Criptomonedas, estafas y cheques sin fondo: quién era el empresario descuartizado en Ingeniero Budge
El cuerpo de Fernando Pérez Algaba o "Lechuga" -como era conocido- fue encontrado en el interior de una valija este domingo en la ciudad bonaerense. Su nombre se encuentra vinculado a importantes causas.
El empresario Pérez Algaba fue encontrado descuartizado en una valija en Ingeniero Budge.
El cuerpo de un empresario e influencer de 41 años fue encontrado descuartizado en el interior de una valija en Ingeniero Budge, provincia de Buenos Aires. Los restos fueron encontrados por un grupo de chicos que jugaba en las inmediaciones de un canal.
Tras el relevamiento de sus huellas dactilares, este martes por la noche pudo confirmar la identidad del cadáver. Se trata de Fernando Pérez Algaba, con un domicilio fiscal registrado en un departamento de la calle Arias en Castelar.
El hombre decía ser empresario y trader, alardeaba tener cierto éxito en el uso de las criptomonedas. Había registrado varias sociedades por escribanía en los últimos años, una, por ejemplo, dedicada al rubro de peluquería en los papeles, que no tenía ni siquiera un número de CUIT.
En 2018, registró Motors Lettuce SRL, la traducción en inglés de su apodo, en teoría dedicada al negocio automotor, fundada junto a un hombre de su familia. En 2019, se convirtió en director suplente de Cegepa SA.
En 2021, Cegepa fue denunciada por estafa, con una causa radicada en el Juzgado N°3 porteño. “Lechuga” estuvo entre los imputados. La causa terminó archivada, sin elevación a juicio, según confirmaron fuentes judiciales.
Motors Lettuce, por otra parte, registraba deudas. En el Banco Central figuran deudas por 929 mil pesos en cheques sin fondo vinculados a Pérez Algaba. Su perfil, registra también otra deuda por 1,2 millones de pesos a un importante banco y a una entidad de microcréditos.
Un conocido vendedor de autos de alta gama le inició un expediente en el Juzgado Comercial N°16 en 2021 por un cheque rebotado de 5 mil dólares, escrito por Pérez Algaba el 24 de febrero de 2020. La dirección que “Lechuga” reconocía como propia en el cheque era un departamento en el piso 20 del Alvear Tower, uno de los edificios más lujosos de Puerto Madero.
Tras la confirmación de la identidad del cadáver, el fiscal Marcelo Domínguez, a cargo de la UFI N°5 de Lomas de Zamora, allanó el departamento de Pérez Algaba. Sin embargo, no encontró elementos de valor para la causa.
En Ingeniero Budge, una mujer trans fue aprehendida por robar la valija donde se encontró el cadáver el domingo pasado. Por el momento, no se la vincula con el crimen.
Quién era el empresario asesinado en Ingeniero Budge: qué decía sobre sí mismo en sus redes sociales
El 15 de julio, Pérez Algaba había hecho sus últimas publicaciones en Instagram, donde tenía más de 900 mil seguidores y mostraba su fanatismo por los autos de alta gama.
Dos días antes, el jueves 13, escribió en un posteo: «Para vos que te gusta jugar a poli ladrón (culo roto), seguí alardeando que el de arriba las ve todas«.
Además de fotos a bordo de un Porsche, un Audi descapotable y una moto BMW, en sus redes abundaban imágenes en fiestas, al igual que otras entrenando en el gimnasio. También fotografiaba a sus dos perros, raza bulldog francés.
En el perfil de su cuenta tenía también escritas frases motivacionales como «Dime de qué alardeas y te diré de qué carece», «La vida no te debe nada», y «Quien tiene tiene magia no necesita trucos».
Pérez Algaba era trader y fue hasta piloto del TC Regional. El año pasado se había viralizado un video en el que agredía a un agente de tránsito en Mar del Plata. Previamente, a bordo de un Mercedes Benz, se había negado a hacer un test de alcoholemia.
En marzo de este año, Pérez Algaba le había dado una nota a un medio nacional, en la cual contaba que había encontrado un nuevo camino hacia el éxito empresarial en el sector del alquiler de vehículos y jet skis en Estados Unidos.
Decía haber trabajado como trader en Forex y criptomonedas en Buenos Aires. Con esa experiencia, fundó su propia compañía de alquiler de vehículos y otra de motos de agua en Miami, Florida.
«Comencé a trabajar a los 14 años. Me inicié con una bicicleta y una caja. Empecé a vender sánguches en las remiserías. Dos años después, fui repartidor de pizzas. Trabajé en los comercios de la zona del barrio donde vivía, ya sea de heladero, en todo tipo de restaurantes y pizzerías. Después de ahí pasé a un taller de motos, hacía encendidos electrónicos«, contaba sobre su pasado, en una entrevista con A24 publicada a principios de marzo de este año.
El empresario era buscado desde el pasado lunes, tras la denuncia de paradero realizada por la propietaria de un departamento que él alquiló por el lapso de una semana en Ituzaingó.
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