La causa, motivo, razón y circunstancia más triste

Rubén Aguirre, por siempre el Profesor Jirafales, murió ayer a los 82 años. El popular actor mexicano quedó por siempre en la memoria de grandes y chicos de varias generaciones a partir de sus inolvidables personajes en la serie “El Chavo del 8”.

Rubén Aguirre, que murió ayer a los 82 años, será recordado siempre como el eterno enamorado del ramo de flores de la serie “El Chavo del 8” y como el profesor que gritaba “tá, tá, tá, tá” cuando se enojaba.

Nunca le dio trabajo interpretar a su icónico personaje de el Profesor Jirafales, según contaba, porque era como él: “Vanidoso, cursi, romántico y soñador”.

Durante dos décadas representó al soñador Jirafales en la televisión y durante muchos años más lo llevó al circo, y aunque actuó también en otros programas de humor y en cine siguió siendo su papel más emblemático.

Para Aguirre, nacido el 15 de junio de 1934, la interpretación era “la profesión más bella del mundo, y la comedia la parte más hermosa de ésta”.

Quiso ser torero, pero la comedia fue siempre su pasión y así lo dejó claro cuando, ante la tesitura de tener que elegir entre interpretar a Jirafales o ser ejecutivo de la cadena Televisa, que emitió la serie, optó por encarnar al profesor.

Aquel ingenuo personaje fue creado por Roberto Gómez Bolaños, Chespirito (1929-2014), para el sketch “Los supergenios de la mesa cuadrada” y pasó a formar parte en 1971 de una de las series infantiles hispanoamericanas más universales, “El Chavo del Ocho”, que se emitió en 84 países y sigue vigente.

“Jirafales es ese personaje al que tanto he querido y que es tan parecido a mí”, aseguró Aguirre en sus memorias, en las que cuenta que se basó en un maestro de su infancia para interpretar al famoso profesor. “Fue a él a quien le copié el ‘ta ta ta ta’ que hacía cuando se enojaba el Profesor Jirafales en ‘El Chavo del Ocho’. Era un viejecito que era muy buen maestro, muy buen hombre, pero que cuando lo hacíamos perder la paciencia le salía el tá tá tá tá”.

Su interpretación de aquel profesor ingenuo no solo acaparó la atención del público infantil en la pequeña pantalla. El circo también llevó la alegría del personaje a los lugares más recónditos de América Latina.

Aguirre nunca quiso separase del espectáculo circense, que consideraba el lugar perfecto para estar cerca de su público. Es por ello por lo que no dejó de recorrer el continente hasta el último día que permaneció en los escenarios en 2012.

Gracias a su valor para torear, conoció a su esposa Consuelo. Fue en una novillada de toros en la ciudad de Torreón, cuando ambos apenas tenían 18 años. La detectó en el tendido, sentada junto con sus amigas y le gustó tanto que para impresionarla saltó al ruedo y recibió al toro de rodillas. Logró impresionarla, se casaron, tuvieron siete hijos y hasta la muerte de Aguirre seguían juntos.

“Hacer el papel del profesor Jirafales nunca me costó trabajo porque yo soy como él: vanidoso, cursi, romántico y soñador. Yo soy todo lo que es Jirafales”.

Rubén Aguirre, sobre su personaje más famoso de “El Chavo del 8”.

Datos

“Hacer el papel del profesor Jirafales nunca me costó trabajo porque yo soy como él: vanidoso, cursi, romántico y soñador. Yo soy todo lo que es Jirafales”.

Rubén Aguirre, que murió ayer a los 82 años, será recordado siempre como el eterno enamorado del ramo de flores de la serie “El Chavo del 8” y como el profesor que gritaba “tá, tá, tá, tá” cuando se enojaba.

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