Reclaman justicia por un caso de brutalidad policial en Junín de los Andes

Las víctimas son jóvenes de entre 16 y 26 años. Los policías los persiguieron a la salida de una fiesta, se metieron en la casa del abuelo de uno de ellos, y les aplicaron golpes en todo el cuerpo.

Al cumplirse un mes de la brutal agresión contra un grupo de jóvenes y adolescentes en Junín de los Andes, Neuquén, sus familiares reiteraron el pedido de que el caso se investigue, se llegue a los responsables, y en paralelo les brinden atención psicológica a las víctimas y sus padres. En la fiscalía, el legajo se mueve a paso lento.

«Esperamos transparencia, que no recurran a la mentira, el juego sucio, para intentar justificar algo imposible de justificar. Hay muchos testigos, hay cosas obvias», dijo María Soledad González, madre de una de las víctimas, a diario RÍO NEGRO.

En tanto el Comité Provincial de Prevención de la Tortura se reunió con el ministro de Seguridad, Matías Nicolini, con familiares de los agredidos y envió notas al Ministerio Público Fiscal y a la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Provincial «solicitando se informe sobre las actuaciones realizadas por esos organismos».

Una fiesta privada


Los hechos ocurrieron el domingo 18 de febrero pasado alrededor de las 7:30, y comenzaron a la salida de una fiesta privada. Las víctimas son un varón de 26 años, otro de 18, una joven de 20 y dos adolescentes de 16. Estuvieron detenidos unas horas, y la acusación es contra integrantes del GEOP, un temible grupo de choque especial de la Policía.

Según declaró Gustavo Muñoz, Coordinador Operativo de la Dirección Seguridad Junín de los Andes, a medios locales, la Policía concurrió por una denuncia. Una persona alertó que «ocupantes de un Fiat 128 se habían acercado al lugar, bajó un par de ellos, uno amenazó a los integrantes de los jóvenes en la parte externa con una escopeta, y uno colocó un cuchillo en el cuello, y les preguntó si querían bala».

Ante la llegada de una camioneta de la Policía, los del Fiat 128 escaparon y comenzó una persecución.

María Soledad González dijo que ella estuvo en esa fiesta hasta las 6:30 y se quedó despierta esperando a su hijo, uno de los adolescentes de 16 años heridos, al que le pidió que regrese a su casa en taxi. El chico se subió junto con otros conocidos al 128. «Hubo un grupito que los insultaba, por eso el joven de 26 años se ofreció a llevarlos», explicó.

Según contaron las víctimas, apareció una camioneta de la Policía y los chocó. Luego empezó a perseguirlos.

El choque


Según el relato del comisario Muñoz, fue el Fiat 128 el que embistió al vehículo policial. Sería raro que alguien al volante de un vehículo que se dejó de fabricar en 1990, y además tuneado para ser más bajo, cometa la insensatez de chocar de manera intencional con el Iveco modelo 2015 del GEOP.

De todos modos, es uno de los aspectos del hecho que se están investigando. El fiscal del caso de Junín de los Andes, Manuel González, pidió una pericia para determinar rastros de la transferencia de pinturas entre ambos vehículos, y así tratar de establecer cuál chocó a cuál.

La persecución terminó en la casa del abuelo del conductor del 128, un policía retirado. El joven se refugió en el interior y los otros cuatro quedaron en el auto.

Las agresiones


De acuerdo con el relato posteado en las redes sociales, en la calle los policías «les patearon las caras, dispararon a centímetros de sus cuerpos, los insultaron, pisaron, sin haberse resistido ninguno de ellos».

«Mientras esto sucedía otra parte de los agentes irrumpió la vivienda familiar rompiendo la ventana y entrando por la misma comenzaron a tirar tiros y a maltratar con insultos y violencia física a los integrantes de la familia, entre los cuales se encontraba una joven mamá con su bebé en brazos a la que redujeron, la golpearon, provocando traumatismos en su hombro y le apuntaron con un arma». 

Uno de los adultos mayores «terminó una quebradura mientras golpeaban sin cesar al joven conductor del vehículo que se había resguardado en la vivienda».

(Gentileza)

Hasta el perro de la familia terminó con el cuerpo rociado de perdigones de goma. De acuerdo con la versión del comisario Muñoz, es un pitbull y le aplicaron ese remedio para que suelte la pierna de un efectivo al que mordió.

Los certificados médicos dejaron constancia de las lesiones sufridas por las víctimas.

En cuanto al cuchillo y a la escopeta que dieron origen, en la versión policial, a todo este violento operativo, jamás aparecieron. Al parecer el caño que vieron asomándose del auto era eso, un caño con el que hicieron una broma de mal gusto, no un arma de fuego.

Preocupación de los padres


María Soledad González expresó a diario RÍO NEGRO su preocupación por la lentitud de la investigación. Se reunió con el ministro de Seguridad, Matías Nicolini, y habló con el fiscal general José Gerez y con el fiscal del caso, Manuel González, para exponerles el caso. También tuvo contactos con el Centro de Atención a la Víctima de San Martín de los Andes y con personal de la línea 148. «Pedimos contención psicológica para las víctimas y las mamás», dijo.

«Hay cinco policías con medidas cautelares, que no se pueden acercar a los chicos, pero son más de 20 los que están involucrados», añadió. Reconocieron a los agresores porque «Junín es muy chico, por más que se tapaban la cara, los conocemos».

La mujer señaló que «estamos segurísimos de lo que vivieron nuestros hijos. Nada justifica lo aberrante que hicieron con los chicos. A lo mejor confundieron el arma, pero por más que haya sido el motivo por el que fueron o embistieron a los chicos en el auto, lo que hicieron durante y después es inaceptable. Si ven el tamaño de sus cuerpos, su físico, lo delgaditos que son. El GEOP está preparando para reducir gente peligrosa, no a niños».


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios