Encuesta vs avión: una discusión de bajo vuelo en Roca

Los primeros debates de la etapa preelectoral son con vuelos rasantes en Roca.

La intendenta, María Emilia Soria, tuvo la oportunidad esta semana de despejar todas las dudas alrededor de la encuesta contratada, sin licitación, a una profesional asentada en Buenos Aires, por casi 4,5 millones de pesos.

Eligió el camino más sencillo. Habló poco de su decisión y mucho de la oposición, exaltando su malestar por la «doble vara» aplicada para analizar los actos de gobierno.

La mandataria reclamó a los concejales de Juntos Somos Río Negro que pongan esas mismas energías que usaron para cuestionar la encuesta y las conviertan en un pedido de informes al gobierno provincial, para saber por qué gastaron más de 4,2 millones de dólares en un avión «ya roto y atado con alambres».

Una reacción lejos de la seriedad que merece la administración de recursos públicos. Una puerta abierta a avalar cualquier tipo de irregularidad administrativa o -peor- un delito, si está por debajo en el monto o en la escala penal ante otras conductas ilegales.

La responsabilidad dentro del Estado no admite como excusa que otro funcionario haya generado un perjuicio antes o que haya provocado un daño de mayor magnitud.

El caso de la encuesta del municipio de Roca y el escándalo del avión de la Gobernación de Río Negro son independientes entre sí. Y por lo tanto, requieren que la intendenta y la gobernadora, Arabela Carreras, expliquen sin rodeos desde el primero hasta el último paso dado por esos expedientes.

Ocurre que Soria advirtió un atajo político, creado por la mandataria provincial, que abandonó su tradicional predisposición y amabilidad para dialogar en público con la presa, para mutar hacia un silencio que habilita las sospechas.

Una funcionaria que no puede responder en público quién, cómo y por qué decidió gastar 4,2 millones de dólares en un avión, siempre ofrecerá una vía de escape a sus opositores.

Además, la postura de Carreras empieza a costarle caro a sus compañeros de ruta partidaria.

En otras condiciones, la gobernadora y quienes aspiran a una candidatura en Roca no hubiesen perdido la oportunidad de convertir en un acto cuasi electoral a la apertura de sobres del viernes pasado, para la realización de obras cloacales por unos 150 millones de pesos.

Ese freno virtual para el lanzamiento de las acciones proselitistas contrasta con el plan del oficialismo roquense, que ya la muestra a Soria sonriente y benefactora, con una batería de actos, anuncios y recorridas barriales todas las semanas.

En términos del tradicional juego del «truco», Juntos quiso correr a la intendenta, recibió un «retruco» rápido y la mano terminó con los verdes en el mazo y el oficialismo sumando puntos, sin mostrar un solo número.

Claro que esto no es un partido de truco. Los protagonistas de este debate son responsables de un Presupuesto municipal anual que esta semana fue ampliado a 4.000 millones de pesos. Sus decisiones impactan en la vida de más de 100.000 personas.

Solo esos datos deberían ser suficientes para que asuman que, en estos tiempos, sus discusiones públicas deberían estar en un nivel más alto.


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