Juicio por Báez Sosa: uno por uno, los crudos testimonios que sirvieron para condenar a los rugbiers

Nueve declaraciones de testigos de la agresión fueron vitales para que los jueces condenen  a cinco de los acusados a prisión perpetua y a los restantes tres, a 15 años de cárcel.

El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores que condenó hoy a los ocho rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa, cinco de ellos a prisión perpetua, tuvo en cuenta el testimonio de nueve testigos que fueron considerados «clave» para determinar las responsabilidades de cada uno de ellos en el hecho ocurrido en enero del 2020.

De los 87 testigos que declararon en el juicio, en la sentencia los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lazzari y Christian Rabaia mencionaron nueve de ellos, cuyas declaraciones fueron vitales para entender la mecánica del hecho.

Las nueves declaraciones «claves»

– Lucas Santiago Filardi, amigo de Fernando Báez Sosa. «Con la primera piña se cayó, llegó a poner las manos, intentó levantarse y de ahí empezaron piñas y patadas y no pudo levantarse. Fue con mucho ensañamiento. Era al cuerpo de Fernando, con dureza (…) Thomsen y Luciano Pertossi le estaban pegando a Fernando. No eran tres personas, eran claramente más las que le pegaban a Fer, porque se iban turnando (…). Yo diría que cuatro o cinco».

Filardi ingresando al TOC 1 de Dolores. Foto NA: JOSÉ SCALZO
Filardi ingresando al TOC 1 de Dolores.

No eran tres personas, eran claramente más las que le pegaban a Fer, porque se iban turnando (…). Yo diría que cuatro o cinco».

Lucas Santiago Filardi, amigo de Fernando Báez Sosa.

– Juan Bautista Besuzzo, amigo de Fernando atacado a golpes. «Veo a un masculino de remera blanca y pantalón marrón que le da una piña y lo sienta. Después otro masculino con bermuda de jeans y remera verde que le pega patadas en la cabeza. Fer no podía responder, estaba totalmente inconsciente, con los ojos cerrados, rendido. Thomsen le dio tres patadas en la mandíbula. Cuando cualquiera de nosotros quisimos impedir el ataque, no pudimos o nos sacaron. No nos dejaron ayudarlo».

Fer no podía responder, estaba totalmente inconsciente, con los ojos cerrados, rendido. Thomsen le dio tres patadas en la mandíbula.

Juan Bautista Besuzzo, amigo de Fernando atacado a golpes.

– Luciano Nahuel Bonamaison, amigo de Fernando, atacado a golpes. «Buscaban a Fernando. Fueron todos directo a él y cuando quisimos intervenir para defenderlo, nos sacaban. Vi cuando Máximo Thomsen le pega una patada a Fernando con odio, con brutalidad, con intención de matarlo. Arengaban diciendo ‘vamos, vamos, mátenlo al negro de mierda’».

Arengaban diciendo ‘vamos, vamos, mátenlo al negro de mierda.

Luciano Nahuel Bonamaison, amigo de Fernando, atacado a golpes.

Alejandro Muñoz, personal de seguridad privada de Le Brique. «Ahí veo a todos los rugbiers que vienen corriendo y como que se paran y empiezan a pegarle a Fernando. Fernando como que se quiere levantar y uno que estaba con rodete y camisa blanca le pegó una patada en la cabeza y no se levantó más. Se turnaban para pegarle a Fernando. El ataque terminó cuando volvieron los efectivos de Infantería. Uno de los chicos dijo ‘vámonos que viene la policía”. Se iban turnando, unos cubrían y los otros pegaban. La saña era con Fernando. Uno de los que más pegaba era el que saqué yo, Thomsen. Todo el grupo pegó. Esto ocurrió enfrente de Le Brique. Yo estaba en la puerta del boliche viendo. La golpiza fue con saña, con mucha violencia. Nunca vi nada igual. Hace 20 años que laburo de esto y nunca vi pegarle tanto a una persona. Las patadas eran la mayoría a la cabeza».

