vides ocurrió el miércoles 31 de enero pasado entre las 0:30 y la 1:30 en el Loteo Social 34, en Colonia Nueva Esperanza. El acusado fue detenido esa tarde en su vivienda.

Según explicó la fiscal, alrededor de las 22 del día anterior, Vides y un grupo de personas no identificadas fueron hasta la casa del imputado a reclamarle porque, supuestamente, estaba juntando firmas para echarlo del barrio. Hubo una discusión y una pelea que dejó los ánimos alterados. No era la primera vez: en diciembre ya habían existido roces.

La represalia


Pasada la medianoche, el imputado, uno de sus hermanos, su padre, el padre de su novia y otro amigo, fueron hasta la casa de Vides. Se distingue entre otras porque es la única que tiene cámaras de vigilancia. Está ubicada en una esquina, bajo alumbrado público.

Vides seguía acompañado de otras personas; estaba festejando su cumpleaños. Los testigos afirman que el intercambio de disparos entre los dos grupos fue impresionante. «Eran tantos tiros como si les hubieran regalado las balas», graficó un testigo.

«Hay chicos acá»


El enfrentamiento duró entre 40 minutos y una hora, e intercambiaron alrededor de 30 disparos. En manos de ambos grupos había escopetas calibre 12, pistolas 9 milímetros, otras calibre 22.

El tiroteo aterrorizó a los vecinos. «Hijos de puta dejen de disparar, hay chicos acá» gritó una vecina. La mayoría de las casas son de madera. Familias enteras estuvieron en riesgo.

De acuerdo con los testigos citados por la fiscalía, el imputado retrocedió hasta su vivienda, ubicada a mitad de cuadra, se parapetó detrás de un montículo de tierra y desde allí efectuó el disparo que impactó a Vides en el vientre.

La ambulancia que no llegó


El hijo de la víctima llamó a la ambulancia, pero la asistencia no llegó nunca. Cuando reclamó, le dijeron que sin custodia no ingresaban al barrio.

Un hermano cargó al herido en su Volkswagen Gol y lo trasladó al Heller, pero ya era tarde. A las 2:20 de la mañana lo declararon muerto.

La defensora jefa Laura Giuliani pidió que se rechace la formulación de cargos porque hay dudas sobre la autoría y se debe profundizar la investigación. No le hicieron lugar.

El juez Hermosilla, quien asumió hace muy poco en el cargo, fijó el plazo de investigación en dos meses. La fiscal y la defensora le explicaron que los análisis de ADN imprescindibles para avanzar en la investigación demorarán mucho más que ese tiempo: hay que enviarlos a Bariloche, porque el laboratorio de Neuquén no tiene reactivos. El magistrado entendió las razones, y dio un plazo de cuatro meses.

La detención


Respecto de la medida cautelar, la fiscal Moreira pidió que le impongan prisión preventiva. Invocó, entre otras razones, que el imputado registra una condena a 3 años de prisión en suspenso por robos.

El juez dispuso la prisión domiciliaria, con tobillera electrónica y custodia policial. Señaló que aún lo beneficia la presunción de inocencia, por lo que no se puede decir que vulneró las pautas de conducta que le impusieron en la condena anterior.

También valoró que hay otras personas que participaron del hecho y están en libertad, por lo que consideró excesivo «caerle solo a él» con la prisión preventiva.

Por último, tuvo en cuenta la situación actual de los establecimientos de detención.


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