“La culpa la tiene siempre el otro”

La mayoría sabemos que la vida es un misterio. La ciencia tampoco sabe cómo funciona nuestro cerebro, más difícil el de un político, líder o dirigente. Porque una parte se transforma en egocentrismo y pierde todo tipo de valor con referencia a su prójimo. Sin ser un científico, su cambio se produce cuando pasan a la función pública y no tienen prácticamente ningún tipo de responsabilidad, que sí la tendrían en la parte privada. Habría que aclarar que hay algunos que se suponen tienen vocación de servicio, no es fácil encontrarlos, pero los hay. Lo particular de este trabajo es que es muy bien remunerado porque entran con una bicicleta y se van en una ferrari, y los más audaces se compran hasta la fábrica. Éste duro trabajo consiste en la mayoría de los casos en dar grandes discursos de cosas que nunca hicieron o harán. Tienen la capacidad de creerse sus propias mentiras. Lamentablemente, estos personajes, algunos siniestros en la historia, han llevado al mundo al caos, como las guerras, el hambre, la gran desocupación, las drogas, la inseguridad, los grandes cambios climáticos, etc. Se burlan y le faltan el respeto a toda la gente que confió en ellos para que alguno dirija y organice nuestra convivencia, porque alguien lo tiene que hacer para el bien común. Lo más triste de la bajeza humana a lo que han llegado es que cuando el rey da un discurso ellos se tienen que reír o aplaudir según la ocasión, y también cantar, pasando a ser bufones de este circo que llamamos gobierno o función pública. Todo esto me llevó a reflexionar que nada cambia y cada vez estamos peor. Este viernes 7 de marzo salí de trabajar desde Neuquén y para llegar a Cipolletti tardé más de una hora y 30 minutos. La fila de autos pasaba el Walmart y del otro lado de Río Negro pasaba el Automóvil Club, y ni hablar de la Ruta 151 de Cinco Saltos, igual. ¿No se darán cuenta estos funcionarios que con la cantidad de autos esperando para pasar la cantidad de nafta que se consume es mayor ? Y lo “barata” que está, que cuando vas a cargar ahora te dicen “Solamente hay premium” y lo tenemos que pagar nosotros. Porque la Municipalidad de Cipolletti decidió cortar por tres días una de las entradas principales a la ciudad, estando inclusive al lado de la terminal de colectivos, sin tener en cuenta que por ejemplo el que tenía que tomar un avión o el colectivo tendría que hacer semejante cola, o en una ruta nacional que estaba colapsada por esta brillante idea. Seguimos los automovilistas siendo rehenes de estos atropellos de cortes de rutas y calles. ¿A quién podemos recurrir hoy? A nadie, si las autoridades lo hacen acá y en el resto del país para sus propios actos. Nadie está en contra de eventos sociales mientras tengan la madurez y la viveza de no molestar a los que no participan. Hagan funcionar un poco más su cerebro, no busquen las alternativas más fáciles, busquen el lugar correcto, para eso se les paga y muy bien. Hay muchísimos ejemplos acá en la región que ningún funcionario público ha resuelto. Algunos ejemplos, porque son muchos. Uno de los principales es el tercer puente (más de 15 años y todavía no se puede usar), el otro puente en la Isla Jordán lo mismo, las cloacas que tiran al río (algo grave que nadie resuelve), el caos de tránsito por el que podrían habilitar un tren entre Cipolletti y Neuquén, el peaje que levantaron, y ahí quedó todo. Por supuesto que todo esto es porque una cosa le pertenece a Nación, la otra a la provincia o Vialidad o Ferrocarriles o quien sea. Lo más triste es que ninguno de estos funcionarios cumple su función y son realmente incapaces de hacer algo correcto. La palabra más fácil entre ellos es que la culpa la tiene siempre el otro, pero todavía no conozco a ninguno que tenga verdadera vocación de servicio. Nuestro planeta y futuro cada vez se ahogan más porque estamos en manos de quienes no saben cómo arreglar las cosas, o, lo más triste, porque está todo bien para ellos, y al resto que Dios nos ayude. Silvio Della Valentina DNI 10.565.698 – Neuquén

Silvio Della Valentina DNI 10.565.698 – Neuquén


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