Alejandro Muñoz, personal de seguridad privada de Le Brique.

Hace 20 años que laburo de esto y nunca vi pegarle tanto a una persona. Las patadas eran la mayoría a la cabeza.

Alejandro Muñoz, personal de seguridad privada de Le Brique.

– Tomás Bidonde, testigo circunstancial del hecho. «Había dos personas de frente y dos de espaldas a mí. Golpes, patadas, el chico estaba arrodillado. Vi de frente a Máximo Thomsen pegando, golpeando al chico que después fallece. Recuerdo que casi al final le pega dos patadas en la cabeza, como puntinazos. Después recuerdo que lo agarra de la cabeza y le vuelve a dar dos o tres patadas. A Fernando lo veo primero de rodillas y ahí le estaba pegando. Ya sobre el final estaba en el suelo directamente. Ahí lo vi en el suelo y le pega patadas. Fernando ya estaba en el suelo y veo las patadas en la zona del costado. Una persona le pega una patada en la cintura, del lado izquierdo, antes de esa patada también vi que lo golpeaba esa misma persona. Los que agredían a Fernando en principio eran cuatro. Yo lo viví y te queda porque es algo muy agresivo y estuve ahí. Desde que pasó esto me puse mal pocas veces, hoy fue una de ellas, por la agresividad de los golpes que vi.

Vi de frente a Máximo Thomsen pegando, golpeando al chico que después fallece. Recuerdo que casi al final le pega dos patadas en la cabeza, como puntinazos. Después recuerdo que lo agarra de la cabeza y le vuelve a dar dos o tres patadas.

Tomás Bidonde, testigo circunstancial del hecho.

Tatiana Caro, testigo. «Fernando cae en el piso, intenta levantarse y ya no pudo, porque nunca pararon de pegarle. No le dieron posibilidad de defenderse. Era como pegarle a una bolsa de papas. Después que le pegaron la primera piña, Fernando intentó levantarse, y ya después no. Tenía toda la cara golpeada y pisada. Le pegaban patadas en la cabeza y en el cuerpo. En ningún momento Fernando se quiso parar de manos, fue con saña».

Tatiana Caro, testigo.

No le dieron posibilidad de defenderse. Era como pegarle a una bolsa de papas.

Tatiana Caro, testigo.

Marcos Acevedo, testigo circunstancial. «En el momento que le están pegando a Fernando hay un chico de camisa blanca que le pega tres o cuatro trompadas en la cara a Fernando que lo dejan inconsciente. Fernando ya estaba totalmente desvanecido, no se refugiaba la cara, no se podía defender. Los chicos que cruzan para ayudar no llegan porque les salen al cruce y no los dejan. Después recuerdo que un chico de bermudas y camisa oscura le pega un par de patadas en la cabeza y lo termina de rematar».

Después recuerdo que un chico de bermudas y camisa oscura le pega un par de patadas en la cabeza y lo termina de rematar.

Marcos Acevedo, testigo circunstancial.

Valentín Rodríguez, testigo circunstancial. «Se fue la policía y empezó el ataque. Duró aproximadamente un minuto. Los golpes eran brutales. Muy fuertes. Si bien había visto otras peleas en los boliches, nunca con tanta intensidad o fuerza en los golpes».

Se fue la policía y empezó el ataque. Duró aproximadamente un minuto. Los golpes eran brutales.

Valentín Rodríguez, testigo circunstancial.

Sebastián Saldaño, testigo circunstancial. «Nunca había visto a tantas personas golpear a una sola. Normalmente, en una pelea, la paliza se detiene cuando uno cae al piso y quizás sigue si se levanta. Acá siguieron con la máxima fuerza y bronca que tenían. Pararon la agresión sólo cuando vieron que ya no tenía respuesta».

Nunca había visto a tantas personas golpear a una sola. Pararon la agresión sólo cuando vieron que ya no tenía respuesta.

Sebastián Saldaño, testigo circunstancial.

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