Video: todos absueltos en el primer juicio por contaminación ambiental en Neuquén
El tribunal de juicio entendió que la fiscalía no demostró que los lodos cloacales volcados en el basural de Cordones del Chapelco, en San Martín de los Andes, encuadran en la categoría de residuos peligrosos.
¿Son los barros cloacales arrojados en San Martín de los Andes un residuo peligroso según lo que marca la legislación vigente? Esa pregunta debía responder la fiscalía en el primer juicio por contaminación ambiental realizado en Neuquén, por el vertido de lodos en un basural a cielo abierto. A criterio del tribunal que intervino, «no estamos en posibilidad de dar a los barros objeto de la controversia en este caso, el tratamiento de residuos comprendidos por la Ley 24051».
En consecuencia y por unanimidad, las juezas Laura Barbé, Leticia Lorenzo y el juez Maximiliano Bagnat absolvieron a dos empresarios y una exfuncionaria municipal, acusados de contaminar el ambiente en forma peligrosa para la salud.
El veredicto dictado el jueves al mediodía benefició a los hermanos empresarios Pedro y Pablo Werefkin; y a Julieta Muñiz Saavedra, quien fue coordinadora general del Organismo de Control Municipal.
El tribunal advierte: «queda claro que las vecinas y vecinos de las urbanizaciones próximas al lugar vivieron situaciones de afectación a su salud (entendida en sentido amplio como derecho al bienestar) y no recibieron respuesta alguna«.
El contexto y la acusación concreta
«Pero estos hechos contextuales no fueron parte de la acusación concreta que nos toca decidir. Los hechos imputados son: Haber contaminado el ambiente de forma peligrosa para la salud, por la disposición sin previo tratamiento de los barros cloacales y sólidos resultantes de las operaciones de depuración de los efluentes líquidos cloacales de las plantas de tratamiento de efluentes de San Martín de los Andes, en el basural cuya dirección ejercían, poniendo así en peligro la salud pública de los aproximadamente 6.000 habitantes del conjunto de barrios conocidos como “Cordones del Chapelco”.
La defensa pública de los imputados, ejercida por Ignacio Pombo y Paulo Nestares, argumentó que no son residuos peligrosos porque existe «una normativa específica que excluye estos barros del tratamiento de la Ley 24051».
La cantidad de coliformes
La participación de los peritos fue decisiva para resolver la controversia. La norma invocada por la defensa contempla: «un biosólido Clase B tiene establecido como parámetro un número más probable una cifra menor a 2.000.000 de coliformes fecales y un barro sin tratamiento de estabilización tiene un número menor a esa cantidad, no puede asumirse como sustancia peligrosa».
La testigo citada por la fiscalía que conduce Maximiliano Breide Obeid como experta en este asunto «no fue consultada por el número de coliformes totales o fecales que presentaba la muestra» tomada por la parte acusadora, dice el veredicto.
Pero «el dato concreto» que figura en el informe que presentó «señala que el número de coliformes fecales, en la muestra enviada por el MPF, tomada en 2019 es de 22.000. Es decir, muy por debajo» del máximo de 2 millones.
En consecuencia, «no estamos en posibilidad de dar a los barros objeto de la controversia en este caso, el tratamiento de residuos comprendidos por la Ley 24051».
Reproches, pero no en términos penales
Y como derivación de este punto, «nos encontramos frente a la ausencia de un elemento objetivo del tipo penal sostenido por el Ministerio Público Fiscal; ello impide avanzar en el análisis siguiente sobre la existencia o no de contaminación e impone, necesariamente, la absolución de los dos imputados y la imputada».
El Tribunal expresó por último que «aun cuando toda la situación contextual que rodea la disputa concreta en este juicio merezca reproches funcionales, administrativos y éticos, en términos penales las circunstancias presentadas no permiten el avance hacia una condena».
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