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Piden 35 años de cárcel por un caso extremo de violencia de género en Plottier

El imputado incendió la vivienda de la víctima, intentó matarla, la abusó y amenazó. El fallo se conocerá el lunes.

«Los jurados populares escucharon a Magalí y le creyeron. Esta sanción que pedimos para el imputado va a revalorizar lo que implica la justicia para ella». Así cerró su alegato el fiscal jefe Juan Agustín García, quien pidió 35 años de cárcel para Julián Augusto Álvarez (28), responsable del intento de femicidio y el abuso contra la víctima, en Plottier.

El defensor particular Maximiliano Gómez, por su parte, hizo una singular interpretación de la perspectiva de género: dijo que Álvarez necesita ser reeducado para volver a vivir en sociedad y que eso no se logrará con una condena larga, porque el estado de las cárceles provinciales es lamentable. Propuso en cambio que le impongan 10 años de prisión y le den cursos para que aprenda a respetar a las mujeres.

El imputado, al hablar por última vez antes del veredicto, reconoció por primera vez en 1 año y 8 meses, su responsabilidad en los hechos aunque sólo a medias. «Las lesiones están, no las voy a negar», dijo en referencia a la triple fractura de pelvis que le provocó a Magalí al arrojarla del techo. «Pero no quise matar a nadie, fue durante una pelea», aclaró.

«Estoy arrepentido, quiero pedir disculpas, quiero recuperarme», agregó. Y enseguida se victimizó: «yo también perdí todo», dijo en referencia a su vivienda y otros efectos personales.

Mirada prejuiciosa


Sus últimas palabras fueron muy diferentes a las que había pronunciado apenas un rato antes, cuando acusó a Magalí de mentir y lanzó, cargado de prejuicio: «una persona abusada, a los 15 días no sale al río o se va a un recital de rock».

Él, una persona acusada de gravísimos delitos, rompió la tobillera electrónica para salir de su prisión domiciliaria y se justificó diciendo que «quería disfrutar de la vida, por eso salí».

Magalí (31 años, un hijo de 7 con otra pareja) lo escuchó desde el sector de la sala asignado al público, rodeada de familiares, amigos y terapeutas. Eligió no hablar cuando el juez Gustavo Ravizzoli le ofreció la posibilidad de hacerlo: ya contó su historia durante el juicio, y fue decisiva para que el jurado popular declarara culpable a Álvarez.

La audiencia de este viernes fue para decidir cuántos años le impondrán a Álvarez, declarado responsable de incendio; amenazas; tentativa de femicidio, abuso sexual con acceso carnal y desobediencia a una orden judicial. El fallo se conocerá el lunes.

Un antecedente idéntico


Las agresiones ocurrieron a lo largo del 2021. Uno de los momentos más reveladores de la jornada fue la declaración de una joven que en 2018 mantuvo una relación de dos meses con Álvarez, y cuando le comunicó que no quería continuarla, recibió por parte del imputado una feroz paliza. Además, la mantuvo encerrada en su casa.

El imputado le revisaba el celular, le reprochaba que hablara con otros varones, y cuando la golpeaba le decía «puta». Un calco de lo que años después viviría Magalí.

Más similitudes. La testigo contó que «cuando me pude escapar llegué a mi casa, me bañé y me encerré en mi habitación. Tenía golpes en la cara, en todo el cuerpo. Sentía mucha vergüenza. Hasta el día de hoy me cuesta confiar en las personas. No quería venir a declarar, pero me dije: ‘es algo que me pasó, y lo tengo que enfrentar'».

«Magalí le pone garra a la vida»


Durante la jornada de juicio se habló de las secuelas que aún padece Magalí. (Matías Subat)

Una psicóloga y una asistente social de Plottier que asistieron a Magalí declararon por su parte que «es una mujer que le pone mucha garra a la vida. Eso la salvó». De todos modos detallaron las secuelas que padece por la traumática experiencia vivida.

A Álvarez en cambio lo describieron como «impulsivo, violento, agresivo, sin respeto por las instituciones».

Cuando era adolescente, un hermano suyo degolló a su novia y se suicidó.

Magalí declaró en el juicio que Álvarez le dijo que «para demostrarme que era bueno, iba a esperar a que yo me durmiera y recién ahí me iba a cortar el cuello para matarme».

Riesgo de vida


El forense del Poder Judicial Gabriel Jerez, en tanto, certificó que la víctima recibió dos transfusiones de sangre y que estuvo en riesgo su vida. Señaló que es probable que en el futuro desarrolle alguna patología a causa de la triple fractura de pelvis que sufrió como consecuencia de la caída del techo, cuando Álvarez la arrojó con intención de matarla.

Esa triple fractura la mantuvo 25 días inmovilizada en una cama del hospital; después pasó a movilizarse en silla de ruedas, luego con muletas, bastón, y casi cuatro meses después empezó a caminar con cierta normalidad.

La votación del jurado popular


Magalí estuvo acompañada de sus afectos durante la audiencia. (Matías Subat)

En abril pasado, el jurado popular votó de la siguiente manera:

• Por el incendio de la vivienda que ocupaba Magalí: culpable por unanimidad.

• Amenazas simples a la madre y a un hermano de la mujer: culpable por 10 votos contra 2.

• Amenazas coactivas contra Magalí: no culpable.

• Abuso sexual con acceso carnal: culpable por unanimidad.

• Tentativa de homicidio doblemente agravada por haber sido cometida contra una mujer con la que tuvo una relación de pareja y mediando violencia de género (femicidio): culpable por unanimidad.

• Desobediencia a una orden judicial por romper la tobillera electrónica: culpable por unanimidad.


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