Exclusivo Suscriptores

Intenso debate sobre la perspectiva de género en un caso de homicidio en Neuquén

El veredicto se conocerá el martes. Dos familias quedaron destrozadas por la inacción del Estado ante numerosas denuncias de maltrato y violencia en el barrio Toma Norte.

El fiscal Andrés Azar pidió este jueves que se declare responsable de homicidio simple a César Enrique Nahuelquen (35), por la muerte de Julio Alfonso González Poo (18) ocurrida en el barrio Toma Norte de Neuquén el 2 de abril del año pasado. Solicitó que a su hermano, Alan Lucas Román Alveal (21), lo absuelvan.

En tanto el querellante Elio García pidió que los dos sean condenados por homicidio simple, que tiene una pena de 8 a 25 años. En este momento los imputados están con prisión domiciliaria.

Sebastián Perazzoli, defensor particular, coincidió con la fiscalía en la absolución de Alveal. En cuanto a Nahuelquen, autor confeso del crimen, pidió que lo absuelvan o que lo declaren responsable de homicidio cometido con exceso en la legítima defensa de su hermana, víctima crónica de violencia de género por parte de González Poo, que había sido su pareja. Tiene una pena de 5 años.

El Tribunal de Juicio, integrado por Lucas Yancarelli, Mauricio Zabala y Luis Giorgetti, dará a conocer el veredicto el martes.

Perspectiva de género, la clave


Como viene informando Río Negro, la perspectiva de género es la clave para resolver este caso en el que la acusación, la defensa y la sentencia están a cargo de varones.

M.N., (33), relató el primer día del juicio, el lunes, las palizas cotidianas que recibía de González Poo y las amenazas de muerte a ella, sus hijos y hermanos que la mantenían paralizada. La relación duró unos meses, pero él nunca aceptó que ella quisiera ponerle fin, y la hostigó un año. Vivía enfrente, su casilla estaba más elevada, y le intimidaba: «desde acá vigilo todo lo que hacés».

Horas antes del homicidio, el joven les había pegado a ella y a su hija de 5 años. La nena declaró en Cámara Gesell que González Poo era «un hombre malo». A su abuela le confió, temerosa porque estaba rompiendo un secreto que había jurado mantener, que le arrojaba agua caliente a su madre y después fría con la manguera.

En la vivienda sucedían muchas cosas tenebrosas más, que la niña no veía en forma directa porque la tapaban con una frazada.

«Un calvario», pero…


El fiscal Azar dijo en su alegato: «no niego que vivió un calvario», pero después, con el pretexto de embanderarse en la perspectiva de género, hizo todo lo contrario: revictimizó a M.N.

Apreció que su relato tenía «inconsistencias» para favorecer a los imputados, y describió a César Nahuelquen como «un violento al que no le importa su hermana y sólo piensa en salvar su pellejo».

Se basó en audios en los que culpa a la mujer de la propia situación que está viviendo, algo muy común en los ciclos de violencia de género: si la familia no está contenida o capacitada para afrontar estas situaciones, puede tener desbordes verbales, como fueron en este caso. Pero no hay ninguna prueba de otro tipo de violencia hacia M.N. por parte de ninguno de sus 8 hermanos quienes por el contrario, siempre trataron de ayudarla.

«No entiendo cómo La Revuelta apoya a un violento», agregó Azar. En la sala estaba una de las fundadoras y referente de la colectiva feminista, Ruth Zurbriggen, quien aclaró que no acompañan a Nahuelquen sino a la hermana, que se acercó a pedir ayuda porque ningún organismo del Poder Ejecutivo ni del Poder Judicial se la brindó.

El argumento central de la fiscalía para descartar la legítima defensa de un tercero es la falta de inmediatez: González Poo atacó a su expareja la tarde del 1 de abril, y el homicidio ocurrió a la una de la mañana del 2 de abril. «El daño para la mujer debe ser inminente. El tercero tiene que saber si la agresión es inminente o no».

La querella y la madre de la víctima fatal


Más autocontradictorio fue el alegato del querellante Elio García. Admitió que el Código penal es «androcéntrico» y enseguida le agregó un «pero»: «basta dar una mirada a la población penal de la provincia, suelen ser varones las personas sometidas a proceso», dijo. «Somos más violentos», concedió.

También citó la declaración de un testigo según el cual M.N. «se autolesionaba» (la mujer registra intentos de suicidio) y pidió que condenen a los dos imputados por homicidio simple.

Luego habló la madre de la víctima fatal, Patricia Poo. Apenas se podía tener en pie, y entre lágrimas se dirigió a los jueces: «por favor, les imploro, por mi hijo, por mis nietos», que condenen a los imputados.

Familiares de la víctima fatal, en la Ciudad Judicial durante el desarrollo del debate. (Matías Subat)

«Riesgo permanente de vida»


Por último, el defensor Perazzoli rescató el testimonio de la psicóloga Alejandra Ortiz Soto (muy maltratada por la fiscalía y la querella) quien reveló entre otros detalles que M.N. estaba en riesgo permanente de vida.

«La fiscalía argumenta que Nahuelquen pensó que su hermana estaba en peligro. No es así, no es una cuestión de percepción. Hay que ver cómo analizamos los elementos que están en la causa. Cuando una mujer está en un ciclo de violencia, su vida está siempre en peligro. En este contexto se da este enfrentamiento», alegó.

El abogado agregó que «González Poo sabía en qué viviendas buscaba refugio su expareja. Había una situación de peligro inminente para ella. Nahuelquen no salió a buscarlo con un cuchillo, González Poo se acercó y le dijo que iba a matar a su hermana y a él».


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Comentarios