Crisis carcelaria en Neuquén: drástica decisión de un tribunal en una audiencia caliente

Un imputado que había recibido prisión domiciliaria volvió a la cárcel. La decisión se tomó en una audiencia en la que hubo cruces y amenazas.

Uno de los cinco imputados en el abuso sexual de Silvia Cabañares, luego víctima de femicidio, volvió este miércoles a una comisaría después de una breve detención domiciliaria. Dos jueces y una jueza confirmaron que las pésimas condiciones de las celdas de toda la provincia, que incluso provocaron la declaración de la emergencia carcelaria, no son motivo para mandar acusados a la casa.

«Si no hay lugares de detención en condiciones dignas en la ciudad, que lo manden al interior. Y si no a la cárcel federal de Senillosa, o que lo trasladen a otra provincia», fue la resolución del tribunal integrado por Lucas Yancarelli, Juan Pablo Encina Rivero y Carolina García.

Todas las salidas que ordenó el tribunal son polémicas.

Superpoblación y traslados


En las 13 comisarías del área capital, según un informe de la Policía, hay 81 procesados y 27 condenados, en total 108 cuando el espacio es para 72 personas.

Trasladar a un detenido fuera de su lugar de residencia -en este caso, habría una vacante en una comisaría de Zapala- lo aleja del contacto con su familia y con su defensa legal, lo que es considerado un agravamiento en las condiciones de detención.

La cárcel federal de Senillosa no es opción: no recibe procesados ni presos neuquinos (el litigio es parte de la razón de la emergencia carcelaria).

El traslado a otras provincias tampoco es posible: sólo se puede dar con el consentimiento del interno; incluso Neuquén ya recibió una sanción internacional por este motivo.

Audiencia caliente


Los jueces tomaron estas decisiones en una audiencia caliente, producto de la evidente incomodidad que les genera un problema que consideran ajeno. El Poder Ejecutivo es el que debe resolver la crisis carcelaria, pero el Poder Judicial no puede mantenerse indiferente porque impacta a diario en su trabajo.

La tensión se respiró a tal extremo que en determinado momento el juez Lucas Yancarelli lo cortó al defensor público José Maitini: «tranquilo, no me levante la voz porque lo voy a sancionar».

En otro pasaje, Maitini secretó en voz baja con su colega Pablo Marazzo y fue la jueza García la que los regañó: «les pido que no hablen hasta que yo termine».

El hecho: hay peligro de fuga


El Tribunal se ajustó a un hecho: hay peligro de fuga del imputado. Y con una prisión domiciliaria ese riego aumenta. Lo más importante, según su visión, es que hay que garantizar que llegue a juicio y eventualmente sea condenado.

Admitieron que la dignidad del interno también está protegida constitucionalmente, pero aclararon que sin violar sus derechos, debe seguir en una celda.

Los jueces cuestionaron además lo que se llama «el objeto procesal» de la audiencia. Dijeron que la defensa confundió «condiciones de detención» con «peligros procesales». Debieron tramitar un hábeas corpus («hay una ley para eso, 16 mil no me acuerdo cuánto, y una ley provincial», Yancarelli dixit) y no una audiencia de pedido de revisión de medidas cautelares que fue lo que hicieron los abogados públicos.

Hasta el colega


También la ligó el juez Gustavo Ravizzoli, quien el sábado había dispuesto la detención domiciliaria del acusado: «no tuvo en cuenta estas diferencias notorias entre estos dos institutos que defienden intereses diferentes», dijeron sobre su colega.

La crisis carcelaria pone nerviosos a todos. También la presión social: Silvia Cabañares no es una víctima cualquiera para el sistema. Fue abusada por cinco hombres el 14 de mayo del 2023, pero ninguno fue detenido hasta después de que la mujer de 30 años apareciera asesinada en Balsa Las Perlas, víctima de un femicidio que se investiga en otra provincia -Río Negro- y por el cual no hay sospechosos.


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