La crisis pone a España en el centro de una “tormenta perfecta”

Análisis

Anna Cuenca AFP

Una España golpeada por la crisis se ve confrontada a varios frentes que debilitan las certezas construidas desde el retorno de la democracia y los años de vacas gordas: la buena imagen de la monarquía, la relación entre Madrid y las regiones y la prosperidad de sus empresas en América Latina. “Las crisis económicas arrasan con todo”, afirma Fermín Bouza, profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. “Estamos en una tormenta perfecta”. Las imágenes de un rey envejecido y triste pidiendo públicamente perdón por un polémico viaje de caza a África y de la presidenta argentina Cristina Kirchner anunciando la expropiación de la filial argentina de Repsol marcaron una semana en que no faltaron nuevos recortes en competencias regionales. La grave situación financiera del país, de nuevo en recesión, con un desempleo del 23% y una draconiana austeridad, catalizó la polémica sobre la costosa afición del monarca por cazar elefantes, considera el politólogo Ferran Requejo, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. “En un momento en que el Estado está en peligro de ser intervenido, una frivolidad de este tipo por parte de una persona que es el símbolo del Estado, da una imagen horrorosa que ha enojado a mucha gente”, señala. “Sin la crisis esto también se habría criticado, pero mucho menos”, agrega. “Lo que ha puesto en el punto de mira a la Casa Real ha sido el asunto de Urdangarin” que “ha hecho un daño muy profundo”, sostiene Antón Losada, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Santiago de Compostela, considerando que la crisis económica crea una situación de fragilidad que exacerba tensiones. Una situación que explica en parte, en su opinión, la expropiación del 51% de la petrolera argentina YPF. “La situación que en este momento tiene España, con una posición internacional delicada, no ha ayudado a que no pasara, y probablemente también la política española tenía la cabeza en otra cosa”, afirma. Requejo va más lejos: “Estamos en una situación débil y Argentina ha aprovechado esta fragilidad”. La toma de control sobre la petrolera reavivó los temores de ataques a otras compañía españolas instaladas en América Latina, cuya boyante situación económica les ha permitido hasta ahora sortear al menos en parte los efectos de la crisis en Europa. “La expropiación de YPF puede ser solo el comienzo de una pesadilla para las empresas españolas”, alertaba esta semana el diario El País.


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